stavroguin 11 rebuznó:
Al principio de un nuevo trabajo, la cosa va mas o menos bien, sin muchas confianzas reciprocas, hasta que empiezan a cargarseme las pilas de la mala hostia ( con la h que le gusta a misogino) por acumulacion de detalles: caras torcidas cuando me cruzo a alguna por la calle, grupillos chupiguays a la hora del cafe que te excluyen con sutileza, actitudes vanidosas y petulantes en las cenas de trabajo...
Tío, asúmelo, eres feo y desagradable, si a eso le sumas que eres un mezquino acomplejado de cojones, es normal que la gente no te quiera cerca. Tranquilo, la naturaleza es sabia y hará que contigo desaparezcan esos irrelevantes genes, eso sí mientras llega el deceso te encargarás de humillar a todo aquel que puedas, y que sea más débil, claro.
stavroguin 11 rebuznó:
Entonces saco el garrote. Y al menor error o negligencia laboral que cometan, se ganan una humillacion publica de gritos, insultos, juicios de valor y exposicion publica de sus defectos fisicos y morales ( cuando me cabreo de veras, soy muy aparatoso: he llegado a romper puertas a patadas)


. Ninguna tiene los santos ovarios de replicar, o de denunciarme: son cobardes, son mujeres. Y cambian su actitud de desprecio chulesco por la del odio impotente, que a mi me resulta mucho mas gratificante. Ademas, como las mujeres se detestan entre ellas, siempre me aparecen aliadas (sobre todo si la humillada es mas guapa que la media). Y a muchas les gusta esa exhibicion de testosterona cerril.
Por mucho que lo intento, no consigo sentirme culpable.
Perdonad si os he aburrido demasiado.
Podrías ir pidiendo cita para el psiquiatra, tengo algún colega que te haría buen precio, incluso podría conseguirte alguna "incapacidad", tipo Cachondo Mental.
Te comportas como lo que eres, un ser rastrero y mezquino que sólo se atreve con con los débiles. Si se tratase de poner en su sitio a la calientapollas de turno que lo único que hace es joder el ambiente de trabajo o a la inepta que está en un puesto por su "valiosa" entrepierna, podría llegar a entenderlo -nunca justificarlo- pero tú lo haces porque te han seleccionado como perdedor, como paria genético, y de eso no tienen ellos la culpa.
Hay que ser muy sucnor para romper una puerta a patadas, ¿no te has preguntado nunca si este tipo de comportamientos no influyen en que la gente te considere menos deseable que el VIH?. Obviamente te alías con los de tu calaña, con las feas amargadas... Dios quiera que no os reproduzcáis, que demasiados despropósitos genéticos ha generado el ser humano por ser animal social.
Te voy a contar una historia de un colega tan acomplejado como tú. El personajillo en cuestión tenía un cargo administrativo menor en el departamento de bioquímica, es un tipo genéticamente despreciable, intelectualmente mediocre y físicamente una escombrera. Llegó al departamento una becaria pelirroja muy guapa, tímida y con un áurea de fragilidad que resultaba irresistible. La chica es inteligente -doctorada- trabajadora, callada y muy cariñosa, por lo que el piltrafilla se pensó que sería una presa fácil esgrimiendo su rango (sólo ligeramente superior). Cuando ésta se cansa de las babas y el continuo acoso de nuestro rompetechos particular, le pone las cosas claras, sin aspaviento alguno y en privado. Desde ese momento cualquier fallo, real o ficticio, es abordado con una bronca monumental delante de todo el mundo -craso error-. El trato amenaza con trasladarse hacia mí, porque era "más cariñosa de lo normal conmigo", y le pongo en su sitio, como buen cobarde agacha la cabeza y no es capaz de mirarme a la cara delante del jefe de departamento. Las humillaciones a la chica continúan, a pesar de las observaciones que le hacemos el resto de compañeros de departamento. La chica optó por un mutismo que enervaba aún más al mequetrefe, hasta que llegó el momento en que éste pierde los nervios y se le va la mano, rompe una centrifugadora y diverso material de laboratorio en mitad de una bochornosa exaltación de violencia -que visto desde fuera era de lo más cómico, similar al comportamiento de caniches y demás perros-patada. El resultado fue la expulsión del departamento, a pesar de la endogamia universitaria, y unas caricias del novio que, sintiéndose compasivo, tuvo a bien dejarle todas las piezas dentales, eso sí, un poco sueltas.
Black Adder rebuznó:
La de veces que he oído esta soplapollez de la boca de cualquier enterada deseosa de medir su fuerza con alguien que cree que les dará cuartel por tener chumino.
Aparte de powerlifter he practicado artes marciales durante muchos años, y todas las peleas extradeportivas que he visto entre metralletas de la patada y porteros de discoteca han acabado con resultados bastante penosos para los primeros. Alguien versado en disciplinas de combate puede fundirse sin problema a gente de a pie, pero cuando la diferencia de constituciones alcanza ciertas proporciones no hay nada que hacer.
Hay casos excepcionales de maestros que consiguen una fuerza increíble aún teniendo una apariencia deplorable que quizás sí que podrían dejarlo KO, pero el secreto no está en el ying-yang, el agua fluyendo ni ninguna pollez mística orientaloide sino en el control del core: estos tipos siguen un entreno parecido a los de los jugadores de rugby y consiguen desarrollar una fuerza abdominal-lumbar que tú, por el hecho de ser una mujer de caderas anchas, no lograrás en tu puta vida. Por más fuerza que imprimas a tus patadas.
Campeonato foreros vs foreras ya.
Estando de acuerdo en gran parte de tu argumentación -nadie puede negar que una buena masa muscular es determinante tanto para golpear como para encajar los golpes- olvidas que la debilidad de una cadena está determinada por su eslabón más débil, y el cuerpo humano tiene muchos. Si después de tener instrucción en artes marciales, esto no te ha quedado claro, tu formación ha sido manifiestamente mejorable.
Plantear el desarrollo y resultado de un combate en base exclusivamente a la envergadura/peso/constitución, es tan simplista como el extremo de hacerlo fijándose única y exclusivamente en la técnica. Por mi experiencia en artes marciales -Choy lee fut y Aikido- tanto en competiciones como en exhibiciones, el equilibrio entre fortaleza y técnica determina el resultado. Por muy buena técnica que tengas, por muy certero que sea tu golpe, si éste carece de la intensidad suficiente para desencadenar en efecto buscado, se convierte en inútil. Del mismo modo, por fuerte que sea tu golpe, si no está bien dirigido, puede ser incluso contraproducente.
En cuanto a la comparación porteros de discoteca vs "metralletas de la patada", rara vez los porteros carecen de formación en combate cuerpo a cuerpo, ya sean artes marciales tradicionales, boxeo, krav maga... por tanto, ya estamos cometiendo errores comparativos, ya que ambos tienen formación marcial. Por otro lado, ya quisiera ver qué tipo de formación tienen los "metralletas", dudo que poco más de unos meses en algún gimnasio de pelos-cenicero.
PD: Zaratustra, GOOOORRDA, ya puedes empezar a zampar menos bollos...