Pero si es lo único bueno que tienen los sucios y asquerosos moros, la poligamia para el que pueda permitírselo, tenerlas atadas en corto para que no zorreen, lo de casar a las mujeres cuando están en su mejor momento que como todo el mundo sabe es a partir de los 13.
A mí eso de que la mujer siempre vaya un paso por detrás del hombre cuando van por la calle, que sepan tener la boca cerrada cuando habla el marido, que no estén todo el día como putas con los tacones gastando dinero en peluquería, ropa, objetos innecesarios para el hogar, perfumes y hablar por teléfono gilipolleces. Me parece cojonudo.
¡Quién pillase a una de trece! bufff, se me hace la boca agua. Nuevecita, con el olor ese característico de los coches nuevos, que uno de segunda mano también hace ilusión, pero ya no huele como uno nuevo. Dúctiles y maleables, sin vicios, para enseñarle a hacer las cosas como a uno le gusta. Algo muy apreciado por los empresarios son los obreros jóvenes, de 16 años, para ir enseñándolos al gusto del jefe. No un tío de vuelta de todo con 45 tacos, resabiado. Por mucha experiencia que tenga en el sector.
Además que una de trece con uno de 39 es algo normal, lo que pasa es que a la borregada le parece mal porque los poderes fácticos se han ocupado de mostrarlo como una aberración de la naturaleza, cuando es lo más normal del mundo, e incluso, lo recomendable.