MIERDA PUTA

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Stronz

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9 Feb 2010
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Hace unas cuatro horas salí precipitado de la oficina. Recogí a la velocidad de la corrida los desperdicios que a lo largo de la tarde se habían acumulado encima de la mesa. Mi compañero, y seguramente putero, Carlos, me miraba preocupado. Ni preguntó, sabe por experiencia que cuando tengo esa actitud cocainomana algo malo me traigo entre mis manos. Carlos ha sido listo y no ha vuelto a caer en las redes de mis planes. Iba trajeado pero cómodo y barato (gracias Carrefour), menudos sudores de ansiedad salían como un grifo de mi frente y de mis manos. Abrí la puerta de aquel pequeño despacho compartido. Un par de compañeras estaban fuera de cháchara, supongo que discutiendo cuál de las dos era más putas. Ambas vestían con falda larga, escote aceprable, y unas prometedoras arrugas en la frente. Como soy buen intermediario y seguidor de la filosfía de hamijo_de_todos tuve que dejar en tablas aquella conversación: PUTAS (dije). Me miraron con asco, pero tampoco dijeron nada. Solo oí un leve: otra vez... Tuvieron suerte de que no me giré en ese momento. Salí escopetado de ahí, pasando de unos agradables 24º a unos hijoputescos 13º. El recepcionista me ha dado las buenas noches y con buena fe le he tirado el pañuelo (usado) que tenía en la mano. Ha sido lol, pues a pesar de tirárselo con fuerza ha caido lentámente a escasos centímetros de su cara.

El pañuelo iba acompañado de un sonoro: CALLA LA PUTA BOCA. Me lo puedo permitir, el lunes le daré los buenos días y como si no hubiese pasado nada. Cerré aquel portal dándole una buena hostia. Me excita ese sonido de los portazos, es amenazante e impone. Aunque cuándo el portazo lo da otro pienso: triste. Iba dándo unos pasos triplicados, tal era el movimiento que parecía scandalf habiéndose olvidado las alzas en la mesilla de noche.

A todo el que se me cruzaba por la calle le miraba mal, cogía paso decidido hacia él como si le fuese a estampar mi carpeta de plástico reforzado en la cabeza. Cuando me quedan 0,12 * pi metros para chocarme, lo esquivo de repente cual ave rapaz. Ver esas caras de "joder, ¿viene a darme una hostia o no me ha visto?" son necesarias para la estabilidad de mi ser.

Allí estaba, en la puta misma esquina de siempre. Aquella veinteañera bien aseada, con pinta de drogadicta pero aspecto de pija. Una imagen impagable. Me esperaba como siempre hace unas tres veces al mes. Le cogí muy fuerte del brazo. Toda mi excitación estaba concentrada en ese agarrón. Seguí mi camino, ella a duras penas podía seguirlo, pero o lo hacía o el efecto palanca de mi agarrón le dejaba la cara cual tapa de cloaca en la acera. La noche prometía.

Ya ni lo preguntaba, la gilipollas tenía aparcado su coche de mierda en la misma puta acera de siempre. Le dije que me diese las llaves pero se negaba, como siempre. Le he estampado contra la puerta de ese cacharro pero parecía que no le había dolido, supongo que sacar 2cm de mis dedos de dentro de sus carnes del brazo suponían un mayor alivio. Me dirijo a la puerta del copiloto...

La mujer casi lloraba, como siempre. Pero esta vez fue diferente. Esta vez algo raro notaba. Esba vez ella abrió su puerta, se sentó y por primera vez esperé más de 3 segundos a que levantase el pestillo enganchado entre tanta mierda. Pasaron más de 7 segundos. Me estaba impacientando. Arranca el coche... vale, pero abreme. Mete marcha y abandona esa acera cual Fernando Alonso.

Todo el odio que tenía por dentro se convirtió en ese preciso instante no en lo que esperaba, todo lo contrario. Suponía que iba a explotar de rabia e ir a por alguien. Se convirtió en una gran reflexión. Me dirijí andando a mi casa, pensativo. Esperaba por aquí encontrar hijosdeputa que sintiesen ese mismo odio que siento por todas las personas que existen. Solo cuando me han devuelto ese desprecio (hace unas horas) me he sentido extraño, pero no mal.

Pollas en mesa de cristal, mesa de cristal estampada sobre cualquiera y que sangre, mucha sangre. Que la polla se le meta en la boca con todos los cristales, y la coma sin parar hasta que se abra en canal toda su cara.

Qué ladrillo me ha quedado, seguro que almenos una persona se lo ha leido, pura estadística. JÓDETE.
 
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Sí, yo me lo he leído stronzo di merda, te diré lo último que le dije a alguien como tu: Deseo despedazar a una de las basuras que infectan la tierra y hacer de este mundo un mundo mejor ¿vas a ser tu?
 
Stronz rebuznó:
Hace unas cuatro horas salí precipitado de la oficina. Recogí a la velocidad de la corrida los desperdicios que a lo largo de la tarde se habían acumulado encima de la mesa. Mi compañero, y seguramente putero, Carlos, me miraba preocupado. Ni preguntó, sabe por experiencia que cuando tengo esa actitud cocainomana algo malo me traigo entre mis manos. Carlos ha sido listo y no ha vuelto a caer en las redes de mis planes. Iba trajeado pero cómodo y barato (gracias Carrefour), menudos sudores de ansiedad salían como un grifo de mi frente y de mis manos. Abrí la puerta de aquel pequeño despacho compartido. Un par de compañeras estaban fuera de cháchara, supongo que discutiendo cuál de las dos era más putas. Ambas vestían con falda larga, escote aceprable, y unas prometedoras arrugas en la frente. Como soy buen intermediario y seguidor de la filosfía de hamijo_de_todos tuve que dejar en tablas aquella conversación: PUTAS (dije). Me miraron con asco, pero tampoco dijeron nada. Solo oí un leve: otra vez... Tuvieron suerte de que no me giré en ese momento. Salí escopetado de ahí, pasando de unos agradables 24º a unos hijoputescos 13º. El recepcionista me ha dado las buenas noches y con buena fe le he tirado el pañuelo (usado) que tenía en la mano. Ha sido lol, pues a pesar de tirárselo con fuerza ha caido lentámente a escasos centímetros de su cara.

El pañuelo iba acompañado de un sonoro: CALLA LA PUTA BOCA. Me lo puedo permitir, el lunes le daré los buenos días y como si no hubiese pasado nada. Cerré aquel portal dándole una buena hostia. Me excita ese sonido de los portazos, es amenazante e impone. Aunque cuándo el portazo lo da otro pienso: triste. Iba dándo unos pasos triplicados, tal era el movimiento que parecía scandalf habiéndose olvidado las alzas en la mesilla de noche.

A todo el que se me cruzaba por la calle le miraba mal, cogía paso decidido hacia él como si le fuese a estampar mi carpeta de plástico reforzado en la cabeza. Cuando me quedan 0,12 * pi metros para chocarme, lo esquivo de repente cual ave rapaz. Ver esas caras de "joder, ¿viene a darme una hostia o no me ha visto?" son necesarias para la estabilidad de mi ser.

Allí estaba, en la puta misma esquina de siempre. Aquella veinteañera bien aseada, con pinta de drogadicta pero aspecto de pija. Una imagen impagable. Me esperaba como siempre hace unas tres veces al mes. Le cogí muy fuerte del brazo. Toda mi excitación estaba concentrada en ese agarrón. Seguí mi camino, ella a duras penas podía seguirlo, pero o lo hacía o el efecto palanca de mi agarrón le dejaba la cara cual tapa de cloaca en la acera. La noche prometía.

Ya ni lo preguntaba, la gilipollas tenía aparcado su coche de mierda en la misma puta acera de siempre. Le dije que me diese las llaves pero se negaba, como siempre. Le he estampado contra la puerta de ese cacharro pero parecía que no le había dolido, supongo que sacar 2cm de mis dedos de dentro de sus carnes del brazo suponían un mayor alivio. Me dirijo a la puerta del copiloto...

La mujer casi lloraba, como siempre. Pero esta vez fue diferente. Esta vez algo raro notaba. Esba vez ella abrió su puerta, se sentó y por primera vez esperé más de 3 segundos a que levantase el pestillo enganchado entre tanta mierda. Pasaron más de 7 segundos. Me estaba impacientando. Arranca el coche... vale, pero abreme. Mete marcha y abandona esa acera cual Fernando Alonso.

Todo el odio que tenía por dentro se convirtió en ese preciso instante no en lo que esperaba, todo lo contrario. Suponía que iba a explotar de rabia e ir a por alguien. Se convirtió en una gran reflexión. Me dirijí andando a mi casa, pensativo. Esperaba por aquí encontrar hijosdeputa que sintiesen ese mismo odio que siento por todas las personas que existen. Solo cuando me han devuelto ese desprecio (hace unas horas) me he sentido extraño, pero no mal.

Pollas en mesa de cristal, mesa de cristal estampada sobre cualquiera y que sangre, mucha sangre. Que la polla se le meta en la boca con todos los cristales, y la coma sin parar hasta que se abra en canal toda su cara.

Qué ladrillo me ha quedado, seguro que almenos una persona se lo ha leido, pura estadística. JÓDETE.

Osea,si no entiendo mal usted esta en paro,es putero y tiene alguna patologia metal grave ¿no?
 
Y esta movida por qué es? te han dado por culo en el trabajo o en la vida o como? Es que tanto odio en tan poco cacho es muy raro.
 
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