Gravity tiene uno de los mejores 3D que hemos visto nunca
La película fue concebida desde un principio en 3D. A mí dicha técnica siempre me ha intrigado tanto como la he rechazado, por muchísimas razones; odio que con el 3D y con la tecnología actual se degrade el color de la imagen, que los claroscuros se difuminen. Además la pantalla se vuelve más oscura, se acaba perdiendo definición, pese a que se busque precisamente el efecto contrario. Por no hablar de lo incómodo que resulta tener que ponerse gafas para ver una película. Ahora, si ves Gravity en 2D la experiencia estética se reduce un 20% respecto al 3D. A mí siempre me ha apasionado el 3D como una posibilidad, como una herramienta. En realidad la gente piensa que se inventó en los años 50 con Los crímenes del museo de cera (House of Wax), pero se cementó en 1896, dos años después de la invención del cine, también creado por los hermanos Lumière. Y es que el cine desde el principio también se diseñó para ser disfrutado en 3D, porque así es como vemos las personas. Si no llegó a desarrollarse fue por términos estrictamente financieros. El problema actual es que las películas no se diseñan desde el principio como un proyecto en 3D, sino que se plantean en términos financieros y se falsea el formato en posproducción. No hay nada peor que eso. El 3D bueno es el que se ve en películas como Avatar, La vida de Pi, Pina, Cave of forgotten dreams, La invención de Hugo y en algún documental IMAX. Me repito: el 3D es una herramienta y sólo hay que utilizarla cuando sea realmente necesario.