El Putalona presentaba al mundo un espectacular acuerdo de patrocinio con Spotigay que les permitiría fichar a Jalán, Salah, De Bruyne e incluso a Karembeu recuperado al estilo Alves. No obstante, poco después llegó el Tío Paco con sus conocidas rebajas y se fue conociendo la cruda verdad, que es un poco como la de sus fichajes pero al revés: si al traerse a Cutriño o Dembelé los contratos incluían variables tan fáciles de cumplir que eran sobreprecios encubiertos, las de Spotigay son tan irrealistas como ganar el triplete,
quedándose la cifra base en un unos magros 57,5 millones, casi 40 kilos menos que los anunciados inicialmente. ¡Magos de la comunicación! A esto habrá que añadir 5 kilos si le cambian el nombre al estadio, duro golpe al orgullo para la siempre ñoña masa social culera. En fin, tan chapucero ha sido todo que el CEO Reverter ha salido por patas, tras una larga secuencia de pifias similares marcadas por el cortoplacismo y la falta de austeridad.