Acaba de salir en el plus la salida de los jugadores del Zaragoza de la Romareda después del último partido. Todos acojonados mientras la afición les llamaba de todo menos bonito. A Paredes le cantaban a coro que se muriera y el tío todo tranquilo se dirigió donde estaban ellos e intentó dialogar.
Los angelitos diciéndole que los jugadores no tenían cojones a pillar a Agapito y a meterle un puñetazo en la tripa.
Los angelitos diciéndole que los jugadores no tenían cojones a pillar a Agapito y a meterle un puñetazo en la tripa.
