Victor I
Freak
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- 24 Ene 2006
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Soy un hombre, tengo principios, creo en los conceptos esenciales y en la vida como algo puro, directo y empírico. No tengo más remedio que ser taurino, congraciarme con la sangre, con el miedo, con la muerte zigzagueando entre las astas y el escorzo glorioso del torero esquivando los rejones del enemigo. En otro hilo he defendido la integridad de las islas griegas y aqui defiendo la muerte de una animal que ha nacido para morir de una manera concreta y gloriosa. La razón no puede ser nunca una verdad suprema, me gusta más la emoción, dejarme llevar mi lado más atávico, por el homínido que fui hace dos días.
La sociedad es un bolsa de plástico, hidrolizada, letárgica, inodora e higiénica. El mundo de hoy es una mierda transparente y laxa, donde la muerte y el dolor se pinta de colores y los perros llevan jerseys y culo limpio con toallitas húmedas. Me ahoga esta atmósfera de morfina en la que vivimos, donde se han pulido todas las aristas, donde hasta el aire produce traumas y se publican manifiestos en defensa de los cultivos biológicos.
Un taurino, y yo lo soy aunque hace años que no voy a una corrida, nunca va a una plaza a ver sufrir a una animal. Eso lo hace un sádico, al que le pueden gustar los toros o clavar mariposas en un corcho. A la plaza se va a ver morir y a ver matar, a ver un rito primitivo, un encuentro entre el hombre y el animal, un regreso a la esencia del ser humano, que ha llegado a ser lo que es gracias a esto, a enfrentarse a un bestia, dominarla y vencer con honor. Soy taurino porque el mundo necesia una alternativa a esta corrección política asfixiante donde todo ofende, donde nos espera un futuro de estatuas de cera.
Hoy prohíben los toros y mañana tener cáncer, ser feo o sudar. Lo decía Hemingway y tenía razón: "Quien mata al toro, mata a la muerte". A mi me vale.
p.d. ILG y yo debíamos estar escribiendo el post casi al mismo tiempo, porque nos salido prácticamente igual. De haberlo sabido os hubiera ahorra el ladrillo.
La sociedad es un bolsa de plástico, hidrolizada, letárgica, inodora e higiénica. El mundo de hoy es una mierda transparente y laxa, donde la muerte y el dolor se pinta de colores y los perros llevan jerseys y culo limpio con toallitas húmedas. Me ahoga esta atmósfera de morfina en la que vivimos, donde se han pulido todas las aristas, donde hasta el aire produce traumas y se publican manifiestos en defensa de los cultivos biológicos.
Un taurino, y yo lo soy aunque hace años que no voy a una corrida, nunca va a una plaza a ver sufrir a una animal. Eso lo hace un sádico, al que le pueden gustar los toros o clavar mariposas en un corcho. A la plaza se va a ver morir y a ver matar, a ver un rito primitivo, un encuentro entre el hombre y el animal, un regreso a la esencia del ser humano, que ha llegado a ser lo que es gracias a esto, a enfrentarse a un bestia, dominarla y vencer con honor. Soy taurino porque el mundo necesia una alternativa a esta corrección política asfixiante donde todo ofende, donde nos espera un futuro de estatuas de cera.
Hoy prohíben los toros y mañana tener cáncer, ser feo o sudar. Lo decía Hemingway y tenía razón: "Quien mata al toro, mata a la muerte". A mi me vale.
p.d. ILG y yo debíamos estar escribiendo el post casi al mismo tiempo, porque nos salido prácticamente igual. De haberlo sabido os hubiera ahorra el ladrillo.