Harvey Keitel, antes de ser despedido para poner en su lugar a Charlie Sheen. Fue una historia bien curiosa y es que el rodaje, así como el casting, fue casa putas de arriba.
El rodaje estaba previsto para dieciseis semanas y se alargó dos años, Coppola con ataques de bipolaridad y amenazando con suicidarse cada dos por tres, nunca un puto guión definitivo entre manos y todo a base de garabatos, anotaciones e improvisaciones, al Charlie Sheen que le dió un parón cardiaco borracho hasta las trancas, todo el reparto hasta el culo de drogaina (con Dennis Hopper a la cabeza de todos y con diferencia), Harvey Keitel despedido y con una depresión de caballo que le tuvo al punto de abandonar la profesión de actor, Marlon Brando cobrando a precio de oro filosofando y que no quería que le sacasen gordito... Y mucho más... Y lo que se dejaría.