A
Akira
Guest
hola amigos, disfrutad de mi experiencia.
Era un día lluvioso pero tenia sed de sangre, así que me pase por el Manicomio municipal de Barcelona, los enfermos y locos estaban encerrados en su cuartos blancos y vestidos con sus camisas de fuerza, golpeándose contra las paredes de goma y salpicando espuma por la boca , llenos de ira por la medicación, estaba locos, como perros rabiosos, yo iba sin camisa, con chanclas y pantalones cortos, con la katana en las manos, eran las 2 de la mañana, el centro estaba cerrado , aunque un piltrafilla de seguridad hacia su turno de guardia, pique al timbre de la compuerta, el tío me miro a través de la vidriera como sorprendido, se quedo mirándome , cogio el walki y llamo a los doctores del centro, para decir que uno de sus pacientes se había escapado del centro, eso me ofendió, el tío insinuaba que yo era un loco, pobre infeliz, no sabia que esa iba a ser su ultima guardia, murmure estas palabras en el vidrio de la compuerta: ¡ ha llegado tu hora!, el tío me miro como riéndose, alce la katana y atravesé la vidriera, el tío tenia el walki pegado a la oreja con su mano derecha, así que la katana instintivamente penetro en su mano derecha, atravesando el walki y su oreja, dejándolo sordo de la oreja derecha, así lo tenia inutilizado.
Por el boquete que hice en el vidrio de la compuerta principal con la katana me abrí paso al centro, el guardia estaba en el suelo, medio sordo y con una mano inutilizada, para que no me molestara le corte el tendón del tobillo y le partí una rotula, para que no pudiese seguirme, el centro estaba muy oscuro. El centro tenia dos plantas, de repente las luces del pasillo por el que iba se encendieron y escuche los pasos apresurados de unos doctores, yo me eleve con mi poder y me quede colgando del techo , los dos hombres llegaron a la escena del primer crimen, la del guardia, chillaron aterrados y salieron corriendo hacia sus despachos para llamar a la pasama, yo estaba en el techo del pasillo, cuando pasaron por debajo, me pose a sus espaldas, y dije :no tan deprisa! ¡Ahora os toca a vosotros!, intentaron huir, pero mi katana es mas rápida, lance una puñal que tenia a uno de los doctores, le atravesó la rodilla y allí se quedo, al otro le rebane el cuello sutilmente, se quedo de pie salpicando sangre a presión de la yugular, salpico mi cara y yo saboree ese néctar rojizo, el tío se quedo en blanco y la palmo, finalmente se desplomo. El otro intentaba deslizarse con sus manos por el pasillo, puse mi chancla sobre su cabeza, unos gemidos de suplica y lamentación brotaron de el , pero le dije, calla nenaza, orgulloso deberías de estar siendo victima de un samu-jedi de mi rango, cogi la katana y se la incruste en el cráneo, le atravesé toda la cabeza , trozos de sesos salpicaron mi pecho desnudo , escupí sobre el cadáver y seguí adelante, había alboroto , los desquiciados habían oído la masacre y emitían sonidos extraños y aplausos, (quizás creían que venia a liberarlos jaaj, bueno en cierto modo si) , seguí avanzando , al parecer no había solo un guardia, vinieron dos mas acompañados de dos enfermeras y 3 doctores , intentaron acorralarme, ilusos, acorralar a un samu-jedi, portaban inyecciones y camisas de fuerza, los polis se me acercaron con las porras pero de un tajo les corte los manos, como salpicaban de sangre! , para acabar con su agonía les corte la cabeza, las enfermeras y los doctores echaron a correr, así que hice una segada un tanto especial, me deslice boca abajo con la katana hacia delante, sentí como mi fiel espada atravesaba sus tobillos y los debaja inutilizados y obsoletos en el suelo, rápidamente les cogi por la cabellera y los degollé, un charco de sangre que surgía de los gargantas de esos afortunados doctores brotaba a mis espaldas, al parecer ese era todo el personal que había de guardia a esas horas en el manicomio , pero yo necesitaba acción, me dirigí a la sala donde se controlan las celdas de los enfermos mentales y las abrí todas, si, salieron en manada, hice sonar la alarma para que los que estaban durmiendo salieron de sus celdas , me asegure de cerrar el centro , solo estaban los enfermos mentales y yo, con mi katana.
Los locos y enfermos corrían por los pasillos alborotados, se golpeaban contra la pared, iban hacia las salidas pero comprobaron que estaba cerradas, así que me pose frente a ellos, estaban dispersos por el centro, pero tenia un numeroso grupo de dementes frente a mi, y así sin mas empezó la caza de enfermos psíquicos, que feos eran , empecé a mutilar cuerpos y a degollar gargantas rápidamente, antes de que sus feos rostros dañasen mi vista , uno tras otro iban pasando por un proceso de trituración katanica , los pobres sacaban las manos por la ventanilla como pidiendo auxilio , parecía una escena de zombis, acabe con ese grupo y corrí por los pasillos con mi katana en busca de mas discapacitados psíquicos , enfermos y locos a los que matar, algunos se ponían de rodillas a pedirme clemencia, pero eran rápidamente castigados con un buen katanazo en el ojo y una posterior descuartizacion de su arteria Horta, lo que propiciaba un efecto de sangre a toda presión emergiendo de su cuello al mismo tiempo que su corazón se iba apagando, dos ejemplares de estos corrían detrás mió y se lanzaron a mis espaldas , uno se engancho del hombro y el otro mi fibrado cuello , entonces murmure estas palabras : Eso no ha estado bien, amigos… , alce mis manos y les cogi de la caballera que fue despellejada lentamente para dejar visibles sus cerebros desquiciados , les clave dos agujas con vinagre en el ovulo occipital, lo que les proporciono un intenso dolor, ese táctica servia para castigar severamente a los osados que osaban atacarme, unos 15 minutos tardaban en morir tras horribles dolores en el sistema cerebral, digestivo y anal , al final tras unas convulsiones en el suelo , sus ojos petaban y su cerebro se derretía, una muerte cruel para unos valientes que soñaron con abatirme, pocos quedaban ya en el centro, los pasillos, paredes, sillones, espejos, suelos, estaban impregnados de sangre y restos orgánicos surgidos de esos cuerpos , quedaban 5 y estaban en línea , apoyados en una pared , pase corriendo a una gran velocidad con mi katana y rebane sus 5 cuellos de golpe , la sangre se mezclaba con sus saliva , lo que formaba una extraña mezcla licuosa, en fin, me asegure de no dejar a nadie vivo, una noche ajetreada aunque fructífera y entretenida , me largue de ahí y me retire a mis aposentos, a meditar sobre el mal del mundo y como erradicar a los inmigrantes que amanzana nuestra gran nación.
Saludos.
Era un día lluvioso pero tenia sed de sangre, así que me pase por el Manicomio municipal de Barcelona, los enfermos y locos estaban encerrados en su cuartos blancos y vestidos con sus camisas de fuerza, golpeándose contra las paredes de goma y salpicando espuma por la boca , llenos de ira por la medicación, estaba locos, como perros rabiosos, yo iba sin camisa, con chanclas y pantalones cortos, con la katana en las manos, eran las 2 de la mañana, el centro estaba cerrado , aunque un piltrafilla de seguridad hacia su turno de guardia, pique al timbre de la compuerta, el tío me miro a través de la vidriera como sorprendido, se quedo mirándome , cogio el walki y llamo a los doctores del centro, para decir que uno de sus pacientes se había escapado del centro, eso me ofendió, el tío insinuaba que yo era un loco, pobre infeliz, no sabia que esa iba a ser su ultima guardia, murmure estas palabras en el vidrio de la compuerta: ¡ ha llegado tu hora!, el tío me miro como riéndose, alce la katana y atravesé la vidriera, el tío tenia el walki pegado a la oreja con su mano derecha, así que la katana instintivamente penetro en su mano derecha, atravesando el walki y su oreja, dejándolo sordo de la oreja derecha, así lo tenia inutilizado.
Por el boquete que hice en el vidrio de la compuerta principal con la katana me abrí paso al centro, el guardia estaba en el suelo, medio sordo y con una mano inutilizada, para que no me molestara le corte el tendón del tobillo y le partí una rotula, para que no pudiese seguirme, el centro estaba muy oscuro. El centro tenia dos plantas, de repente las luces del pasillo por el que iba se encendieron y escuche los pasos apresurados de unos doctores, yo me eleve con mi poder y me quede colgando del techo , los dos hombres llegaron a la escena del primer crimen, la del guardia, chillaron aterrados y salieron corriendo hacia sus despachos para llamar a la pasama, yo estaba en el techo del pasillo, cuando pasaron por debajo, me pose a sus espaldas, y dije :no tan deprisa! ¡Ahora os toca a vosotros!, intentaron huir, pero mi katana es mas rápida, lance una puñal que tenia a uno de los doctores, le atravesó la rodilla y allí se quedo, al otro le rebane el cuello sutilmente, se quedo de pie salpicando sangre a presión de la yugular, salpico mi cara y yo saboree ese néctar rojizo, el tío se quedo en blanco y la palmo, finalmente se desplomo. El otro intentaba deslizarse con sus manos por el pasillo, puse mi chancla sobre su cabeza, unos gemidos de suplica y lamentación brotaron de el , pero le dije, calla nenaza, orgulloso deberías de estar siendo victima de un samu-jedi de mi rango, cogi la katana y se la incruste en el cráneo, le atravesé toda la cabeza , trozos de sesos salpicaron mi pecho desnudo , escupí sobre el cadáver y seguí adelante, había alboroto , los desquiciados habían oído la masacre y emitían sonidos extraños y aplausos, (quizás creían que venia a liberarlos jaaj, bueno en cierto modo si) , seguí avanzando , al parecer no había solo un guardia, vinieron dos mas acompañados de dos enfermeras y 3 doctores , intentaron acorralarme, ilusos, acorralar a un samu-jedi, portaban inyecciones y camisas de fuerza, los polis se me acercaron con las porras pero de un tajo les corte los manos, como salpicaban de sangre! , para acabar con su agonía les corte la cabeza, las enfermeras y los doctores echaron a correr, así que hice una segada un tanto especial, me deslice boca abajo con la katana hacia delante, sentí como mi fiel espada atravesaba sus tobillos y los debaja inutilizados y obsoletos en el suelo, rápidamente les cogi por la cabellera y los degollé, un charco de sangre que surgía de los gargantas de esos afortunados doctores brotaba a mis espaldas, al parecer ese era todo el personal que había de guardia a esas horas en el manicomio , pero yo necesitaba acción, me dirigí a la sala donde se controlan las celdas de los enfermos mentales y las abrí todas, si, salieron en manada, hice sonar la alarma para que los que estaban durmiendo salieron de sus celdas , me asegure de cerrar el centro , solo estaban los enfermos mentales y yo, con mi katana.
Los locos y enfermos corrían por los pasillos alborotados, se golpeaban contra la pared, iban hacia las salidas pero comprobaron que estaba cerradas, así que me pose frente a ellos, estaban dispersos por el centro, pero tenia un numeroso grupo de dementes frente a mi, y así sin mas empezó la caza de enfermos psíquicos, que feos eran , empecé a mutilar cuerpos y a degollar gargantas rápidamente, antes de que sus feos rostros dañasen mi vista , uno tras otro iban pasando por un proceso de trituración katanica , los pobres sacaban las manos por la ventanilla como pidiendo auxilio , parecía una escena de zombis, acabe con ese grupo y corrí por los pasillos con mi katana en busca de mas discapacitados psíquicos , enfermos y locos a los que matar, algunos se ponían de rodillas a pedirme clemencia, pero eran rápidamente castigados con un buen katanazo en el ojo y una posterior descuartizacion de su arteria Horta, lo que propiciaba un efecto de sangre a toda presión emergiendo de su cuello al mismo tiempo que su corazón se iba apagando, dos ejemplares de estos corrían detrás mió y se lanzaron a mis espaldas , uno se engancho del hombro y el otro mi fibrado cuello , entonces murmure estas palabras : Eso no ha estado bien, amigos… , alce mis manos y les cogi de la caballera que fue despellejada lentamente para dejar visibles sus cerebros desquiciados , les clave dos agujas con vinagre en el ovulo occipital, lo que les proporciono un intenso dolor, ese táctica servia para castigar severamente a los osados que osaban atacarme, unos 15 minutos tardaban en morir tras horribles dolores en el sistema cerebral, digestivo y anal , al final tras unas convulsiones en el suelo , sus ojos petaban y su cerebro se derretía, una muerte cruel para unos valientes que soñaron con abatirme, pocos quedaban ya en el centro, los pasillos, paredes, sillones, espejos, suelos, estaban impregnados de sangre y restos orgánicos surgidos de esos cuerpos , quedaban 5 y estaban en línea , apoyados en una pared , pase corriendo a una gran velocidad con mi katana y rebane sus 5 cuellos de golpe , la sangre se mezclaba con sus saliva , lo que formaba una extraña mezcla licuosa, en fin, me asegure de no dejar a nadie vivo, una noche ajetreada aunque fructífera y entretenida , me largue de ahí y me retire a mis aposentos, a meditar sobre el mal del mundo y como erradicar a los inmigrantes que amanzana nuestra gran nación.
Saludos.