spizo
Chupi, moñas y subnormal
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Como queda algo más de un mes y para celebrar que soy un freak en este, mi querido foro, abro el enésimo hilo de estas fiestas en PUTALOCURA.
Dividiré en franjas de edad lo que, para mi, han ido significando estos días.
0 a 10 años.
Desde que tengo noción, en mis primeros años la Navidad era sinónimo de unión familiar, comer y beber mucho y cantar villancicos hasta caer destruido por el sueño.
Normalmente nochebuena y navidad la pasábamos en el pueblo de mi madre, en la ribera de Navarra. Recuerdo juntarme con mis primos, 6 tías y el tío solterón pero, sobre todo, con mis abuelos.
La cara de felicidad que se les ponía cuando en los postres venía medio pueblo a cantar con la enorme familia que habían formado.
Nochevieja y año nuevo eran parecidas, aunque con menos gente y más frío en el pueblo soriano de mi padre.
10 a 20 años.
Las recuerdo parecidas, aunque con menos gente. La ausencia de mis abuelos maternos y de mi única tía paterna hacían que esos días no fueran tan felices como antaño.
Aparte, la noche mágica de reyes perdió su infantil inocencia.
20 a 30 años.
Todo cambió, desde los lugares de reunión hasta los familiares con los que lo haciamos. Aparte con la independencia económica le daba más importancia al aspecto lúdico de las fiestas.
Nochebuena y navidad seguiamos yendo al pueblo materno, pero a casa de mi tía que es la que manda. No había tanta felicidad ni villancicos, pero si unas juergas que me hacían entender el significado de estas BLANCAS fiestas.
Nochevieja y nuevo año íbamos a Alicante, donde se había trasladado mi yaya por prescripción médica o al pueblo de mi padre con mis tíos. En cualquiera de los dos casos había menos juerga.
30 a 40 años.
Cada vez le encontaba menos sentido familiar a estas fiestas.
Solía ir donde tocara los días 24 y 31, ausentándome voluntariamente en navidad y año nuevo por seguir de fiesta blanca hasta que el cuerpo aguantara.
Aparte, en el pueblo de mi madre, la familia se había dividido en varias partes fruto de codicias, envidias y demas aspectos de la condición humana.
Al pueblo paterno no íbamos porque ya no quedaba nadie allí.
40 hasta hoy.
No he ido a ningún pueblo ya que la yaya estaba en casa de mis padres. He cumplido estoicamente con la obligación de cenar "en familia" sin ninguna ilusión por ello, ausentándome en cuanto me ha sido posible.
Este año la yaya no estará por lo que el único vínculo familiar agradable desaparece. Además podría estar entalegado, con lo que no se cómo serán estas fiestas ni tampoco me importa demasiado.
Y las suyas, foreros de PL, ¿cómo se presentan?
Para despedirnos, como diría @Cimmerio, minutos musicales...
Dividiré en franjas de edad lo que, para mi, han ido significando estos días.
0 a 10 años.
Desde que tengo noción, en mis primeros años la Navidad era sinónimo de unión familiar, comer y beber mucho y cantar villancicos hasta caer destruido por el sueño.
Normalmente nochebuena y navidad la pasábamos en el pueblo de mi madre, en la ribera de Navarra. Recuerdo juntarme con mis primos, 6 tías y el tío solterón pero, sobre todo, con mis abuelos.
La cara de felicidad que se les ponía cuando en los postres venía medio pueblo a cantar con la enorme familia que habían formado.
Nochevieja y año nuevo eran parecidas, aunque con menos gente y más frío en el pueblo soriano de mi padre.
10 a 20 años.
Las recuerdo parecidas, aunque con menos gente. La ausencia de mis abuelos maternos y de mi única tía paterna hacían que esos días no fueran tan felices como antaño.
Aparte, la noche mágica de reyes perdió su infantil inocencia.
20 a 30 años.
Todo cambió, desde los lugares de reunión hasta los familiares con los que lo haciamos. Aparte con la independencia económica le daba más importancia al aspecto lúdico de las fiestas.
Nochebuena y navidad seguiamos yendo al pueblo materno, pero a casa de mi tía que es la que manda. No había tanta felicidad ni villancicos, pero si unas juergas que me hacían entender el significado de estas BLANCAS fiestas.
Nochevieja y nuevo año íbamos a Alicante, donde se había trasladado mi yaya por prescripción médica o al pueblo de mi padre con mis tíos. En cualquiera de los dos casos había menos juerga.
30 a 40 años.
Cada vez le encontaba menos sentido familiar a estas fiestas.
Solía ir donde tocara los días 24 y 31, ausentándome voluntariamente en navidad y año nuevo por seguir de fiesta blanca hasta que el cuerpo aguantara.
Aparte, en el pueblo de mi madre, la familia se había dividido en varias partes fruto de codicias, envidias y demas aspectos de la condición humana.
Al pueblo paterno no íbamos porque ya no quedaba nadie allí.
40 hasta hoy.
No he ido a ningún pueblo ya que la yaya estaba en casa de mis padres. He cumplido estoicamente con la obligación de cenar "en familia" sin ninguna ilusión por ello, ausentándome en cuanto me ha sido posible.
Este año la yaya no estará por lo que el único vínculo familiar agradable desaparece. Además podría estar entalegado, con lo que no se cómo serán estas fiestas ni tampoco me importa demasiado.
Y las suyas, foreros de PL, ¿cómo se presentan?
Para despedirnos, como diría @Cimmerio, minutos musicales...
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