Cuanda acabas el primer capítulo, te estás cagando en la CDG, en esa panda de hijos dep uta sin escrúpulos que no hacen más que engañar a la gente.
Pero cuando terminas el capítulo dos, resulta que en esa estafa están implicadas todas las organizaciones fraternales de policía, que ellos lo saben, saben la estafa pura y dura que hacen, pero que les da igual, porque "siempre es mejor recibir el 10% de algo que el 100% de nada". Todo es una puta mierda en esta vida.
Y el capítulo tres te lo confirma: que todo es una puta mentira, una mierda, una farsa de vida y de sistema. Hablo de los políticos, cuando intentan que este escándalo haga ruido y los políticos hagan algo. Pero ya sabemos como es todo. Es demoledora la imagen final cuando aparece el senador, tan digno él, con su cohorte de cortesanos y chupapollas. Va allí, pero no a escuchar, sino a soltar su discursito y fuera.
Mención especial para el tipo que trabaja desde casa, el "agresivo". El que estuvo 30 años en la cárcel por cargarse a uno de joven. Ese que cuando una mujer le dice que no quiere colaborar le suelta: "puta, eres una puta, ójala se queme tu casa y haya un tiroteo en tu barrio y maten a toda tu familia, puta".
Y otra mención especial a la negra del primer capítulo, cuando le pregunta un compañero de trabajo ¿qué le pides a un hombre? Y ella suelta: "que no esté loco, que tenga trabajo y que sepa lamer por delante y por detras, que sepa lamer toda la raja del culo"