Bueno,y ahora aprovecho el masuno para dar mi punto de vista.
He leído demasiado a dos escritores brillantes y amargados a partes iguales.Ambos son fieros como Steven Seagal,pero sensibles cual óptica Nikkon de gama alta.Las lecturas que les he dedicado,sesgan mi siguiente juicio de valor.
Ahí va:
Resulta que viene uno de Tokio,donde 35 millones de almas conviven,y ni siquiera se tocan.Donde los mendigos no te asaltan por la calle.Donde las aceras,salvo excepciones contadas,están más limpias que mi sala de estar.
Un país donde la gente tiene mil y una formas de mostrar respeto:respeto hacia una cosa que en España ni se menta,de puro ofensivo,al prójimo.
En Japón,hasta el último mono de la jerarquía social sabe que hay que respetar a su prójimo,venerar las canas,al maestro,al que sabe más que uno...
No digo que Japón sea la Arcadia,que no lo es.Tiene una sociedad enferma y encorsetada en roles sumamente arcaicos.Sin embargo,eso hace que la sociedad avance.
Y llegan a Zipango los gaijin o extranjeros,y los japoneses se echan a temblar.Sí,los mismos que no dudan en tirarse en plancha a Pearl Harbour o en ir en un viaje sin regreso,y sin cobrar horas extras,a desactivar un reactor nuclear averiado,a sabiendas de que ello les costará la vida.Por el bien común.(Imagínense el equivalente en Garoña."Venga shurmano,vámonos que esto va a petar y mañana juega el BarÇa")
Llegas a España,y en una ciudad de mierda como Logroño,donde si hay tres semáforos en rojo,le llamamos aglomeración,va y se pone todo el mundo histérico y pita sin sentido.
En verdad os digo,Alemania tiene muchísimo en común con Japón,aparte del expansionismo territorial,el nacionalismo chanante,los coches potentes y la mentalidac cívica y ultramema y cuadriculada que sólo ciertos pueblos han sido destinados a enarbolar.
Los celtíberos estamos destinados a cimas más elevadas,y sin embargo,nos permitimos el lujo de pararnos a mear y catar el chopped de oferta.Si es gratis,me vale.Soy español,y a mucha deshonra.
All the best,
Cimmerio.