Las etapas

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Veo que ya has superado lo de tu ex. :lol:

Bienvenido al mundo real, amigo. Ya era hora.

No entiendo muy bien eso de superarlo.

La bipolaridad cuyos tiempos los marca el dolor al ver el lápiz del color de su pelo es un mero trámite químico como una semana de antibióticos. Bajones a lo @Cáncer de Colon durante un tiempo y luego la vida sigue.

Pero la conclusión de que tras tropezar con la misma piedra cierto número de veces ya se puede decir que se juega a fútbol con ella es algo mucho más largo, algo que uno puede dar por concluido todas las veces que quiera, hasta que el tiempo vuelva a ponérsela en las putas narices a hostia limpia.

Mi ex, dice. ¿Cuál de ellas? ¿Cuál de ellas se acuerda de mí? ¿Importa algo la respuesta a alguna de estas preguntas o ya sólo son un recuerdo en un cajón que ni las polillas recorrerán?

Os recitarán romances hasta que creáis en la bondad de sus almas. Bajaréis la guardia ante sus inmerecidas desdichas y juraréis lealtad a su escudo.

Y con la misma espada que juraste defenderla, te abre el pecho para cagarse en él.
 
Os recitarán romances hasta que creáis en la bondad de sus almas. Bajaréis la guardia ante sus inmerecidas desdichas y juraréis lealtad a su escudo.

Y con la misma espada que juraste defenderla, te abre el pecho para cagarse en él.

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Otra aproximación a las etapas podrían ser las etapas dentro de una relación.

Aquí somos unos cuantos con relaciones de largo recorrido y en mi caso está siendo un último año para olvidar. Cambio de casa, suegro toca cojones, suegra con alzheimer y la pareja obviamente en estado de crispación constante no es lo mejor para una relación.
 
Es que lo primero que hay que hacer es poner tierra de por medio con la familia, la propia y la de la mantecosa esposa.

Vamos, es que es de sentido común.
 
No entiendo muy bien eso de superarlo.

La bipolaridad cuyos tiempos los marca el dolor al ver el lápiz del color de su pelo es un mero trámite químico como una semana de antibióticos. Bajones a lo @Cáncer de Colon durante un tiempo y luego la vida sigue.

Pero la conclusión de que tras tropezar con la misma piedra cierto número de veces ya se puede decir que se juega a fútbol con ella es algo mucho más largo, algo que uno puede dar por concluido todas las veces que quiera, hasta que el tiempo vuelva a ponérsela en las putas narices a hostia limpia.

Mi ex, dice. ¿Cuál de ellas? ¿Cuál de ellas se acuerda de mí? ¿Importa algo la respuesta a alguna de estas preguntas o ya sólo son un recuerdo en un cajón que ni las polillas recorrerán?

Os recitarán romances hasta que creáis en la bondad de sus almas. Bajaréis la guardia ante sus inmerecidas desdichas y juraréis lealtad a su escudo.

Y con la misma espada que juraste defenderla, te abre el pecho para cagarse en él.


Es curioso cómo de transparentes podemos llegar a ser los hombres, y por hombres me refiero a seres con cierto grado de humanidad, con lo cual es acertada la omisión del género femenino.

La respuesta es que no, no te recordará ninguna. Almenos no con el odio que las puedas recordar tú al principio, hasta el punto de fantasear matarlas por no poder ser capaz de imaginar que le cuenten con el mismo convencimiento las mismas trolas a otros que, en las mismas situaciones, se las creerán igual que te las creístes tú. Ni con el posterior cariño que te sobrevendrá cuando, pasado el tiempo, escuches una canción que sonaba una vez y que le comentaste que era una mierda, o veas pasar un coche del mismo modelo que tenía ella, o veas de espaldas a otra que de lejos se le parece, o huelas en una tienda una que lleva la misma colonia.

Lo gracioso del caso es, cómo aún sabiendo que es temporal y que pasarás por los mismos estados cíclicos por los que ya pasaste, lo volverás a repetir como si hubiera algo más por descubrir un poco más abajo. Es imposible renunciar a algo que nos hace sentir tan vivos por más que después nos sintamos como una mierda, repetimos una y otra vez para sentir ese familiar cosquilleo subiendo desde las piernas cada vez como si fuera la primera.

Creerás durante un tiempo que su ausencia te dejará un vacío que nada más puede rellenar y no podrás soportar la idea que después te comparta con otros, pero somos tan idiotas que pronto creerás que la próxima vez será diferente y mejor porque llegarás aún más profundo. Así que evidentemente volverás abajo, otra vez, deseando recibir lo que la próxima quiera darte aunque sea la insatisfacción por los malos días de otros veces.











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Rebienvenido al lado oscuro.
 
Parecen ustedes quinceañeros. O poetas. O gilipollas, ya que estamos.
 
Advertencia: masuneos, los justos.

Además, para que negarlo, a mí me gustan mucho los profundos ladrillos reflexivos de Black Adder e iskariote: son de lo que muestran a todos cómo, en qué estilo y en qué forma concreta se deben escribir aquí las penas. Ya sean poetas, sean tiranos, sean esclavos, poca gente gasta párrafos tan sesudos como ellos. Da gusto leer gente que escribe más de dos frases seguidas con todos sus avíos sin trabucarse, así que no me los coarte ustec, querido Matarratas, sino enfréntese a ellos en buena lid.
 
Otra aproximación a las etapas podrían ser las etapas dentro de una relación.

Aquí somos unos cuantos con relaciones de largo recorrido y en mi caso está siendo un último año para olvidar. Cambio de casa, suegro toca cojones, suegra con alzheimer y la pareja obviamente en estado de crispación constante no es lo mejor para una relación.

Yo de los 3 años no paso. Y después del primero ya quieren huir como alma que se lleva el diablo, así que sólo puedo compadecer a los que resisten a pesar del bloqueo. Viva Cuba.

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Rebienvenido al lado oscuro.
Pues no he pisado el gimnasio desde que se fue. Excusas tengo para repartir pero ninguna me parece suficiente. Apatía y poco más.
 
Aquí somos unos cuantos con relaciones de largo recorrido y en mi caso está siendo un último año para olvidar. Cambio de casa, suegro toca cojones, suegra con alzheimer y la pareja obviamente en estado de crispación constante no es lo mejor para una relación.

No es usted el único. La relación más larga con diferencia que he vivido fue con mi ex, durante 11 años. De novios, la cosa empezó muy bien, congeniábamos, íbamos a todas partes, disfrutábamos de la playa, del campo, de la nieve, nos dábamos auténticos atracones de sexo: parece que estábamos hechos el uno para el otro, pero todo empezó a torcerse a partir del tercer o cuarto año. En cuanto empezamos a convivir como pareja, parecíamos más una sociedad limitada llevando adelante el buen desarrollo de un negocio importante e ineludible que una mujer y un hombre juntos: apenas nos dábamos satisfacciones; todo era pensar en los recibos, las facturas, las compras, los muebles, el alquiler, el trabajo, las preocupaciones, las respectivas familias, llegar a fin de mes... Por entonces, al comienzo, yo estaba en el paro y me costaba muchísimo salir a tirar dinero sabiendo que muchos días los pasábamos cenando fiambres. Parece de risa, pero es así. Ella aceptó vivir adaptándose a una situación de restricciones.

Evidentemente, cuando transcurrió el tiempo apenas dedicábamos espacio y lugar el uno para el otro. Sólo hablábamos de problemas, de malestar, de la rutina que se ceñía cada vez más a nuestras vidas. Todos los intentos que hicimos para alejar el mal fario y la desgana recíproca fracasaron, sin embargo éramos demasiado jóvenes para pensar en la ruptura y continuamos juntos pensando que era sólo una mala racha, que aquello pasaría con el tiempo. La gente, en el fondo, pese a las buenas intenciones, difícilmente cambia. Se es como se es y raramente modificas tu personalidad o tu carácter si no es a causa de hechos realmente traumáticos.

Llegado un momento, se nos hacía casi imposible convivir: durante varios años, fue habitual que las relaciones entre nosotros se espaciaran hasta que hubo veces que con suerte hacíamos algún "rapidito" un sábado noche cada 4 ó 5 semanas. Muchas veces dormíamos en camas separadas. Un día, ella me declaró que me había engañado premeditamente, con alevosía y diurnidad, cuando hizo todo lo posible para alejarme durante una semana completa dándome ánimos para que hiciera un curso que ella aseguraba que me iría muy bien. Fui tan ingenuo que pensé que realmente deseaba ayudarme, en vez de aprovechar mi ausencia para volver con un antiguo novio que la rechazó en el pasado. Finalmente, cuando me declaró que me había puesto los cuernos, me puse de límite una fecha y di el paso en pocas semanas: hice las maletas, llamé a una empresa de mudanzas y un día cogí mis libros, mis muebles, mis pocas cosas de valor y me marché. Al principio el dolor era tan intenso y la sensación de soledad tan amarga que creí que no podría resistirlo.

Cuando pasaron unos meses donde parecía tener la piel en carne viva, donde todo era amargura, resignación, malestar y lágrimas, recuerdo perfectamente una mañana: me desperté y me sentí absolutamente libre, como si me hubieran descargado de un enorme peso muerto de toneladas que había llevado conmigo encima durante años. Casi estallo de satisfacción y felicidad: era libre de nuevo. Podía hacer lo que me viniera en gana, cuando me viniera en gana, sin dar explicaciones ni justificaciones a nadie. No sé cómo pude tardar tanto en darme cuenta de las ventajas de volver a estar soltero. Pero reconozco que lo pasé auténticamente mal con la ruptura.

Seguimos viéndonos de cuando en cuando -en todos los sentidos- durante meses e, incluso, ella se planteó en alguna ocasión que quizá teníamos un futuro por delante.

Un día, lo recuerdo como si fuera hoy, me propuso volver a empezar y me entró tal risa y fue tal el desparpajo cuando le dije que no, que en absoluto pensaba volver con ella ni loco, que no sé aún cómo pude estar atado más de una década de esa forma, sintiéndome por momentos casi esclavizado, formando parte de una sociedad de bienes gananciales y poco más.

¿Cosas buenas? Ella me ayudó en algunas ocasiones a ver aspectos positivos que yo era incapaz de reconocer en mí mismo.

¿Cosas malas? No tendría suficiente foro para escribirlas todas.

Por ella guardo sólo un cariño lejano, difuso. Ya no recuerdo la fecha de su cumpleaños. Esta pasada Navidad me envió un formal y correcto email felicitándome por las fechas señaladas, que yo respondí a los dos o tres días con frialdad y desapego.

Conclusión personal: a veces nos sentimos tan solos que nos agarramos a un clavo ardiendo incluso sabiendo que está provocando un daño casi irreparable en nuestro interior. Empecé demasiado joven a convivir con una mujer sin darme tiempo a disfrutar de todo aquello que debería haber vivido sin ataduras. No se puede volver atrás, aunque es cierto que luego he recuperado muy bien el tiempo "perdido".
 
En cuanto empezamos a convivir como pareja, parecíamos más una sociedad limitada llevando adelante el buen desarrollo de un negocio importante e ineludible que una mujer y un hombre juntos: apenas nos dábamos satisfacciones; todo era pensar en los recibos, las facturas, las compras, los muebles, el alquiler, el trabajo, las preocupaciones, las respectivas familias, llegar a fin de mes... Por entonces, al comienzo, yo estaba en el paro y me costaba muchísimo salir a tirar dinero sabiendo que muchos días los pasábamos cenando fiambres. Parece de risa, pero es así. Ella aceptó vivir adaptándose a una situación de restricciones.

¿Y no podría ser esa una etapa lógica?

Al fin y al cabo, una pareja que pretende compartir futuro es una empresa, un proyecto en común donde las finanzas son, como en todo proyecto, un factor clave.

Eso no evita que una mala gestión pueda conducir los sueños al desastre, ni que el precio a pagar por el buen funcionamiento sea un infierno donde debería haber un hogar.

Pero no consigo comulgar con la noción moderna de una vida idónea, perfecta. Eso no existe, es imposible para mí y no puede ser tan diferente para el resto. Yo soy un gilipollas, pero no tanto. Superar las dificultades iniciales, delegar en quien puedes confiar y dedicarte a lo que sabes hacer mejor es una constante en todo proyecto de éxito.

En el caso descrito es muy probable que no fuera el momento, hay lecciones que sólo se aprenden desde el fracaso y hay edades a las que es demasiado pronto para olvidar los cuentos de hadas. Sin embargo, por muchas canas que peinen algunas, parece que siguen esperando la perfección cotidiana, la estabilidad y la seguridad son sus quimeras y los hombres de mi generación las víctimas de unas aspiraciones irrealizables.
 
Última edición:
Quizá lo sea; puede que fuera una etapa lógica, pero me sentía demasiado inexperto -o inmaduro-, para aceptar que la vida con una mujer era únicamente lidiar con problemas, llegar a fin de mes, llevar adelante la contabilidad de una casa sumando los gastos cada noche y olvidar todos los momentos pasados de satisfacción a su lado. No quería claudicar ni pensar que ya habían terminado todos esos instantes felices que habíamos vivido siendo novios. ¿Dónde estaba aquella mujer que me produjo esa sensación de auténtico bienestar durante los primeros meses? ¿Qué había sido de ella? ¿Dónde habían quedado el coqueteo, la sensualidad, las insinuaciones, las miradas? Todo se había esfumado.

Tal vez vivamos de cuentos de hadas, de ilusiones soñadas, de esperanzas incumplidas. Quizá sea ése el motor que nos impulsa a buscar en una mujer lo que pensamos que nos falta y deseamos. Sentir un cariño que realmente no nos pueden proporcionar en cuanto, finalmente, empiezan a plantearnos poner sobre la mesa sus auténticas demandas. Para mí, la noción de formar un hogar fue demasiado destructiva porque sobre una balanza siempre pensaban y abrumaban más los problemas que un mínimo de felicidad. La felicidad dio paso a las obligaciones.

Lástima que se vea uno abocado a fracasar, a pasar por un calvario de años de sufrimiento, para tener que descubrir que ni peinando canas es posible alcanzar el sueño de un equilibrio duradero, de una satisfacción cumplida, de una meta lograda. Tardé demasiado en darme cuenta de que la etapa de noviazgo no es sino una mascarada de engaños para llegar a un punto de no retorno que termina un día en un negocio frío, matemáticamente calculado, donde todo gira en torno a una sociedad de bienes gananciales. Demasiado mercantilismo para sobrevivir con cordura. Hay que pasar por ambas etapas para conocer las consecuencias emocionales que se derivan de ellas. Posiblemente, quien lo haga una vez no desee repetir nunca más.

Si lo desea, quizá debería usted explicarnos qué le lleva a pensar que está destinado al fracaso a los tres o cuatro años de haber conocido una mujer, incluso antes de dar el paso de entrar en el ámbito pseudoempresarial que yo he relatado o el porqué desean huir como almas que se lleva el diablo.
 
Si lo desea, quizá debería usted explicarnos qué le lleva a pensar que está destinado al fracaso a los tres o cuatro años de haber conocido una mujer, incluso antes de dar el paso de entrar en el ámbito pseudoempresarial que yo he relatado o el porqué desean huir como almas que se lleva el diablo.

Hablo con la sabiduría que me da el fracaso, tras haber convivido ya con 3 parejas sentimentales, la cota superior de los 3 años no es una suposición, es una estadística.

El acoso contable es una tortura, una miseria que te destruye. Es una lección muy dura y muy poco edificante, la de saber que no vales más que lo que puedes ofrecer. Bien entendida puede ser una filosofía muy saludable, la reciprocidad sobre la que se construye nuestra sociedad, pero seguramente ayude mucho a entenderla el hecho de tener algo que compartir más allá de las facturas.

Cuando la necesidad entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana, eso es un hecho. Lo entendí la primera vez y tropecé una segunda. La tercera pensé que sería la vencedora y lo cierto es que casi me derrota.

Si no me niego, si no me cierro en banda y renuncio a eso que algunos llaman amor y que yo más bien entiendo como un equipo, un objetivo común, es porque cuanto más me he empeñado en quedarme sólo, más he atraído la compañía femenina. Para evitar que el ciclo de este péndulo de dolor se repita, prefiero moderar mi postura y limitarme a admitir que no tengo criterio. No sé nadar y estoy harto de tragar agua, lamentablemente soy incapaz de vivir en el secano y estoy condenado a morir ahogado, por mucho que ahora me sienta seguro en esta roca viendo las olas romper.
 
Conclusión personal: a veces nos sentimos tan solos que nos agarramos a un clavo ardiendo incluso sabiendo que está provocando un daño

¿Es que deberíamos aceptar pulpo como animal de compañía?. Lo digo porque me parece que muchos tíos les ha pasado eso o ha venido un momento en su vida en que se han hecho esa pregunta.

El tema es si resistes a esa soledad y evitas juntarte con esa mujer porque no hay más remedio. Y caes entonces en la trampa.

Yo estoy ahora mismo en una especie de "equilibrio": un 50% aceptaría y otro 50% no aceptaría (además, nadie tiene que gobernar mi vida amorosa).
 
Yo estoy en la etapa de : (decálogo)

1º Me da pereza el hecho de empezar el proceso de ligue-relación con una mujer.
2º Disfruto de las pequeñas grandes cosas como la libertad de hacer lo que me de la gana en mi casa, salir cuando yo quiera y volver cuando yo quiera sin tener que dar explicaciones a nadie .
3º Una pequeña alarma se enciende en mi conciencia que me dice " oye chato! puede que te quedes soltero toda la vida y vivas tus años en soledac! "
4º He perdido totalmente la verguenza. Si una chavala me gusta se lo digo claramente. No hay miedo al rechazo. Si me rechaza... next.
5º No confío en las mujeres porque conozco su naturaleza. Por experiencia propia, más que nunca a estas alturas, lo que me hace desvalorar el hecho del AMOR en sí.
6º He llegado a la conclusió, también, de que por naturaleza ellas tienen un 6º sentido que no tenemos nosotros .
7º Me oprime bastante la desigualdad que hay en las relaciones de pareja. La mujer siempre, por sociedad-genética-milhistorias siempre lleva la razón. Saben sacarle jugo a su situación de supuesta vulnerabilidad. Cual perro acojonado se ponen patas arribas pero lo que no sabemos es que si están patas arriba tienen cuchillas en las garras.
8º Follar está sobrevalorado INDUDABLEMENTE. Aunque da gustito. Está tan sobrevalorado que el 80% de los tios que follan con tias están más pendiente a que la tía disfrute a que disfrutemos nosotros mismos. Hay una especie de ansiedad por ello.
9º El poder del coño te hipnotiza. Por mucha experiencia que tengas.
10º Las relaciones son muy engañosas. Al principio todo es muy bonito porque realmente ni te conoce ella , ni la conoces tu . Así que el amor no es más que una falsa ilusión que nos metió en vena el romanticismo literario .

En esa etapa de pensamiento estoy. ¿Me veis mal? ¿sociópata? ¿realista?
 
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6º He llegado a la conclusión, también, de que por naturaleza ellas tienen un 6º sentido que no tenemos nosotros .

En esa etapa de pensamiento estoy. ¿Me veis mal? ¿sociópata? ¿realista?

Indudablemente, le veo bastante realista, por mor de haber sido engañado, de ir de vuelta de un fracaso en otro y de tener mucha más perspectiva que cuando era más joven sobre los "efectos secundarios" que conlleva convivir con una mujer.

Lo que antes era un episodio de conquista romántica, con música de fondo, flores y piar de pájaros, se ha convertido en un proceso angustioso que es ya, para usted, una experiencia que puede causar más trastornos, daño e incertidumbres que placer o felicidad.

Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención de su mensaje ha sido la 6ª nota del decálogo. Me gustaría que la desarrollase, porque yo lo interpreto de una forma radicalmente distinta, aunque puede que esté equivocado y tenga que pensar en que esa frase hecha tiene algún viso de verosimilitud. En cualquier caso, dudo que sea así. ¿Puede ustec ilustrarnos?
 
3º Una pequeña alarma se enciende en mi conciencia que me dice " oye chato! puede que te quedes soltero toda la vida y vivas tus años en soledac! "

Y eso sin tener a tu alrededor personas tóxicas que te lo estén recordando o intenten manipularte con sus jodidos comentarios-sentencias.

Imagínate yo...:face:
 
Indudablemente, le veo bastante realista, por mor de haber sido engañado, de ir de vuelta de un fracaso en otro y de tener mucha más perspectiva que cuando era más joven sobre los "efectos secundarios" que conlleva convivir con una mujer.

Lo que antes era un episodio de conquista romántica, con música de fondo, flores y piar de pájaros, se ha convertido en un proceso angustioso que es ya, para usted, una experiencia que puede causar más trastornos, daño e incertidumbres que placer o felicidad.

Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención de su mensaje ha sido la 6ª nota del decálogo. Me gustaría que la desarrollase, porque yo lo interpreto de una forma radicalmente distinta, aunque puede que esté equivocado y tenga que pensar en que esa frase hecha tiene algún viso de verosimilitud. En cualquier caso, dudo que sea así. ¿Puede ustec ilustrarnos?

Veamos querido compañero forero :

Las mujeres tienen un sexto sentido en cuanto a inteligencia genética superior al hombre. No digo capacidad de estudiar o de triunfar en la vida en el mundo de los negocios , sino en la cuestión "cortejo", "emparejamiento" y "dominio sexual-afectivo".
Solo tienes que mirar y probar la inteligencia de una niña de 5 años y de un niño de 5 años.... comprueba quién es más despierto, más listo, más inteligente. Si bien a una niña desde temprana edad le regalan un muñeco-bebé , eso crea que en su subconsciente el imaginar que está vivo y que tiene que cuidarlo. Regala a un niño una muñeca... lo lanzará contra la pared, le dará hostias y hasta lo destrozará con su forma de jugar, digamos, algo más violenta.

Todo ésto viene de los "primeros hombres", que no hablo de The Lord of the Rings sino de los primeros tiempos de la humanidad en épocas pretéritas. Donde la mujer era la "adminstradora" y el hombre "el ejecutor". La mujer guarda la casa, adminstra los bienes muebles (en la época la comida ) y lo inmbuebles (administración de la cueva donde vivía). El hombre es más SIMPLE. Arco-flecha-lanza y actuar de forma impulsiva.

Esa herencia genética la seguimos teniendo hoy día... aunque intenten ponerle falda a las señales de tráfico con gráficos antropomorfos , millones de años de evolución-costumbre no pueden ser cambiadas por 3-4 leyes feministas.

La mujer sabe cómo manejar a un hombre. Aunque no sea consciente de ello. Siempre llevaremos en nuestro ADN que la mujer es débil, inferior y objeto de cuidado total porque potencialmente albergará nuestra descendencia. ¿Habeis visto alguna vez a los tios en la cama acariciar de forma inconsciente el vientre de su amada? ...seguro que alguno lo habeis hecho. Eso es herencia genética.

Inconscientemente también la mujer sabe que el hombre "se preocupa" por su biennestar total y eso crea "aprovechamiento" total de la situación. Fuera a parte , en el ámbito más estrictamente animal, no es lo mismo pajearse que meterla en caliente.

Ni que decir tiene que las primeras "sociedades" humanas eran matriarcales donde el coño y las tetas gordas de las mujeres eran la personificación de la divinidad al poder parir hijos en un proceso " mágico " que nadie entendía en la época.

Esto y mucho más hace que la mujer tenga un sexto sentido de inteligencia debido a la situación adquirida genéticamente durante el devenir de los siglos.

¿Está de acuerdo ustec ?

Es pura y simplemente antoprología
 
Última edición:
Estoy de acuerdo en muchas de sus apreciaciones sobre el comportamiento femenino a nivel de pareja y en el entorno social, pero dudo que podamos calificar su capacidad de percepción como "sexto sentido". Personalmente, después de analizar esas mismas facultades, aparentemente mejores que las de los hombres, he pensado siempre que lo que catalogamos como sexto sentido es lo que comúnmente denominados a nivel de calle tener más "mala leche" y prever situaciones futuras a corto plazo.

Que no se me interprete mal. No quiero decir con esto que las mujeres sean más malas (que lo son), sino que biogenéticamente están siempre más alerta para apreciar situaciones, gestos, emociones, sentimientos, riesgos, precauciones a un nivel de arousal más alto que del varón y, en consecuencia, se anticipan mejor a los peligros, tratando de evitarlos, o aprovechándose de las anticipaciones incontrovertibles para prever qué va a suceder de forma lógica antes de que ocurra.

O sea, traducido: no es un sexto sentido real, sino una capacidad de análisis y de percepción más aguzadas por la necesidad que sienten de proteger y ser protegidas y una menor preparación para afrontar los riesgos a los que los hombres nos enfrentamos con muchísimo menos miedo, con las consecuencias que se derivan.

Un ejemplo muy torpe y básico: todo el mundo sabe que las mujeres, por lo general, conducen peor que los hombres, porque guardan una precaución excesiva y no saben anticiparse correctamente a las situaciones inesperadas que surgen, al margen de que aprecian peor los movimientos espaciales, y, en consecuencia, son más conservadoras y tienen menos accidentes que nosotros, pero no porque sepan hacerlo mejor, sino porque tratan de evitar riesgos a los que nosotros nos enfrentamos sin dudarlo y en situaciones mucho más comprometidas. Un hombre siempre conduce mejor, tiene menos nivel de ansiedad que ellas, pero eso le hace bajar la guardia y sentir cierta tendencia a cometer imprudencias, aunque la mayor parte de las veces las solventamos sin problemas. La mujer es más precavida, más juiciosa, menos dada al riesgo. Si a eso lo podemos catalogar como "sexto sentido" estoy de acuerdo con usted, pero de ninguna manera creo que esa facultad sea siempre de orden positivo.
 
Veo que estáis hechos unos expertos en eso de la "psicología" femenina.
 
Mi etapa de mierda

Al fin y al cabo, una pareja que pretende compartir futuro es una empresa, un proyecto en común donde las finanzas son, como en todo proyecto, un factor clave.

Siempre me ha hecho gracia la comparación de las parejas con equipos o empresas. Nada más lejos de la realidad para mi. En cuanto a los equipos de perfecta colaboración, yo creo que las mujeres aceptan relaciones de resultado cero solo con las otras mujeres (yo pongo la misma cantidad de recursos que obtengo), pero con los hombres no es así. Las mujeres estan programadas para que el resultado de su interacción con los hombres sea positivo, sinó son infelices. O sea que la idea de la colaboración no funciona muy bien. En cuanto al símil de la empresa, me vale pero de la siguiente manera. Desde la perspectiva de la mujer sin duda hay similitud con la empresa, ambas buscan el máximo beneficio. Y desde la perspectiva del hombre, la relación con un mujer vendría a ser como el gasto fijo empresarial que, o cubres con tu actividad económica, o sencillamente la empresa se va a la quiebra porque los gastos se te comen el beneficio.

Las mujeres son animales extractivos por naturaleza. Son felices recibiendo más de lo que dan. Y si no es así, se amargan y pronto desaparecen. Pocas cosas són más humillantes para una mujer que mantener a un hombre. Incluso por un periodo corto de tiempo. Se vuelven, no exigentes, sinó tiránicas. No paran de quejarse y viven amargadas. Va contra natura. Todos hemos visto centenares de casos de rupturas matrimoniales por falta de pasta. Cuando el marido ya no ha llegado con un sueldo digno a casa, la cosa ya se ha empezado a joder...

Yo estoy en la etapa de comprender que solo existe un motivo para tener una relación con una mujer, y es si se te antoja familia (o sea, hijos). Siendo o no un error, me parece el único motivo por el que convivir con ellas, y siempre comprendiendo que sin pasta no vas a ningun lado. Existen hombres sin inquietudes ni iniciativa que las necesitan para otras cosas, como no estar solos, o no sentirse diferentes, o follar. Todas esas cosas se pueden suplir con amigos, conocimiento, hobbies, putas o terapia. Evidentemente no podemos escapar de nuestra naturaleza, o sea, perseguir al coño, pero se trata de saber hacerlo de la manera menos perjudicial para tu existencia.

Mi primera relación fué con 16 años y estuve 2 putos años con la misma tía. Eramos pueriles y estúpidos, a esa edad nada de lo dicho se cumple porqué todo son idealismos y no tienes una vida "real". Al final corté yo por aburrimiento, cosa normal cuando no puedes ni largarte en coche por ahí y eres un retrasado. Mirando para atrás no los veo como dos años perdidos porqué me valieron para reflexionar y entender que las relaciones no son lo que te cuentan en las películas. Y esa reflexión tiene valor por ser tan temprana. Mis colegas se reían de mi por "estar pillado" tan joven, pero después cambiaron las tornas. Los siguientes 20 años no tuve relaciones de más de 6 meses con nadie y cuando tuve algun dinero descubrí que por 300 euros te plantas en paises donde follar no es tan difícil. Poco a poco he ido entendiendo lo que ya todos los foreros sabemos sobre las mujeres, a base de sufrimiento. Mis colegas ahora estan atrapados en relaciones con mujeres que no son felices porqué no sacan todo lo que esperaban de la relación. Trabajan ambos a la par, por igual, y eso, en el fondo no las hace felices a ellas. Esta situación las convierte en amargadas y hace la vida imposible de mis colegas. Yo no me siento más listo que ellos. Solo creo que tuve suerte.

Ahora, a una edad tardía para la mayoría, me planteo tener hijos. Siendo un error o no, tengo muy claro que debo tener el dinero para pagarlo. Para pagar la relación, para pagar los hijos, incluso debo tener un plan B donde poder dormir si las cosas se tuercen. El error es meterse en una relación con una mujer que, de sentimental, tiene bien poco.

La cuestión es que las mujeres quieren mejorar su posición y estado con las relaciones, y siempre sacar más de lo que ponen. Está la etapa anterior a comprender eso y la etapa posterior.
 
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