Cenobita
Ex-gordo deforme asqueroso
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Aunque lo mío son fantasías no realizadas más que parafilias (por lo que ya sabéis), os las cuento. He de decir que no soy fetichista de partes específicas del cuerpo. Pienso que cuando te gusta mucho una tía le lamerías y le penetrarías prácticamente todos sus rincones, es como un ansia de follarla totalmente, así que no hay algo que destaque por encima del resto, salvando los obvios puntos de interés y/o generación de feromonas.
No obstante en lo que respecta a comportamiento, mi parafilia fantasiosa que llevaría a la realidad si pudiera, es sobre todo la sumisión por su parte. Me gusta la idea de tener una tía ofreciéndome sus orificios por voluntad propia, o siempre dispuesta para que yo la use cuando quiera, y siempre sin rechistar por su parte. Me gusta sobre todo la idea de la transición normalidad/sexo, por ejemplo estar hablando normalmente y de repente empezar a sobarla, doblegarla y darle de pollazos, y que ella se deje hacer siempre. Me gusta la idea de correrme siempre dentro de ella, sin desperdiciar nada (especialmente que se lo trague), y me pone a mil la idea de explicitárselo verbalmente (decirle cosas como "tu tienes que estar siempre para servir a tu macho" o "todos los días me vas a vaciar los huevos"), y me gusta imaginarla con la boca entreabierta y la mirada perdida mientras escucha mis palabras.
Supongo que mi parafilia realmente es tener el poder en el plano sexual. Sin embargo por ejemplo no me excita la idea de provocar daño; me sale ser autoritario, pero no sádico, no veo disfrute en el dolor ajeno.
Es curioso, yo en general hace años nunca me hubiera atrevido a confesar estas cosas, pero en los últimos tiempos he llegado a la conclusión de que para encontrar una mujer así, no tiene sentido tratar a ninguna con delicadeza, al menos de entrada. Si ella es sumisa de verdad, tratarla con delicadeza la espantará; si no es sumisa, da igual como la trates, puesto que más tarde o más temprano se hará evidente que no es la relación que quieres. Al final lo más práctico y eficiente es no esconderse y cuando sale el tema decir lo que a uno le gusta de forma clara, ponerlo en primer plano (pero respetuosamente, sin ser soez), y si suena la flauta bien, si no tiempo que has ahorrado.
No obstante en lo que respecta a comportamiento, mi parafilia fantasiosa que llevaría a la realidad si pudiera, es sobre todo la sumisión por su parte. Me gusta la idea de tener una tía ofreciéndome sus orificios por voluntad propia, o siempre dispuesta para que yo la use cuando quiera, y siempre sin rechistar por su parte. Me gusta sobre todo la idea de la transición normalidad/sexo, por ejemplo estar hablando normalmente y de repente empezar a sobarla, doblegarla y darle de pollazos, y que ella se deje hacer siempre. Me gusta la idea de correrme siempre dentro de ella, sin desperdiciar nada (especialmente que se lo trague), y me pone a mil la idea de explicitárselo verbalmente (decirle cosas como "tu tienes que estar siempre para servir a tu macho" o "todos los días me vas a vaciar los huevos"), y me gusta imaginarla con la boca entreabierta y la mirada perdida mientras escucha mis palabras.
Supongo que mi parafilia realmente es tener el poder en el plano sexual. Sin embargo por ejemplo no me excita la idea de provocar daño; me sale ser autoritario, pero no sádico, no veo disfrute en el dolor ajeno.
Es curioso, yo en general hace años nunca me hubiera atrevido a confesar estas cosas, pero en los últimos tiempos he llegado a la conclusión de que para encontrar una mujer así, no tiene sentido tratar a ninguna con delicadeza, al menos de entrada. Si ella es sumisa de verdad, tratarla con delicadeza la espantará; si no es sumisa, da igual como la trates, puesto que más tarde o más temprano se hará evidente que no es la relación que quieres. Al final lo más práctico y eficiente es no esconderse y cuando sale el tema decir lo que a uno le gusta de forma clara, ponerlo en primer plano (pero respetuosamente, sin ser soez), y si suena la flauta bien, si no tiempo que has ahorrado.
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