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Y luego están los performes. Esos que van con un guión perfectamente aprendido, con unas dotes de interpretación que ya quisiera Robert de Niro, que parece que han estudiado en el Actor's Studio y te cuentan alguna desgracia que les acaba de ocurrir. En Londres iba andando con un compañero del curro y se nos acercó uno vestido de obrero, con sus herramientas y todo colgando del cinto, diciéndonos que estaba haciendo una ñapa en un piso y que algo le acababa de pasar (no me acuerdo qué) pero necesitaba, con urgencia, volver a casa y por lo que fuere no podía, no tenía un duro encima, ni móvil ni nada y además era de algún sitio a las afueras de Londres, rollo Getafeison o Móstoling, y nos pedía, casi con lágrimas en los ojos, lo que fuera para un billete de tren, con la promesa de que, como al día siguiente iba a volver por la zona a seguir con la ñapa, nos lo devolvería. Incluso dijo que nos dejaba su reloj en prenda por si no le creíamos. Mi compañero rehusó el reloj, le dejó £20 y una tarjeta para que llamara al día siguiente. Él se creyó la milonga, yo no. Efectivamente, al día siguiente nadie le llamó y vimos, buscando en internet, que esa historia era una historia estándar de los pedigüeños, refinada por el paso del tiempo, perfectamente trabajada para dar pena, para parecer que era cierta y para maximizar el beneficio. Aquí algunos utilizan otra en plan "somos de Barcelona. estamos de finde aquí, hemos perdido los billetes y tenemos que volver porque nos urge de la hostia, no tenemos dinero...". Van con una maleta y todo y es mentira también, los hijos de puta.
De cada diez que piden, nueve son mafias, cuentistas y la peor chusma, porque se aprovechan primero de la buena voluntad de las personas y segundo acaparan el dinero de quienes efectivamente lo necesitan, y gracias a ellos quienes efectivamente necesitan una mano son mirados también mal y la gente no les da ni les ayuda. Es un poco como lo del padre de Nadia: ¿cuántos, ante un próximo caso como ese, dejarán de echar una mano a una niña que sí que lo necesite por culpa del hijo de puta este? Muchos, ya os lo digo yo. No se puede ser más bajo, más ruin, más miserable, miserable en el sentido ruin y mezquino de la miseria.
De cada diez que piden, nueve son mafias, cuentistas y la peor chusma, porque se aprovechan primero de la buena voluntad de las personas y segundo acaparan el dinero de quienes efectivamente lo necesitan, y gracias a ellos quienes efectivamente necesitan una mano son mirados también mal y la gente no les da ni les ayuda. Es un poco como lo del padre de Nadia: ¿cuántos, ante un próximo caso como ese, dejarán de echar una mano a una niña que sí que lo necesite por culpa del hijo de puta este? Muchos, ya os lo digo yo. No se puede ser más bajo, más ruin, más miserable, miserable en el sentido ruin y mezquino de la miseria.