La paciente

stavroguin 11

RangoClásico
Registro
14 Oct 2010
Mensajes
3.780
Reacciones
2.830
Recuerdo perfectamente la primera vez que nuestras miradas se cruzaron. Era la paciente que tenía asignada en el quirofano del día siguiente: yacía en la cama, convaleciendo de un duro accidente. Guapa, muy joven, extraordinariamente dulce en el habla, modesta, sin el menor asomo de yolovalguismo. Solo un tatuaje de antebrazo con nombre masculino desentonaba del conjunto. Tal vez sea una elaboración a posteriori, pero creo que los dos notamos como una especie de corriente eléctrica. O tal vez solo yo, y el resto sea una paja mental de solterón.

En los dos años que siguieron, con varias operaciones sucesivas, desarrollo una dependencia cuasi enfermiza de mi modesta persona, quizás solo en lo profesional. No permitía jamás que ningún otro medico la atendiese, aconsejase, y ni mucho menos le realizase ninguna intervención. Decía a todo el mundo que sólo se fiaba de mí, no se tranquilizaba hasta que yo aparecía, se ponía completamente en mis manos con una confianza y una sumisión que me dejaban pasmado. Era mi venganza particular contra el atajo de zorras prepotentes que pululan por el hospital mirando a todos con cara de asco: ver sus expresiones de rencor cuando su cara se iluminaba al verme aparecer era algo que no tenía precio. Era como una justificación vital, como si por fin pudiese convencerme de que no todas son basura, de que hay mujeres capaces de valorarte por lo que vales, no por lo que aparentas, aunque seas un feo misógino bien entrado en años.

Siempre entra en la consulta acompañada de su madre. El que supongo su novio se queda fuera. Nunca hemos hablado de nada personal, solo de su enfermedad. Y sin embargo sé que ella sabe que para mí no es una paciente más. Una certidumbre desde el día que cruzamos los ojos mientras la exploraba completamente desnuda, o desde aquella otra ocasión en que me ilumino una mañana miserable entrando en mi consulta para entregarme un regalo.

Nuestra relación llega a su fin. Esta casi curada y su próxima revisión probablemente sea la última. Modestia aparte, he hecho un buen trabajo. Una satisfacción agridulce, porque pude ver su cara llena de alegría mientras relataba sus próximos planes. Planes que no me incluyen ni podrían hacerlo jamás por nuestra diferencia de edad. Y porque sé perfectamente que, aunque tiene mi número de móvil por motivos profesionales, cuando la puerta se cierre tras ella, no volveré a verla y mi teléfono no sonará nunca.
 
Yes we jarl, vete a tomar por culo un ratico, HIJO DE PUTA.



Es una hermosa historia. A mí al menos me ha gustado. Es una historia de lo imposible, de lo que quizá bajo otras circunstancias, bajo muchas otras circunstancias, bajo circunstancias que jamás podrán ser cambiadas, podría haber pasado. Es una historia de silencios, de palabras no dichas, de emociones enterradas bajo los formalismos y los convencionalismos que la ocasión requiere. Es, también, la historia de un oasis en la grisura de los días que se pasan y nos dejan.

Bravo, stavroguin. Sirva este hilo para contar historias análogas, historias de cosas no dichas, de conexiones entre personas que se saben imposibles pero que aún así existen y que nada haremos jamás para cambiar.

¿Le tocaste el chochitor? Ties afotos?
 
Pues mientras leía el primer párrafo, yo estaba pensando en Crash de Cronenberg... :lol:



Siempre es agradable leerle stavroguin. No es ni su prosa, ni su hastío, es algo más profundo. Se desnuda ante nosotros y nos sirve sus vivencias de la manera más cruda. Se le ve poco por aquí ultimamente.
 
Qué bonitas son las promesas, los interrogantes, la incertidumbre.

Qué lindo es no dejar lugar a la asquerosa realidad, en la que todo bicho viviente manifiesta su condición de madeja de materia orgánica en constante descomposición. Y qué fácil es enamorar a quien no ve más que a la estrella del rock, subida en su escenario o con su bata blanca, haciendo lo que mejor sabe hacer. Entre bambalinas todo se desmorona, el pozo nos canta a tabaco o alcohol y cuando nos sentamos no hay quien se libre de algún que otro pliegue.

La puerta abierta y el empedrado con pendiente, que todo efluvio desemboque naturalmente en una pronta despedida, siempre es garantía de un mejor recuerdo. Aguas estancadas sólo crían lodos.

Los hay tan burros que piensan que una pequeña criatura herida es un ser indefenso, cuando hay pocas fuerzas en la naturaleza comparables al complejo de superhéroe masculino. Ojos tiernos, apariencia digna pero necesitada de ayuda y una confianza ciega en su salvador. Esa hija de puta era una maldita rata hambrienta y no se conformó con menos que caviar. Nadie se entrega más que quien porta y ve atravesada la más gruesa de las armaduras, nadie mejor que ese tipejo huraño al que ningún compañero muestra aprecio para ganar una garantía del mejor tratamiento posible.

Le doy un 10 a la accidentada por ser hábil como un roboc.
 
iskariote rebuznó:
Esa hija de puta era una maldita rata hambrienta y no se conformó con menos que caviar. Nadie se entrega más que quien porta y ve atravesada la más gruesa de las armaduras, nadie mejor que ese tipejo huraño al que ningún compañero muestra aprecio para ganar una garantía del mejor tratamiento posible.

Le doy un 10 a la accidentada por ser hábil como un roboc.

Totalmente de acuerdo. Un paciente es alguien demasiado centrado en sí mismo y sus circunstancias, con el instinto de supervivencia funcionando al 2000%, como para atribuirle humanidad alguna en ese momento. Te ofrecerían gustosos su ano si con eso pudieses aliviarles su mal.

Don Quijote, que es uno de los primeros superheroes con doble personalidad, traje, ayudante, vehículo... un Batman adelantado (Sanferlo maricón), es quien más encaja con el perfil de los foreros: gente que al intentar hacer el bien, se causa el mal. Mi consejo es que la próxima vez derive a la paciente. Un paciente maleducado es molesto, pero sincero con su malestar y con el médico.
 
Aparte de deshuevarme de risa con el spoiler de ILG y agradecer a Le Deserteur que disfrute de mis escritos, añadir que el juicio de Iskariote apostillado por Nueces me parece absolutamente correcto. Esta chica es una persona sumamente nerviosa, con unos niveles de angustia derivados de su problema absolutamente demoledores. Fui el bastión al que se agarró en un momento difícil. No me atrevo a aventurar sus niveles de penetración psicológica, no sé lo que pudo intuir al elegirme en vez de otro cualquiera, pero tal vez supo adivinar que iba a volcarme con ella. Llegó a elegir mi opinión (acertadamente) en contra de la de un afamado compañero de pago al que consultó. Me falta el vehículo, el compañero, no el traje (el uniforme de quirófano hace milagros), pero creo que a diferencia de Don Quijote hice más bien que daño.

Estoy recordando una película de cine negro en la que un duro mafioso interpretado por Bogart se vuelca con una tierna muchacha paralítica a la que paga el tramiento médico. Una vez que se recupera y puede hacer vida independiente empieza a zorrear con truños mediocres y desprecia completamente a su benefactor. "El último refugio", creo que se llama. Me he acordado muchas veces de ella (aunque no soy un altruista benefactor, solo hice el trabajo por el cual me pagan).
 
Así es, El último refugio, ella era Ida Lupino. High sierra, en el título original. Están guays algunas traducciones de pelis.

ultimorefugio.jpg



Pero contesta a la puta pregunta del spoiler, cabrón.
 
Lo de cortar los frenos y tal para volver a verla que tal? te parece buena idea?
 
La doble pregunta del spoiler se contesta con un sí y un no, pero no voy a decir en que orden :lol::lol::lol:
 
Sara. Se llamaba Sara *

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.


De esa manera solo se ama cuando uno es subnormal, o cuando es un niño. Así la amaba yo. 11, 12, 13 años teníamos, no lo recuerdo exactamente. Era una de las pocas que no se metía conmigo en el colegio. Cuando los motes y las burlas del resto de compañeros versaban en torno al "gordo de mierda" y a una supuesta y extrema fealdad, los suyos, con los que ella se dirigía a mí, eran abreviaturas cariñosas de mi apellido y otros epítetos. Ella era la razón por la que ir a clase no era un infierno. Yo era su amigo. Las fantas ya no se llamaban mirindas, pero el término pagafantas no se había acuñado todavía. En realidad no procedía aquí aplicar el adjetivo aquí, yo jamás le di nada que ella no me devolviera con creces. Jamás le dije nada sobre mis sentimientos, aunque algo llegó a sus oídos por terceras personas.

Años después me la encuentro en la piscina de mi comunidad. Ha venido a visitar a unos amigos. Mi mujer dormita bajo una sombrilla. Se me acerca blandiendo un bebé nadando (suyo). Dos besos, roce de epidermis húmedas y cloradas. Me presenta a su bebé dirigiéndose a mí como "el más listo de la clase cuando mamá iba al cole". Le habla al niño de las travesuras que hacíamos juntos, de nuestros juegos. Pero en realidad me las está recordando a mí, a ella misma. Me habla con la misma dulzura ahora que soy creyente y practicante del Mancuernismo, que cuando era una aceituna gordal.

Mi mujer tiene las mismas pecas en la nariz y la misma letra que ella. Eso no es del todo cierto, ella tiene la mismas pecas en la nariz y la misma letra que mi mujer.

*Algunos nombres se han cambiado para conservar la intimidad de los aludidos.
 
Ella me hamaba y yo a ella. Y nos mirábamos y parábamos el mundo. Pero no nos hablábamos. Nunca nos hablamos. Una amiga suya vino a intentar mediar y le dije que no me interesaba :-)

No sé por qué le dije eso. El caso es que después de aquello ella empezó a estar más triste y miraba al suelo cuando nos cruzábamos. Salíamos en el mismo grupo los fines de semana, pero éramos 20 y nunca nos hablábamos a pesar de que todo el mundo pensaba que tarde o temprano ocurriría algo. Yo seguía loco por ella pero después de decirle a su amiga que no me interesaba, pensaba que ya era irreversible. Supongo que me temblaban las piernas al pensar que tenía que hacer algo. No sé. Empecé a salir con una conocida suya y me enamoré. Esta chica sabía todo lo que ocurría entre nosotros y me decía que yo estaba enamorado de la otra realmente y que debería hacer algo porque sabía que era hamor verdadero mutuo. Que ella era idiota por quererme porque yo quería a la otra y que tarde o temprano tendría que hacer algo. Y era verdad, pero a ésta otra también la hamaba forever.

Y no pasó nada de NADA. Y sigo pensando que había algo fuera de lo normal entre nosotros. Y si me la encuentro, como ocurrió hace una semana, me quedo paralizado y ella igual. Bueno, en realidat no sé qué piensa ella, puede que todo esto no ocupe ya un lugar importante en su memoria, pero cuando la miro pienso que si.
 
Sigan desgranando sus historias, por favor, las leo y releo con auténtico interés científico. Sin asomo alguno de burla todo lo que cuentan me parece fascinante.

13291249-profesor-divertido-joven-en-bata-blanca-con-el-microscopio-y-los-libros-que-apunta-hacia-arriba.jpg
 
Yo tengo una relación de amor-odio con mi psiquiatra. Después de 10 años nos hablamos de usted pero... no sé, es MI psiquiatra. He llegado a querer ir a su consulta a llamarle veterinario, cabrón, hijo de puta... pero él me ha demostrado siempre que sabe lo que hace y que lo hace por vocación.

Los médicos están adquiriendo un rol en esta sociedad casi divino. Yo creo que más que médico no se puede ser, es lo máximo que ofrece esta sociedad para mí, un paciente con grandes carencias.
 
Max_Demian rebuznó:
Yo tengo una relación de amor-odio con mi psiquiatra. Después de 10 años nos hablamos de usted pero... no sé, es MI psiquiatra. He llegado a querer ir a su consulta a llamarle veterinario, cabrón, hijo de puta... pero él me ha demostrado siempre que sabe lo que hace y que lo hace por vocación.

No te quejes. Si hubieras caido en manos de un lacaniano, en diez años no te habla ni para cobrarte.

Si en diez años no has aprendido que no existe ni la curación, ni la normalidad, ni has conseguido aceptarte como eres es que vas a hablarle porque no tienes nada mejor que hacer.

Vuelve a postear, tienes casi las mismas posibilidades de completar el analisis.
 
Voy a responder serio, al autor del hilo:

Échele dos cojones al asunto y dígale algo porque de lo contrario, ese resquemor que siente ahora, esa incertidumbre que le lleva a pensar: "¿Qué hubiera pasado? ¿Y si yo...?" Le va a corroer toda la vida.

Puede que lo intente y fracase. Puede que lo intente y lo rechace. Puede intentarlo, pero mejor intentarlo y tenerlo claro a quedarse con "eso" dentro de uno mismo sin saber una respuesta clara.
 
Ella no le va a llamar probablemente. Pero si se le ocurre a él intentar algo pasará de ser su héroe a ser el que la acosa.

La conclusión es que la mejor relación es la que no se da.
 
saca-al-tarado rebuznó:
Sigan desgranando sus historias, por favor, las leo y releo con auténtico interés científico. Sin asomo alguno de burla todo lo que cuentan me parece fascinante.

13291249-profesor-divertido-joven-en-bata-blanca-con-el-microscopio-y-los-libros-que-apunta-hacia-arriba.jpg

Amigo saca-el-tarado, siendo como soy admirador de su lúcida misoginia, no puedo evitar preguntarme a veces si su monolitismo puede ocasionalmente presentar algún " locus minor resistentia", alguna fisura ocasional, una cierta fatiga por sobreuso. Tal vez un brevísimo momento de debilidad, un soplo de viento que deje al descubierto una estrecha y transitoria puerta de entrada. ¿Nunca, jamás, durante los últimos años, ha caído en la tentación de ilusionarse con alguien durante una fracción de milisegundo? Solo como intrascendente juego intelectual, por supuesto.

conchudo rebuznó:
Voy a responder serio, al autor del hilo:

Échele dos cojones al asunto y dígale algo porque de lo contrario, ese resquemor que siente ahora, esa incertidumbre que le lleva a pensar: "¿Qué hubiera pasado? ¿Y si yo...?" Le va a corroer toda la vida.

Puede que lo intente y fracase. Puede que lo intente y lo rechace. Puede intentarlo, pero mejor intentarlo y tenerlo claro a quedarse con "eso" dentro de uno mismo sin saber una respuesta clara.

No ha comprendido usted. No hay incertidumbre ni duda. Desde el principio he tenido claro que era un mero instrumento de su curación. No hay nada que intentar. El pescado está vendido. Tiene mi móvil desde hace meses y mil excusas plausibles para usarlo. Nunca lo ha hecho, ni lo hará. Simplemente es difícil comportarse como un témpano de hielo cuando una mujer dulce, joven y guapa nos hace sentir especiales por algún motivo. Por otra parte, cualquier entrega que pueda exigir de mi parte está dentro de sus derechos como paciente. No hay nada que reprochar.

Y, además, como dice el cretino de Yes we jarl, la línea entre un entregado facultativo y un sucio y oportunista acosador puede ser muy fina. Mejor no hurgar demasiado.
 
El cuadro descrito me recuerda a un caso real que tuve entre mis manos entre febrero y abril del año 1997. En aquella época mi consulta estaba ubicada en la trastienda del bar El Pulpo, donde las únicas tapas que se servían, paradójicamente, eran de tortilla.

Cuando Olivia Jensen acudió en busca de mis servicios sufría un leve hirsutismo en la zona inguinal. Le pedí que me hablara de la relación con su madre y pronto hallé la causa del problema. Su madre trabajaba grapando los envoltorios de cartón de los cocos Hacendado en una pequeña PYME a las afueras de Santa Coloma, con una pequeña pausa para comer. Como la empresa estaba ubicada en un polígono alejado de todo, Olivia acostumbraba a llevarle cada día un tupper consistente en una gran ración de grasa de pato. En una ocasión en la que se entretuvo por enfrascarse en una acalorada guerra de comentarios en youtube llegó seis horas más tarde y se encontró a su madre cagando en el baño de la empresa mientras comía chocolatinas. Aquella visión la turbó de tal modo que al día siguiente amaneció con una capa de vello en el pubis.

Tras consultarlo con mi gabinete de expertos, formado por mi amigo el camionero y un colega que a veces venía a beber cerveza, le indiqué cómo enfocar su recuperación.

-"Acudirás once noches seguidas a la representación de Carmen, no vayas doce veces, ni tampoco nueve, ni nueve para diez, irás once. En el dúo final del cuarto Acto de la onceava representación, cuando torero y gitana, animados por contrapuestos sentimientos y objetivos, se enfrentan con creciente intensidad arropados por la música; en ese preciso instante, cuando las frases líricas y dulces de José son respondidas por las réplicas breves, tajantes y ásperas de Carmen, cuando ambas voces se funden magníficamente, él renovando su amor y ella obcecada en su rechazo; en ese momento cuando José detiene sus ensoñaciones amorosas febriles y tímidamente, al principio, y más apasionadamente y respaldado por la orquesta, después, hace la terrible pregunta: "Tu ne m'aime donc plus?", en esa fracción de la obra en la que la tristeza invade la orquesta de forma lacerante, acompañando la respuesta gélida, heridora, despectiva y lapidaria de Carmen, "No, je ne t'aime plus", entonces y no antes y sin dilación, debes estallar en amargos sollozos hasta que interrumpan la obra. Cuando los espectadores alrededor tuyo se interesen por tu llanto fija la vista en un punto concreto del techo y exclama, "Ahí están, ahí están! Ahí están Abbot&Costello!" En cuanto te hayan expulsado del teatro, estarás curada".

Olivia cumplió el procedimiento religiosamente. Y no se curó, pero años después, al salir del centro psiquiátrico, húbose enterado de que es normal que las mujeres tengan pelos en el chocho.
 
Señor Adder, su relato no se sostiene. En 1997 no havia youtube.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Amigo saca-el-tarado, siendo como soy admirador de su lúcida misoginia, no puedo evitar preguntarme a veces si su monolitismo puede ocasionalmente presentar algún " locus minor resistentia", alguna fisura ocasional, una cierta fatiga por sobreuso. Tal vez un brevísimo momento de debilidad, un soplo de viento que deje al descubierto una estrecha y transitoria puerta de entrada. ¿Nunca, jamás, durante los últimos años, ha caído en la tentación de ilusionarse con alguien durante una fracción de milisegundo? Solo como intrascendente juego intelectual, por supuesto.

Me ilusiono, sí, pero no en ese ámbito.

Procuro a mi edad encontrar pequeños resquicios de ilusión con ese libro que espero sea publicado desde hace tiempo, gracias a la edición anhelada de cierto disco, cuando se acerca poco a poco la fecha señalada en la mejor entrada que pude adquirir para el concierto cumbre de la temporada. Me ilusiono cuando he localizado el detalle que faltaba para culminar la restauración de manual de algún mecanismo que lleva en mis manos desde hace meses o incluso años.

Ahora bien, ¿ilusionarme porque uno de esos pozos de inabarcable, hedionda, caprichosa, continua e inconsciente insatisfacción me haga ojitos?¿Experimentar alguna agitación mental o emocional debido a que uno de esos bichitos decida, sin saber en realidad por qué lo hace, regalar una sonrisa que no es más que moneda falsa? No, caballero, guardo mi capacidad de maravilla para asuntos más provechosos; uno debe reservar el rescoldo de niño que le quede dentro para algo de lo que en realidad pueda entresacar algo áureo y noble, sin dejar lugar al menor riesgo de que un arrebato de estupidez en estado puro - porque sí, por el placer de joder, por maldad, necedad o sandez o todo ello junto- lo enmierde.
 
saca-al-tarado rebuznó:
No, caballero, guardo mi capacidad de maravilla para asuntos más provechosos; uno debe reservar el rescoldo de niño que le quede dentro para algo de lo que en realidad pueda entresacar algo áureo y noble, sin dejar lugar al menor riesgo de que un arrebato de estupidez en estado puro - porque sí, por el placer de joder, por maldad, necedad o sandez o todo ello junto- lo enmierde.

Sabia política. Coincido completamente con usted, con la salvedad de que ocasionalmente necesito abrir la espita emocional, y, siquiera brevemente, dejar volar los sentimientos y la imaginación, protectándolos en alguien que mi fuero interno sé perfectamente que no vale mucho la pena. Una catarsis necesaria e inversa a la de esos camelleros del desierto que cuando ven a su montura desquiciada por la acumulación de pequeños rencores hacia su dueño, le ceden su zamarra para que el animal la embista, la pisotee, la muerda y descargue via vicaria su furor, para luego volver a su tranquilidad habitual. Yo soy un camello que de vez en cuando necesita proyectar sentimientos en una mujer, descargando las baterías desbordadas por muchas horas de soledad (aunque sea constructiva), para luego volver a ese estado de disfrute que usted refiere en las cosas que merecen la pena. Si no necesita esos autoengaños catárticos, se ahorra tiempo y falsas ilusiones.

No es sólo la relación con las mujeres, sino cualquier actividad que dependa de la colaboración de los demás. Sin ir más lejos, recuerdo la ganancia que experimenté a nivel de disfrute y tranquilidad de espíritu cuando abandoné los deportes de equipo, llenos de roces, piques y malentendidos con compañeros, rivales y árbitros, por el goce individual y solipsista de las profundidades marinas, en las que si alguna vez una mano se ha dirigido hacia mí ha sido para ayudarme, y no para meter el dedo en mi delicada cuenca ocular. El infierno son los otros -Sartre dixit- y si el prójimo además es una bomba de hormonas criada en un ambiente educativo y social enfermizamente feminazi para que hablar.
 
Yes we jarl rebuznó:
Ella me hamaba y yo a ella. Y nos mirábamos y parábamos el mundo. Pero no nos hablábamos. Nunca nos hablamos. Una amiga suya vino a intentar mediar y le dije que no me interesaba :-)

No sé por qué le dije eso. El caso es que después de aquello ella empezó a estar más triste y miraba al suelo cuando nos cruzábamos. Salíamos en el mismo grupo los fines de semana, pero éramos 20 y nunca nos hablábamos a pesar de que todo el mundo pensaba que tarde o temprano ocurriría algo. Yo seguía loco por ella pero después de decirle a su amiga que no me interesaba, pensaba que ya era irreversible. Supongo que me temblaban las piernas al pensar que tenía que hacer algo. No sé. Empecé a salir con una conocida suya y me enamoré. Esta chica sabía todo lo que ocurría entre nosotros y me decía que yo estaba enamorado de la otra realmente y que debería hacer algo porque sabía que era hamor verdadero mutuo. Que ella era idiota por quererme porque yo quería a la otra y que tarde o temprano tendría que hacer algo. Y era verdad, pero a ésta otra también la hamaba forever.

Y no pasó nada de NADA. Y sigo pensando que había algo fuera de lo normal entre nosotros. Y si me la encuentro, como ocurrió hace una semana, me quedo paralizado y ella igual. Bueno, en realidat no sé qué piensa ella, puede que todo esto no ocupe ya un lugar importante en su memoria, pero cuando la miro pienso que si.

Debemos entender que ella es aun birjen?
 
Max_Demian rebuznó:
Yo tengo una relación de amor-odio con mi psiquiatra. Después de 10 años nos hablamos de usted pero... no sé, es MI psiquiatra. He llegado a querer ir a su consulta a llamarle veterinario, cabrón, hijo de puta... pero él me ha demostrado siempre que sabe lo que hace y que lo hace por vocación.

Los médicos están adquiriendo un rol en esta sociedad casi divino. Yo creo que más que médico no se puede ser, es lo máximo que ofrece esta sociedad para mí, un paciente con grandes carencias.

Torbe está por encima. Nos ofrece el foro.
 
stavroguin 11 rebuznó:
Estoy recordando una película de cine negro en la que un duro mafioso interpretado por Bogart se vuelca con una tierna muchacha paralítica a la que paga el tramiento médico. Una vez que se recupera y puede hacer vida independiente empieza a zorrear con truños mediocres y desprecia completamente a su benefactor. "El último refugio", creo que se llama. Me he acordado muchas veces de ella (aunque no soy un altruista benefactor, solo hice el trabajo por el cual me pagan).


A mí me vino a la cabeza una pequeña historia de esta película;


long_dimanche_prehome.jpg




La vi hace mucho tiempo pero recuerda que la chica que tenía un problema que no recuerdo y tenía una minusvalía la cual se le aliviaba acudiendo una vez a la semana a un terapeuta que le daba masajes y él sentía sus piernas y mucha atracción por ella a tanto que se preocupaba en exceso por la chica.


No obstante volviendo al tema del hilo creo que es importante que un profesional no cruce esa barrera aunque ambos sean solteros, ellas en su sub consciente esta buscando un protector , seguramente sea de personalidad débil lo cual hace que sea más enfermiza y eso me hace pensar que si no fuera por sus enfermedades quizás lo buscaría en otro campo profesional, quizás un funcionario que la mantenga o un rico alguien que le diera seguridad económica, puede que esa chica de joven fuera la típica que buscaba el más malote. Ese dato debería ser importante para tener más prudencia en cuanto a su chantaje emocional.
 
Atrás
Arriba Pie