Lo de un negro lo entiendo, porque un negro con bata blanca solo puede ser un heladero, pero lo de la tía buena tienes que explicarlo
Porque una tía buena no puede ser inteligente. Una tía buena lo tiene casi todo hecho en la vida, no necesita trabajar para conseguir lo que quiera, y eso lo aprenden rápido. Así que descarto que pueda sacarse una carrera del nivel de odontología... bueno, sacársela si (chupando cosas), pero que sean buenas profesionales es otra cosa.
Y me baso en hechos.
Me tenía que hacer una endodoncia, y cambié mi dentista de toda la vida, un tio borde, desagradable, asqueroso incluso, pero que tenía unas manos para los dientes que eran una maravilla. Preciso cual robot, siempre enfadado, "abre más la boca joder, que así no puedo trabajar!!". Trataba a sus clientes como la mierda, pero era una puta eminencia. Sin dolor, sin traumas, sin mierdas.
Por hechos que no vienen al caso, me cambié de dentista como ya he comentado. Al entrar vino una morena de ojos azules, pelo por el culo, bata verde bien ceñidita a sus tetitas turgentes. Que pollazo tenía la hija de la gran puta joder, era algo épico. Me hizo la limpieza ella misma, notaba como sus pechitos rozaban mi brazo, algún chistecito por aquí, algún comentario cariñoso, "si te cansas me lo dices y paro", "puedes abrir los ojos, que los tienes muy bonitos" (y con esta frase doy por sentado que no estoy off topiqueando)... salí de allí encantado, y pensando en como sería fornicar con una dentista en la silla esa de tortura. A la semana siguiente, tocaba endodoncia con mi diosa odontologa.
Llega el día, jiji , jaja, bueno, vamos a matar ese nervio no (cuando en realidad quería decir te voy a matar a polvos hija de la gran puta). Llevaba el pelo recogido, dejando al descubierto una de las caras más bellas que mis ojos hayan visto. Anestesia, y empieza la faena. La puta que la parió, todo iba a golpes, imprecisión, suspiros de impotencia... era algo horrible. No tengo mucha resistencia al dolor, pero en el puto siglo XXI, no me jodas. Aquello quería agujerear y sentía un dolor terrible que me hacía berrear.
- Así no puedo trabajar.
- Joder, es que me duele.
- Tienes que aguantar, está muy profundo el nervio.
- Ni aguantar ni mierdas, me pones más anestesia que yo te la pago.
Pues se lió, porque claro, al ser mujer y estar buena, no estaba acostumbrada a semejantes desaires, ella espera que los hombres aguanten como jabatos. Pues una puta mierda voy a aguantar dolor con la inútil esta. Endodoncia de mierda, reconstrucción de mierda, y al cabo de un mes fui a mí dentista de toda la vida.
- Pero quién te ha hecho esto... no me jodas que has ido a Marruecos.
- Es muy largo de explicar, tiene arreglo?
- Si, pero antes tengo que sacar esta mierda que te han hecho en la boca. Abrela bien, hijo de puta.
- Aaaaahh, por fin en casa.