Latinos emprenden

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LeChuck

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18 Ago 2010
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Que tal.

Hay un fenómeno en esta nuestra Españita de brazos abiertos a nuestros primos latinos que me da un poco de risa y de pena al mismo tiempo.

Como tal vez hayáis percibido llevamos dos décadas de salvaje invasión y nuestros primos del otro lado del océano no es que sean numerosos, es que hay zonas en nuestras ciudades en las que no se ven formas humanas diferentes a los morenos achaparrados.

No es este un hilo para el odio y el desprecio, sino para la puesta en común de ese aspecto de la inmigración latina que es el negocio de barrio.

Y es que llevo unos años observando que, supongo debido a la laxitud de la normativa laboral/empresarial en estos países, parecen ser los latinos, de entre toda la miriada de nacionalidades que disfrutamos, los que más bordean los limites de lo que a mí entender es el emprendimiento serio y profesional.

A falta de legalidad para salir a buscarse la vida arrastrando carritos de salchipapas y jugos de frutas y alcohol en una nevera portátil, se resignan a pagar el alquiler de un local comercial y a distribuir por el desangelado espacio el equivalente a un carrito de la compra, de tal forma que si entras buscando Coca-Cola, gomas para el pelo, o maíz enlatado, quizás tengas suerte, pero si buscas pan de molde, desodorante o peras, pues no.

Especialmente frecuentes son los bares o locales de comida rápida que si bien no pretenden atraer sólo a compatriotas, acaban haciéndolo (y echando la persiana a no mucho tardar) gracias a su notable habilidad para repeler a la gente de bien, por ejemplo dejando que los amigotes con pinta de Dominican Don't Play compadreen a voces en la puerta del local a todas horas, o emitiendo reguetón sin parar y a máximo volumen por el equipo de sonido. El repelente definitivo es la bandera de algún país latino bien visible en el letrero o junto a la puerta. Normalmente la bandera de Colombia.

No son inusuales los minúsculos comercios en los que uno no sabe muy bien qué se vende, aunque se pueden ver pelucas y extensiones capilares colgando de las paredes, y tintes bajo el mostrador. Normalmente el propietario estará de charla con algún amigo, y los clientes ni están ni se los espera. A pesar de todo este tipo de negocio parece durar abierto mucho más de lo que dicta el sentido común.

Hace cosa de un mes me sorprendió el cierre de algo que ilustra la disparatada originalidad que guía a esta gente a la hora de emprender. Nada menos que una cafetería de barrio que también ofrecía sushi. Es decir, lo que originalmente sería Bar Simpson, frecuentada por tres jubilados y un par de fontaneros, ahora era Bar Nikei, en el que podías tomarte un cortado con un bollo industrial por la mañana y una selección variada de sushi a la noche, 100% hecho por... peruanos o algo así. Cerró, y yo me sorprendo ahora de que tal cosa me sorprendiese.

La tendencia actual por mi ciudad parecen ser las peluquerías para hombres. La escapatoria de los veinteañeros latinos al oscuro panorama laboral español. Montones de pequeñas peluquerías frecuentadas por jóvenes con aspecto de trapichear con drogas, decoradas pobremente y ambientadas con infecta música urbana latina. En una que había cerca de la que era mi casa hasta hace semanas las paredes habían sido decoradas con personajes de Dragón Ball pintados a spray. En general estos negocios apestan a chamizo de adolescentes y a negligencia en el cableado eléctrico.

Qué decir de los bares de copas y salsódromos por y para latinos (en los que algún desesperado español se aventura a ver si se le agarra alguna interesada con necesidad de embarazo exprés). Ruidosos y oscuros tugurios que siempre se llevan las medallas al local con más peleas multitudinarias, navajazos, amenazas y gritos a altas horas de la madrugada, y visitas de la policía. O eso me cuenta mi colega el nacional, que está hasta el rabo mismo de hacer al mes más viajes a los mismos cuatro antros de latinos que a todo el resto de locales de ocio de la ciudad.

En fin, que no tengo internet y esto lo he cagado con el móvil y me están dando calambres en los dedos.
 
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Que tal.

Hay un fenómeno en esta nuestra Españita de brazos abiertos a nuestros primos latinos que me da un poco de risa y de pena al mismo tiempo.

Como tal vez hayáis percibido llevamos dos décadas de salvaje invasión y nuestros primos del otro lado del océano no es que sean numerosos, es que hay zonas en nuestras ciudades en las que no se ven formas humanas diferentes a los morenos achaparrados.

No es este un hilo para el odio y el desprecio, sino para la puesta en común de ese aspecto de la inmigración latina que es el negocio de barrio.

Y es que llevo unos años observando que, supongo debido a la laxitud de la normativa laboral/empresarial en estos países, parecen ser los latinos, de entre toda la miriada de nacionalidades que disfrutamos, los que más bordean los limites de lo que a mí entender es el emprendimiento serio y profesional.

A falta de legalidad para salir a buscarse la vida arrastrando carritos de salchipapas y jugos de frutas y alcohol en una nevera portátil, se resignan a pagar el alquiler de un local comercial y a distribuir por el desangelado espacio el equivalente a un carrito de la compra, de tal forma que si entras buscando Coca-Cola, gomas para el pelo, o maíz enlatado, quizás tengas suerte, pero si buscas pan de molde, desodorante o peras, pues no.

Especialmente frecuentes son los bares o locales de comida rápida que si bien no pretenden atraer sólo a compatriotas, acaban haciéndolo (y echando la persiana a no mucho tardar) gracias a su notable habilidad para repeler a la gente de bien, por ejemplo dejando que los amigotes con pinta de Dominican Don't Play compadreen a voces en la puerta del local a todas horas, o emitiendo reguetón sin parar y a máximo volumen por el equipo de sonido. El repelente definitivo es la bandera de algún país latino bien visible en el letrero o junto a la puerta. Normalmente la bandera de Colombia.

No son inusuales los minúsculos comercios en los que uno no sabe muy bien qué se vende, aunque se pueden ver pelucas y extensiones capilares colgando de las paredes, y tintes bajo el mostrador. Normalmente el propietario estará de charla con algún amigo, y los clientes ni están ni se los espera. A pesar de todo este tipo de negocio parece durar abierto mucho más de lo que dicta el sentido común.

Hace cosa de un mes me sorprendió el cierre de algo que ilustra la disparatada originalidad que guía a esta gente a la hora de emprender. Nada menos que una cafetería de barrio que también ofrecía sushi. Es decir, lo que originalmente sería Bar Simpson, frecuentada por tres jubilados y un par de fontaneros, ahora era Bar Nikei, en el que podías tomarte un cortado con un bollo industrial por la mañana y una selección variada de sushi a la noche, 100% hecho por... peruanos o algo así. Cerró, y yo me sorprendo ahora de que tal cosa me sorprendiese.

La tendencia actual por mi ciudad parecen ser las peluquerías para hombres. La escapatoria de los veinteañeros latinos al oscuro panorama laboral español. Montones de pequeñas peluquerías frecuentadas por jóvenes con aspecto de trapichear con drogas, decoradas pobremente y ambientadas con infecta música urbana latina. En una que había cerca de la que era mi casa hasta hace semanas las paredes habían sido decoradas con personajes de Dragón Ball pintados a spray. En general estos negocios apestan a chamizo de adolescentes y a negligencia en el cableado eléctrico.

Qué decir de los bares de copas y salsódromos por y para latinos (en los que algún desesperado español se aventura a ver si se le agarra alguna interesada con necesidad de embarazo exprés). Ruidosos y oscuros tugurios que siempre se llevan las medallas al local con más peleas multitudinarias, navajazos, amenazas y gritos a altas horas de la madrugada, y visitas de la policía. O eso me cuenta mi colega el nacional, que está hasta el rabo mismo de hacer al mes más viajes a los mismos cuatro antros de latinos que a todo el resto de locales de ocio de la ciudad.

En fin, que no tengo internet y esto lo he cagado con el móvil y me están dando calambres en los dedos.
La modalidad por excelencia de autoempleo de las latinas es el acompañamiento. Las más mayores acompañan ancianos, las más jóvenes acompañan solitarios. Todas cobran en B y por mucho que diga Shakira no emiten factura
 
Oye muy bien todo, pero todos los españoles que conozco de forma personal son más bajitos que yo además de calvos prematuros.

Por lo demás normal. Se emprende en lo que se tiene conocimiento, el inmigrante más común es carente de formación académica, entonces cocinar y servir al público serán sus principales herramientas, a eso hay que sumarle que aquellos con formación académica universitaria y/o profesional al llegar son víctimas del paro que es muy fuerte en España.
 
Que tal.

Hay un fenómeno en esta nuestra Españita de brazos abiertos a nuestros primos latinos que me da un poco de risa y de pena al mismo tiempo.

Como tal vez hayáis percibido llevamos dos décadas de salvaje invasión y nuestros primos del otro lado del océano no es que sean numerosos, es que hay zonas en nuestras ciudades en las que no se ven formas humanas diferentes a los morenos achaparrados.

No es este un hilo para el odio y el desprecio, sino para la puesta en común de ese aspecto de la inmigración latina que es el negocio de barrio.

Y es que llevo unos años observando que, supongo debido a la laxitud de la normativa laboral/empresarial en estos países, parecen ser los latinos, de entre toda la miriada de nacionalidades que disfrutamos, los que más bordean los limites de lo que a mí entender es el emprendimiento serio y profesional.

A falta de legalidad para salir a buscarse la vida arrastrando carritos de salchipapas y jugos de frutas y alcohol en una nevera portátil, se resignan a pagar el alquiler de un local comercial y a distribuir por el desangelado espacio el equivalente a un carrito de la compra, de tal forma que si entras buscando Coca-Cola, gomas para el pelo, o maíz enlatado, quizás tengas suerte, pero si buscas pan de molde, desodorante o peras, pues no.

Especialmente frecuentes son los bares o locales de comida rápida que si bien no pretenden atraer sólo a compatriotas, acaban haciéndolo (y echando la persiana a no mucho tardar) gracias a su notable habilidad para repeler a la gente de bien, por ejemplo dejando que los amigotes con pinta de Dominican Don't Play compadreen a voces en la puerta del local a todas horas, o emitiendo reguetón sin parar y a máximo volumen por el equipo de sonido. El repelente definitivo es la bandera de algún país latino bien visible en el letrero o junto a la puerta. Normalmente la bandera de Colombia.

No son inusuales los minúsculos comercios en los que uno no sabe muy bien qué se vende, aunque se pueden ver pelucas y extensiones capilares colgando de las paredes, y tintes bajo el mostrador. Normalmente el propietario estará de charla con algún amigo, y los clientes ni están ni se los espera. A pesar de todo este tipo de negocio parece durar abierto mucho más de lo que dicta el sentido común.

Hace cosa de un mes me sorprendió el cierre de algo que ilustra la disparatada originalidad que guía a esta gente a la hora de emprender. Nada menos que una cafetería de barrio que también ofrecía sushi. Es decir, lo que originalmente sería Bar Simpson, frecuentada por tres jubilados y un par de fontaneros, ahora era Bar Nikei, en el que podías tomarte un cortado con un bollo industrial por la mañana y una selección variada de sushi a la noche, 100% hecho por... peruanos o algo así. Cerró, y yo me sorprendo ahora de que tal cosa me sorprendiese.

La tendencia actual por mi ciudad parecen ser las peluquerías para hombres. La escapatoria de los veinteañeros latinos al oscuro panorama laboral español. Montones de pequeñas peluquerías frecuentadas por jóvenes con aspecto de trapichear con drogas, decoradas pobremente y ambientadas con infecta música urbana latina. En una que había cerca de la que era mi casa hasta hace semanas las paredes habían sido decoradas con personajes de Dragón Ball pintados a spray. En general estos negocios apestan a chamizo de adolescentes y a negligencia en el cableado eléctrico.

Qué decir de los bares de copas y salsódromos por y para latinos (en los que algún desesperado español se aventura a ver si se le agarra alguna interesada con necesidad de embarazo exprés). Ruidosos y oscuros tugurios que siempre se llevan las medallas al local con más peleas multitudinarias, navajazos, amenazas y gritos a altas horas de la madrugada, y visitas de la policía. O eso me cuenta mi colega el nacional, que está hasta el rabo mismo de hacer al mes más viajes a los mismos cuatro antros de latinos que a todo el resto de locales de ocio de la ciudad.

En fin, que no tengo internet y esto lo he cagado con el móvil y me están dando calambres en los dedos.

Aquí los latinos sólo abren bares. La construcción es para rumanos y las empresas de mano de obra por horas (para el campo y la obra), cosa de moros.

Recuerdo que estuve destinado unas semanas en Bilbao hace seis o siete años y me hospedaba cerca de Vistalegre, donde en tres o cuatro calles estaba todo copado por estas miríadas de hijos de la pachamama que controlaban el cien por cien de los locales y esparcían su cultura a todo volumen y con alguna que otra botella volando.

Ahí no entraba nadie que no fuesen ellos o gente a la que nos gusta el Bioparc.

No sé por qué me acuerdo de esta mierda de asunto ahora
 
Por otro lado ¿Qué mierda es esa de "Latinos"?

Aquí los Latinos son ustedes y en principal motivo los italianos.

Yo como original de Venezuela no tengo ningún ancestro que hablase latín, los anteriores a mi y mis ancestros Americanos nunca hablaron Latín como lenguaje o lengua materna.

Mis ancestros todos los llegados y nacidos en América hablaron Español Castellano, en menor medida quizás un lenguaje africano, y en proporción mayoritaria es lo mismo sumando un lenguaje indígena.

YO SOY HISPANO. HISPANO, HIJOS DE PUTA.
 
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Por otro lado¿Qué mierda es esa de "Latinos"?

Aquí los Latinos son ustedes y en principal motivo los italianos.

Yo como original de Venezuela no tengo ningún ancestro que hablase latín, los anteriores a mi y mis ancestros Americanos nunca hablaron Latín como lenguaje o lengua materno.

Mis ancestros todos los llegados y nacidos en América hablaron Español Castellano, en menor medida quizás un lenguaje africano, y en proporción mayoritaria es lo mismo sumando un lenguaje indígena.

YO SOY HISPANO. HISPANO, HIJOS DE PUTA.

Eres panchito, PANCHITO.
 
Vivi 3 años en Mexico, que a lo mejor es el país menos sudaca de allí (quitando quizás Chile y Argentina) y es tal y como lo cuentas.

La impresión que tienes, cuando vas a un negocio que no pertenezca a una franquicia es que es totalmente ilegal. El típico que ha montado una frutería / peluquería / lo que sea en el salón de su casa que da a la calle y allí se lo monta en B. Con la música a todo trapo.

Y aquí, como orgulloso habitante del barrio de Carabanchel, tengo que decir, que vamos a exactamente lo mismo. Estuve en una app que se llama nextdoor para vender cosas, y es increible la de gente que tuve que denunciar porque se ofrecían como peluqueros a domicilio, empanadas a domicilio, o cualquier mierda sin permiso alguno que se supone que en un país civilizado no debería permitirse. Hoy por la mañana cuando he ido a por unos churros, entre las viejas pendejas vendiendo empanadas a la salida de metro y las de la Iglesia Apostólica captando creyentes, me veía perfectamente allí.

En San Isidro, que es donde vivo en Madrid, os podéis ir cualquier Sábado o Domingo por la tarde y vais a ver el futuro que nos espera.
 
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Oye muy bien todo, pero todos los españoles que conozco de forma personal son más bajitos que yo además de calvos prematuros.
Como un ecuatoriano con el que juego a baloncesto, él 1.60 siendo muy generoso, yo 1.92. Me dice que los Incas eran muy altos (más de 190) pero que cuando se aparearon con los extremeños que fuimos para allá (soy extremeño) que como eramos muy bajitos los bajamos la altura. :sad::sad::sad:

Edito: los venezolanos sereis más altos, porque a diferencia de otros países allí si hicimos un buen trabajo de exterminio, y no hay tanto amerindio como en otros países sino que la mayoría sois mestizos o mezclados con negroides.
 
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En fruterías los pakis ganan de calle, y en peluquerías de hombres los moros.

En tu pueblo quizá, en Madrid hay fruterías de pantxitos a punta de pala. Pakis aquí casi no hay.

Estas fruterías, además, tienen bastante éxito en general. Suelen ser locales pequeños con muchas cajas amontonadas de toda clase de frutas, muchas de ellas de poco consumo tradicional aquí y carteles, muchos carteles, pegados con celo por todas las paredes y hasta por la fachada de Lebara y Money Gramm y productos Goya y de refrescos de colorinchis que supongo que serán los que se beban por allí y también carteles de alguna actuación de algún cantante pantxito, también con mucho colorinchi. Desconozco por qué esta inclinación hacia el gremio hortofrutícula de esta tropa y también por qué cojones tienen que poner tanto cartelito horrendo de colores.
 
. Desconozco por qué esta inclinación hacia el gremio hortofrutícula de esta tropa y también por qué cojones tienen que poner tanto cartelito horrendo de colores.
Porque en su pais de origen es practicamente lo unico que se pueden permitir, Vienen aquí y hacen lo de allí.
 
Porque en su pais de origen es practicamente lo unico que se pueden permitir, Vienen aquí y hacen lo de allí.
Pues si lo único que pueden permitirse para decorar paredes son carteles de mierda horrendos bien podían limitarse a ponerlos en el interior de los comercios y no en las fachadas afeando la calle.
 
Pues si lo único que pueden permitirse para decorar paredes son carteles de mierda horrendos bien podían limitarse a ponerlos en el interior de los comercios y no en las fachadas afeando la calle.
Me referia a las frutas.

Los carteles, es por su CI. Tu no anuncias unos dibujos animados para crios de 4 años con unas sobrias lineas en blanco y negro. Necesitas algo que llame la atención a la parte del cerebro no racional. Pues con esta gente igual…
 
Me referia a las frutas.

Los carteles, es por su CI. Tu no anuncias unos dibujos animados para crios de 4 años con unas sobrias lineas en blanco y negro. Necesitas algo que llame la atención a la parte del cerebro no racional. Pues con esta gente igual…
Ya, ya sé que te referías a las frutas, esa era la coña de mi post.

De acuerdo en lo del CI.
 
Vivi 3 años en Mexico, que a lo mejor es el país menos sudaca de allí (quitando quizás Chile y Argentina) y es tal y como lo cuentas.

Joder tío, pero que animal eres. México está ubicado en Norteamérica, Sudacas es el término despectivo para referirse a los habitantes de Sudamérica.

Y México es mucho más tercermundista que casi todos los países de Sudamérica quizás a excepción de Bolivia, Surinam, Guyana, Paraguay.

Y aquí, como orgulloso habitante del barrio de Carabanchel, tengo que decir, que vamos a exactamente lo mismo. Estuve en una app que se llama nextdoor para vender cosas, y es increible la de gente que tuve que denunciar porque se ofrecían como peluqueros a domicilio, empanadas a domicilio, o cualquier mierda sin permiso alguno que se supone que en un país civilizado no debería permitirse. Hoy por la mañana cuando he ido a por unos churros, entre las viejas pendejas vendiendo empanadas a la salida de metro y las de la Iglesia Apostólica captando creyentes, me veía perfectamente allí.

Triste pero cierto, la informalidad es el rubro económico que desarrolla ese tipo de inmigración aunque sigue siendo mucho mejor que el Top Manta de los subsaharianos.


En San Isidro, que es donde vivo en Madrid, os podéis ir cualquier Sábado o Domingo por la tarde y vais a ver el futuro que nos espera.

Tiene el gobierno de España que desarrollar planes socioeconómicos para recuperar todos esos nichos productivos y económicos que se han perdido ante el globalismo y la intromisión de los productos de las economías esclavistas de China, India, Vietnam, Tailandia, Marruecos y demás similares.

Allí pueden ocuparse los hispanoamericanos.

Como un ecuatoriano con el que juego a baloncesto, él 1.60 siendo muy generoso, yo 1.92. Me dice que los Incas eran muy altos (más de 190) pero que cuando se aparearon con los extremeños que fuimos para allá (soy extremeño) que como eramos muy bajitos los bajamos la altura. :sad::sad::sad:

Bueno hablo de mi experiencia personal en realidad no voy yo por allí tomando medidas corporales de las demás personas, cuando mucho me percato de la estatura y si están en el gimnasio del hecho que suelo ser mucho más fuerte.

Edito: los venezolanos sereis más altos, porque a diferencia de otros países allí si hicimos un buen trabajo de exterminio, y no hay tanto amerindio como en otros países sino que la mayoría sois mestizos o mezclados con negroides.

Venga, otro subnormal que dice haber hecho un trabajo en la época colonial, que sepas que todos aquellos que realizaron la labor de conquista en más de un 98% se quedaron en estas tierras y son las personas como yo quienes descienden de ellos, por su parte los ciudadanos españoles de península son los descendientes de aquellos que se dejaron quitar el país por los franceses, e imponer reyes por parte de Napoleón Bonaparte, y en menor medida los que se creen rubios y arios de raza pura cuando España siempre ha sido una tierra de mestizaje.

En tu pueblo quizá, en Madrid hay fruterías de pantxitos a punta de pala. Pakis aquí casi no hay.

Las fruterías son el emprendimiento más común puesto que requieren la menor cantidad de inversión económica, además de ser una mercancía de consumo masivo que tiene casi garantizada su venta y por ende genera una utilidad con seguridad.

Es por eso que es uno de los emprendimientos más comunes dentro del sector inmigrante.


Estas fruterías, además, tienen bastante éxito en general. Suelen ser locales pequeños con muchas cajas amontonadas de toda clase de frutas, muchas de ellas de poco consumo tradicional aquí y carteles, muchos carteles, pegados con celo por todas las paredes y hasta por la fachada de Lebara y Money Gramm y productos Goya y de refrescos de colorinchis que supongo que serán los que se beban por allí y también carteles de alguna actuación de algún cantante pantxito, también con mucho colorinchi. Desconozco por qué esta inclinación hacia el gremio hortofrutícula de esta tropa y también por qué cojones tienen que poner tanto cartelito horrendo de colores.

Desconozco cómo sean esas fruterías allá pero sí recuerdo las fruterías gerenciadas y regentadas por portugueses y gallegos aquí en la Venezuela de los 70 y 80. Algunas de ellas crecieron hasta convertirse en grandes cadenas de supermercados pero muchas de ellas eran establecimientos paupérrimos descuidados y que faltaban casi cualquier normativa sanitaria. Creo que es un lugar común que eso suceda dentro de las comunidades inmigrantes.

Porque en su pais de origen es practicamente lo unico que se pueden permitir, Vienen aquí y hacen lo de allí.

Yo ayer comí pollo frito de kfc, hoy en la mañana fui a casa de mi suegra e hicimos una picada que incluía jamón serrano, morcillas de cebolla, butifarra, chistorras, tortilla de patatas y un buen vino blanco sauvignon. Además el viernes comí dos tipos diferentes de pescado con frutas y verduras.

No niego que en España debe ser mucho mejor y que las cadenas de producción y procesamiento alimenticio cumplen una serie de requerimientos sanitarios e higiénicos mucho más estrictos de lo que se pueden encontrar en este país (que son casi inexistentes), aún así la oferta de productos alimenticios en Venezuela es bastante extensa y hasta cierto punto accesible.

Pues si lo único que pueden permitirse para decorar paredes son carteles de mierda horrendos bien podían limitarse a ponerlos en el interior de los comercios y no en las fachadas afeando la calle.

En realidad allí no falla el inmigrante quién como emprendedor trata de explotar toda las herramientas disponibles para promocionar sus productos y servicios, incluido carteles horrendos de mierda. En realidad quién falla es el gobierno español sea local, regional o nacional que no regula de forma adecuada la forma en que deben promocionar el comercio en pro de defender y resguardar el patrimonio público, así que deja de hablar pendejadas y estupideces que la culpa no es de ellos en este caso.
 
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Por otro lado¿Qué mierda es esa de "Latinos"?

Aquí los Latinos son ustedes y en principal motivo los italianos.

Yo como original de Venezuela no tengo ningún ancestro que hablase latín, los anteriores a mi y mis ancestros Americanos nunca hablaron Latín como lenguaje o lengua materno.

Mis ancestros todos los llegados y nacidos en América hablaron Español Castellano, en menor medida quizás un lenguaje africano, y en proporción mayoritaria es lo mismo sumando un lenguaje indígena.

YO SOY HISPANO. HISPANO, HIJOS DE PUTA.

"Todo cruzamiento de razas provoca tarde o temprano la decadencia del producto híbrido, mientras el elemento superior del cruzamiento sobreviva en puridad racial. Cuando se ha bastardeado hasta el último vestigio de la unidad racial superior, es cuando desaparece para el producto híbrido el peligro de extinción.“
 
Debéis acostumbraros al nuevo mundo.

Por ejemplo, lo que tampoco puedes hacer en un restaurante es decir que "Palas y el Centauro" es una obra mayor que "La calumnia de Apeles", porque hay gente que sabe de esto y que se indigna y se frusta, como aquí por ejemplo, esto es lo que pasa luego con estas cosas:

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Debéis acostumbraros al nuevo mundo.

Por ejemplo, lo que tampoco puedes hacer en un restaurante es decir que "Palas y el Centauro" es una obra mayor que "La calumnia de Apeles", porque hay gente que sabe de esto y que se indigna y se frusta, como aquí por ejemplo, esto es lo que pasa luego con estas cosas:

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Son - sus costumbres - y hay que respetarlas.

De hecho forma parte de su sano proceso digestivo y de no dejarles realizar su ritual post alimenticio pueden terminar cagando mal y ese tipo de cosas.
 
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hay zonas en nuestras ciudades en las que no se ven formas humanas diferentes a los morenos achaparrados.
Imagino que está pasando allí en Logroño y en todas las ciudades españolas ya, y llegando a muchos pueblos.

Aquí en Córdoba paraba muy poco pero con la plandemia al pasar más tiempo me di cuenta de lo que había cambiado el panorama demográfico y emprendedor en pocos años, sobre todo se ve en uno de los antiguos barrios señoriales de la ciudad, barrio envejecido con muchísima vivienda en alquiler y lo está invadiendo la panchitada cada año se va notando más, especialmente como dices colombianos pero también por lo que veo y platico hay muchísimos paraguayos, peruanos y centroamericanos. Me sorprendió que la mayoría con los que hablé llevan un año o menos aquí.

Anoche quedé con una hamija para dar una vuelta, me asomé por esta zona a ver el percal y en una de las calles de ese barrio, no muy larga, ahora hay nada más y nada menos que cinco antros (5) de perreo por y para latinos, uno al lado del otro, a cada cual más cutre. Y sin el "encanto" y despiporre que tiene vivir la cutrez allí.

Viendo el descontrol brutal que hay para entrar al país, que siguen y seguirán viniendo a palás y los índices de natalidad de las españolas de padres españoles con piso propio y tetas operás la cuenta atrás para que España acabe siendo un cacho más de Panchitoamérica en Europa (con extra de moronegrada) no parece poderse frenar.
 
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