En 1985 produces tu único gran fiasco, El caballero del dragón, que llegó a ser incluso chiste recurrente. ¿A qué se debe su fracaso? ¿Guion, actores? ¿Podía Miguel Bosé con un papel protagonista?
Buff, esa peli. Miguel Bosé fue una bendición: la gente se metía con él, pero casi es lo mejor de la película. De hecho, en un principio iban a hacer el papel principal Imanol Arias y Victoria Abril. Enrique Ventura hacía las ilustraciones…
Es un excelente dibujante: quizá el mejor ilustrador de las revistas humorísticas catalanas…
Muy bueno, claro. Él, junto a Miguel Ángel Nieto, hacían cómic como Grouñidos en el desierto y son autores del guion junto a mí y Andreu Martín.
Cuéntanos tu experiencia con Klaus Kinski en el rodaje; perverso polimorfo tan inaguantable como divertido.
¿Divertido? ¡Era una pesadilla! Era un tío fuera de control y yo no tenía poder para echarle. Estuvimos meses buscando antes: Burt Lancaster, Charlton Heston… barajamos a Vicent Price, que habría sido maravilloso…
Habría sido fantástico.
Tenía una operación de garganta y no podía. El mismo agente nos recomendó a Kinski. Sabíamos que tenía mala fama, pero tenía nombre. «Lo trataremos bien y…».
¿Alguna anécdota divertida de Kinski?
¡Todas! Intentábamos terminar con él al medio día: rodar con él provocaba tensión. Llegaba por la mañana y no se maquillaba, ya que estaba moreno (tenía razón). Se ponía el vestuario, una especie de poncho —era alquimista—, tenía un espejo y se echaba el pelo para delante. El tiempo que tardaba en llegar la persona con un espejo se ponía a insultar: «Where is my fucking mirror? What a shitty production!». Se tardaba con las luces y decía «What are you doing with lights? Fucking lights! It’s this a David Lean movie?» [risas]. Odiaba a David Lean porque le había envidiado. ¡Eso era todos los días! Nos llegaba a retar con un «¿nos pegamos?». A lo que respondía «no merece la pena».
¿Sabes qué fue soldado alemán en los últimos días del III Reich?
Hostias, no me extrañaría [risa
. Era un hijo de puta a un nivel… todo lo que conté en su obituario es verdad.