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- 8 Oct 2003
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Como el hilo del disco de la semana se murió solo y acabó en fracaso, como casi todo en esta vida, he sido iluminado por los dioses y en lugar de un disco, vamos a comentar una canción, una puta canción. Si ya esto no funciona, el siguiente hilo puede versar sobre una estrofa o incluso un riff, perros hijos de puta.
En fin, se pone una canción, se comenta y al día siguiente que otro subnormal ponga otra. Guardad un orden, no seáis africanos.
Mi propuesta inicial es básica y sencilla y seguramente algo que la mayoría ya conocéis:
OLÉ OLÉ - "Voy a Mil" - 1984
Antes de la llegada de nuestra Marta, estaba la Larraz, otra diosa que a día de hoy pierde orín pero todos nos follábamos. Más allá de la historia de la banda de este atajo de maricas (se comentó en su momento que el batería, que fue "novio" de Marta era en realidad un homogayer y estaba liado con el de las gatitas), el tema en sí es musicalmente perfecto. El increscendo inicial con el bombo marcando el tempo y la entrada de los instrumentos es sensacional. La entrada de Vicky es casi delicada, y canta con mala leche e incluso cierto asco. Personalidad, fuerza, carisma... la hija de puta pudo llegar lejos. El estribillo es de esos que no se olvidan. Un temazo cuando el pop español valía mucho la pena.
En fin, se pone una canción, se comenta y al día siguiente que otro subnormal ponga otra. Guardad un orden, no seáis africanos.
Mi propuesta inicial es básica y sencilla y seguramente algo que la mayoría ya conocéis:
OLÉ OLÉ - "Voy a Mil" - 1984
Antes de la llegada de nuestra Marta, estaba la Larraz, otra diosa que a día de hoy pierde orín pero todos nos follábamos. Más allá de la historia de la banda de este atajo de maricas (se comentó en su momento que el batería, que fue "novio" de Marta era en realidad un homogayer y estaba liado con el de las gatitas), el tema en sí es musicalmente perfecto. El increscendo inicial con el bombo marcando el tempo y la entrada de los instrumentos es sensacional. La entrada de Vicky es casi delicada, y canta con mala leche e incluso cierto asco. Personalidad, fuerza, carisma... la hija de puta pudo llegar lejos. El estribillo es de esos que no se olvidan. Un temazo cuando el pop español valía mucho la pena.