El Loco de las Coles
Famelic escaleto
- Registro
- 29 May 2005
- Mensajes
- 12.633
- Reacciones
- 2
Hay muy pocas personas en este mundo, y por lo tanto en todo el universo, capaces de comprender lo que estoy a punto de decir. No es vanidad, ni siquiera un modo arrogante de comenzar un hilo, porque ni siquiera es un hilo al uso.
Casi todos podrán entender lo que escribo, descifrar los significados de cada significante e hilvanar en sus cerebros una idea compacta de lo que he dicho, y sin embargo, sólo una triste y melancólica minoría acabará por entender lo que en verdad quiero decir.
La fascinación por lo imposible.
Todo se podría resumir, al comenzar, en este pequeño video. Es ficción, belleza que acabará por ser realidad, pura visión.
Seres de una pequeñez extrema, insignificantes en la inmensidad del universo, seres que somos nosotros mismos, capaces de preguntarnos por cosas que nos superan por completo. La idea mil veces esgrimida, el concepto más antiguo del mundo, remozado y embellecido hasta el vómito.
Seres de carne mortal, reunidos para contemplar el fuego eterno, la fuente de toda vida. Un hombre, un universo, cara a cara.
Con todos ustedes, Mercurio.
(El hijo de puta que ha colgado el video tiene la sensibilidad de un zapato)
Hoy no he venido a molestar demasiado, tampoco a haceros reir. Tampoco pensar, pues no me gusta la gente que se echa sobre la espalda una tarea mesiánica que no le corresponde. Nadie ha de cambiar a nadie, nadie ha de imponer sus sueños o debilidades.
Hoy vengo a haceros un regalo, que he sacado de lo más profundo de mi existencia, para que se lo coman los cerdos, para que hagan con él música las musas.
El cielo de mi ciudad, tantas veces contemplado por mis ojos miopes. El cielo del hemisferio norte, tantas veces contemplado, durante siglos y siglos, por nómadas, por cazadores, por marineros y científicos.
El cielo que hay sobre mi cabeza. La cosa más maravillosa del mundo.
Los hombres miran al suelo para conocer su historia. Desentierran huesos, casas, y sueñan con mundos que se perdieron en las brumas del pasado. Los hombres se destruyen, se matan, se odian y envidian. Horadan el suelo en busca de respuestas, y también plantan bombas y buscan riqueza bajo las rocas.
Y de pronto, en el hemisferio sur, en Sudáfrica, cerca del Cabo de Buena Esperanza, lugar mágico, un niño que no ha cenado mira al cielo.
Mirad al cielo.
Y soñad, porque cuando buscamos el futuro hemos de mirar hacia las estrellas, nunca hacia las piedras.
El polo norte. No hay nadie para mirar, por eso el sol vuela sin pudor, desnudo, sin parapetos. El polo norte, el sol ha enloquecido y puedo mirarlo. Soy sólo un hombre, y además un hombre solo, pero estoy llorando.
Me supera.
Y no me queda mucho más que decir, no es de buen gusto aburrir a mis invitados. Hay un programa, que se llama Stellarium. Lejos de explicar lo que es, para qué sirve o por qué habríais de bajarlo, dado que tiene linux seguro, os pongo un enlace y resumo, y precipito, y escupo el final de este no-hilo.
Esa es la Fe en la humanidad de la que hablaba.
Mirad al cielo. Puede que algún día os sorprenda la certeza de que al mirar a las estrellas, estáis viendo, sin saber por qué, otra vez el suelo:
Casi todos podrán entender lo que escribo, descifrar los significados de cada significante e hilvanar en sus cerebros una idea compacta de lo que he dicho, y sin embargo, sólo una triste y melancólica minoría acabará por entender lo que en verdad quiero decir.
La fascinación por lo imposible.
Todo se podría resumir, al comenzar, en este pequeño video. Es ficción, belleza que acabará por ser realidad, pura visión.
Seres de una pequeñez extrema, insignificantes en la inmensidad del universo, seres que somos nosotros mismos, capaces de preguntarnos por cosas que nos superan por completo. La idea mil veces esgrimida, el concepto más antiguo del mundo, remozado y embellecido hasta el vómito.
Seres de carne mortal, reunidos para contemplar el fuego eterno, la fuente de toda vida. Un hombre, un universo, cara a cara.
Con todos ustedes, Mercurio.
(El hijo de puta que ha colgado el video tiene la sensibilidad de un zapato)

Hoy no he venido a molestar demasiado, tampoco a haceros reir. Tampoco pensar, pues no me gusta la gente que se echa sobre la espalda una tarea mesiánica que no le corresponde. Nadie ha de cambiar a nadie, nadie ha de imponer sus sueños o debilidades.
Hoy vengo a haceros un regalo, que he sacado de lo más profundo de mi existencia, para que se lo coman los cerdos, para que hagan con él música las musas.
El cielo de mi ciudad, tantas veces contemplado por mis ojos miopes. El cielo del hemisferio norte, tantas veces contemplado, durante siglos y siglos, por nómadas, por cazadores, por marineros y científicos.
El cielo que hay sobre mi cabeza. La cosa más maravillosa del mundo.

Los hombres miran al suelo para conocer su historia. Desentierran huesos, casas, y sueñan con mundos que se perdieron en las brumas del pasado. Los hombres se destruyen, se matan, se odian y envidian. Horadan el suelo en busca de respuestas, y también plantan bombas y buscan riqueza bajo las rocas.
Y de pronto, en el hemisferio sur, en Sudáfrica, cerca del Cabo de Buena Esperanza, lugar mágico, un niño que no ha cenado mira al cielo.
Mirad al cielo.

Y soñad, porque cuando buscamos el futuro hemos de mirar hacia las estrellas, nunca hacia las piedras.
El polo norte. No hay nadie para mirar, por eso el sol vuela sin pudor, desnudo, sin parapetos. El polo norte, el sol ha enloquecido y puedo mirarlo. Soy sólo un hombre, y además un hombre solo, pero estoy llorando.
Me supera.
Y no me queda mucho más que decir, no es de buen gusto aburrir a mis invitados. Hay un programa, que se llama Stellarium. Lejos de explicar lo que es, para qué sirve o por qué habríais de bajarlo, dado que tiene linux seguro, os pongo un enlace y resumo, y precipito, y escupo el final de este no-hilo.
Esa es la Fe en la humanidad de la que hablaba.
Mirad al cielo. Puede que algún día os sorprenda la certeza de que al mirar a las estrellas, estáis viendo, sin saber por qué, otra vez el suelo:
