Yo solo te digo que yo me quedaba al comedor del colegio, segun mi madre, para que socializara, que no tenia amigos de crio porque tenia una cabeza que me metia al agua de pie y me daba la vuelta como un iceberg porque el 70% de mi peso lo tenia en el torrao.
A las dos semanas, pase de no comer judias, lentejas, pescao y fruta, a ver la comida de mi madre como manjar de dioses, y eso que mi madre para cocinar, poca habilidad tiene, mi abuela si, pero mi madre con eso de quitarle aceite a las cosas y sal y eso, mal.
Recuerdo que las lentejas, sabe dios porque, echaban un pestazo a ducados negro, que le broto pelo en el pecho hasta a la estatua del fundador del colegio.
El dia que nos ponian macarrones, no se permitia hacerse putadas los unos a los otros en la comida, aunque hubiera habido pelea entre dos, ya que romper el ambiente de buen rollo que nos invadia por comer algo degustable una vez a la semana era imperdonable, castigado con un yuyu o colacao, a la entrada, recreo y salida del colegio, todos los dias durante la semana siguiente. y eso que los macarrones estaban cocidos en la pupila del ojo de sauron, que venian planos de lo blandos que se quedaban.
Mas de una vez nos encontramos escarabajos y cucarachas sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) pegaos a la fruta, que yo por aquella epoca comia con fruicion, ya que era lo unico que no perpetraban las cocineras y yo un dia me encontre un guante de fregar al echarme el pure de verduras del perol al plato.
Una vez que te has comido eso de crio, ya de mayor, te comes un coño envenenao o un turco sin duchar empezando por los pies, y lo mas que te pasa es que cuando plantas el leño, lo tienes que desmenuzar con la escobilla para que el trono trague.