Pues hace un tiempo yo tenía la esperanza de que esto mejorase pero lo cierto es que cada vez soy más pesimista. Aparte de los cuatro gatos que hay por Internet que dicen lo que piensan sin miedo a represalias, toda esta maquinaria ideologica va ganando terreno y nadie tiene cojones de salir a la calle y decir las verdades, entre otras cosas porque sabe que provocará rechazo aunque tengas más razón que un santo. Todo este discurso que víctimiza a la mujer y a la vez señala a los hombres como opresores y privilegiados está convirtiendo la sociedad y el mundo en el que vivimos en un lugar irrespirable.
Las mujeres, a pesar de estar tan sobreprotegidas y sobrevaloradas están más locas que nunca, más putas, más desorientadas, más agresivas, más irritantes, que quieren tener hijos pero tampoco por norma ni que se les presiones por ello, que quieren trabajar y ser directivas pero se les dejen tener hijos y que comprendan que ellas son delicadas y hay que adaptar el ambiente a sus necesidades. Que quieren un hombre que las cuide pero ser independientes, que no necesitan hombres pero si tienen uno pues tiene que ser perfecto.
Y los hombres, con el rol de género tradicional destrozado, pues aún peor. La mayor degeneración de hoy en día es que antes se valoraba la figura del hombre que se sacrificaba por la sociedad o por su familia, pero ya vemos como la sociedad lo ningunea, lo desprecia, y a su vez en la familia, con los nuevos roles implantados de proveedor necesario se ha pasado a pringao, y de padre ejemplar se ha pasado a ser un don nadie sin custodia.
No veo lugar para el optimismo, la verdad.