Sinceramente he perdido el interés.
Al comprender al fin, en los años recientes, la tremenda distancia que me separa de lo que las mujeres estiman suficientemente atractivo como para entregarse de la manera en que yo querría, la idea de tener que empezar a currarme algo a cambio de lo cual follar gratis se me hace intolerable, me produce una pereza infinita.
No es que sienta que es demasiado tarde (aunque lo sea), es que realmente ya no percibo el supuesto "premio" como algo tan valioso como me parecía a los 20 y 30. Ahora ya no veo más que un deseo biológico que se quita con una paja, y el resto de aspiraciones (la pareja, la vida en común) las veo como algo tan impuesto, algo tan ajeno a mí, que no siento ninguna necesidad de perseguirlas.
En definitiva es que me parece demasiado esfuerzo por algo que es poca ganancia. Antes lo veía como una ganancia más grande y pensaba que el esfuerzo sería menor; mi perspectiva no era, creo, realista. Ahora creo que sí lo es.
Miro a las henvras y ahora ya no solo pienso "Qué buena está la muy golfa." sino más bien "¿Por cuántos puñeteros aros tendría que pasar para que me la chupara con ganas y sin pedirlo?" No son solo los requisitos físicos y dinerarios (ambos probablemente ya inalcanzables para mí a estas alturas de la vida), sino además los requisitos caracterológicos; no solo no tengo la superficialidad y extroversión que a ellas les da la vida, sino que no me apetece tenerlas; dejando aparte el tema físico, me gusta ser un borde, un antipático, un anti-todo, un ser ideológicamente reprobable. Me gusta no encajar, me produce un placer malsano.
En resumen, que ahora mismo paso.