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Son todas unas putas, eso no lo va a negar nadie a estas alturas.
Algún día, ríos de lágrimas serán derramados por mi culpa y yo seguiré manteniendo este terso e indiferente rictus. Yeah.
Pero tampoco podemos negar que en este lodazal hay un denominador común. Una preocupante y evidente tendencia a hacer las cosas de una manera particular, a conducirnos por caminos equivocados sin que nadie nos empuje a ello. Algunos quizá gustemos incluso de las compañías que nos empujan a una tragedia anunciada.
El caso es que aquí el que no cojea, renquea. No sabría definirlo, quizá no tengamos todos la misma patología, quizá no nos valga el mismo tratamiento, pero nos hemos cruzado en esta sala de espera por alguna razón y es necesario un hilo donde confesarnos, flagelarnos o, mejor todavía, enorgullecernos de nuestras anomalías, enseñarle al mundo la chepa y gozar con su cara de disgusto, porque entre tullidos y desgraciados nos entendemos bien.
Propongo que hagamos un poco de autocrítica, que busquemos, aunque sea por vez primera, en nuestro ombligo la causa para tanta desgracia. Si el mundo confabula en nuestra contra, dejemos aquí constancia de cuál podría ser una razón PLAUSIBLE para que así suceda.
Ahorraos, pues, los consabidos "no soy lo suficientemente rico", "soy demasiado bueno", "no tengo un pene de chocolate que eyacule diamantes" y, por supuesto, "a la gente no le gusta que te gusten las putas y que trabajes en correos".
Sirven tanto conductas habituales como metidas de pata puntuales que vayan un poco con nuestra personalidad.
Empezaré yo con un par de muestras de un amplio abanico de meteduras de pata y deformidades conductuales, espero que para el solaz de los presentes no se quede este hilo en las dos tristes páginas a las que acostumbran mis creaciones.
Bueno, ya, que me enrollo, contad vuestras miserias, taras, cagadas, metidas de pinrel y otras razones por las que nuestra relación con las mujeres está herida de gravedad y probablemente jamás se recupere.
Se vale echar leña al fuego y dar palos a los foreros que no se fustiguen demasiado a sí mismos.
Algún día, ríos de lágrimas serán derramados por mi culpa y yo seguiré manteniendo este terso e indiferente rictus. Yeah.
Pero tampoco podemos negar que en este lodazal hay un denominador común. Una preocupante y evidente tendencia a hacer las cosas de una manera particular, a conducirnos por caminos equivocados sin que nadie nos empuje a ello. Algunos quizá gustemos incluso de las compañías que nos empujan a una tragedia anunciada.
El caso es que aquí el que no cojea, renquea. No sabría definirlo, quizá no tengamos todos la misma patología, quizá no nos valga el mismo tratamiento, pero nos hemos cruzado en esta sala de espera por alguna razón y es necesario un hilo donde confesarnos, flagelarnos o, mejor todavía, enorgullecernos de nuestras anomalías, enseñarle al mundo la chepa y gozar con su cara de disgusto, porque entre tullidos y desgraciados nos entendemos bien.
Propongo que hagamos un poco de autocrítica, que busquemos, aunque sea por vez primera, en nuestro ombligo la causa para tanta desgracia. Si el mundo confabula en nuestra contra, dejemos aquí constancia de cuál podría ser una razón PLAUSIBLE para que así suceda.
Ahorraos, pues, los consabidos "no soy lo suficientemente rico", "soy demasiado bueno", "no tengo un pene de chocolate que eyacule diamantes" y, por supuesto, "a la gente no le gusta que te gusten las putas y que trabajes en correos".
Sirven tanto conductas habituales como metidas de pata puntuales que vayan un poco con nuestra personalidad.
Empezaré yo con un par de muestras de un amplio abanico de meteduras de pata y deformidades conductuales, espero que para el solaz de los presentes no se quede este hilo en las dos tristes páginas a las que acostumbran mis creaciones.
- Soy una persona muy volátil, propenso a la distracción y a tener absolutamente todo a medias. Cuesta mucho tener mi atención continuada en una misma cosa. Esto me trae algunas ventajas, especialmente en lo laboral, pero en mi vida personal es un desastre. Tengo muy pocos amigos porque casi nadie tolera que ignores sus mensajes o contestes días después. A las mujeres les causa una sensación de inseguridad grave, mi futuro ya es incierto de por sí, como para considerar una vida en pareja según los estándares de "cásate y ten hijos antes de los [edad de moda]". No les puedo culpar.
- Voy por la vida soltando opiniones a modo de sentencias, como si estuviera en el foro. Son cosas que digo sin rumiar, a veces las pienso de verdad y otras es un recurso para darle un poco de chispa a la conversación, basado en opiniones reales pero con un extra de picante. Eso limita muchísimo la gente con la que me puedo relacionar, no es solamente por lo políticamente incorrecto que pueda resultar, porque en realidad esto es un filtro excelente y quien lo pasa suele tener un sentido del humor particular o alguna otra tara interesante que le hace quedarse a ver si hay más. El problema es más bien porque tengo una habilidad excelente para meter la gamba con este tipo de opiniones. Por ejemplo:
-"La gente que va a gran hermano está mal de la puta cabeza. Hay que ser un poco borderline para presentarse a un casting". Esto desde el asiento de atrás de un coche. La persona que conducía tenía un hermano que había llegado a la fase final de selección del programa. Nunca se me olvidará su silencio y la mirada por el retrovisor. Yo seguí diciendo gilipolleces toda la tarde.
-"Hay mujeres que se merecen que les peguen, porque les dan y vuelven una y otra vez". Esto acabó como el rosario de la aurora, porque las interlocutoras eran dos psicólogas que trabajaban con yonkis pero que aspiraban, como meta en la vida, a trabajar en algún centro de ayuda a mujeres maltratadas. Eso sí, las risas que nos echamos luego bien merecieron la tormenta.
Bueno, ya, que me enrollo, contad vuestras miserias, taras, cagadas, metidas de pinrel y otras razones por las que nuestra relación con las mujeres está herida de gravedad y probablemente jamás se recupere.
Se vale echar leña al fuego y dar palos a los foreros que no se fustiguen demasiado a sí mismos.