Ellas ya han usado su sexualidad para encontrar un proveedor, que es para lo único que usan su sexualidad, y tú sigues atrapado en el sexo por el sexo.
Pensabas que a ellas les gustaba el mismo juego que a ti y que querrían seguir jugando, pero resulta que sólo usaban ese juego como medio para conseguir un fin: encontrar una buena fuente de recursos y no quedar como fracasadas en la vida.
Así que tú, que eras el único que jugaba a ese juego con verdadera afición, tienes que recurrir a mujeres atrapadas en pantallas, eternamente congeladas en una infinita mentira de sicalíptica concupiscencia, para solaz de los hombres que somos los que consumimos ese contenido pornográfico. Somos los únicos verdaderos fans de ese juego llamado jodienda: ellas son sólo unas posers de mierda que no quieren quedarse solas en la vida.
Es triste darse cuenta de que incluso cuando haces el amor, únicamente te estás masturbando con un poco más de parafernalia, con unos kilos de carne femenina ausente alrededor de tu polla.
Qué solo está el ser humano, aun en compañía.