Falso, siempre paga pero cantidades irrisorias, desde 100 euros a 200 euros.
Quien hacía las escenas "de promoción" para vender su imagen en castings de prostitutas - basada en su propia experiencia en burdeles de carretera como Devon- luego pasar a la chica a productoras que sí pagaran algo era Luciana Cristina da Silva "Dunia Montenegro", aprendiz de madame cuando padeció a Xuancar de milkyway, que se basaba en los contratos de agentes, representantes, chulos, mobsters de la porn industry de USA que se quedaban con una comisión de lo que ganara la actriz porno, hacían contratos de exclusividad que la impedían trabajar con otros, cuando no la utilizaban para lucrarse con su imagen. Una maquinaria de destrozar chicas que tras unas escenas sexuales eran repudiadas por sus familias y en poco tiempo habían gastado lo poco que ganaban tras quedar marcadas como ganado.