A colación del pinche día de San Calentín, comentar a la purria que habita esta corrala de raritos que ya llevo unos cuantos años con mi half-orange. A nadie maravillará el hecho de que, como todas, esta relación haya tenido sus comprensibles altibajos. Gran escuela es la vida, cuentan, y añado que siempre es con los fallos donde más letra se adquiere.
He aprendido que las babas hay que dejárselas en monopolio a los chuchos, y no mostrarlas en absoluto en presencia de ninguna fémina. Soy consciente de que los muchos babosillos que pululan por este circo me leerán con una ceja levantada y las narices frunciditas, pero es necesario que el macherío se entere de una pinche vez de lo peligroso que resulta el cruzar ciertos puentes.
Y es que hemos llegado al extremo de padecer un Síndrome de Estocolmo de agárrese y no se menee. Ahora, sin tapujos, son admiradas y aclamadas las feminazis orgullosas de serlo. No faltan aduladores que las aclamen por la lucha que están llevando, y ya no son extrañas las aberraciones que permiten que hasta un partido político se desmarque con eslóganes como aque de "Un alcalde para todos y todas".
¡Y oigan! Eso se ha salido del ámbito de las consignas políticas y ha llegado a la plebe como una ola, y olé. No son pocos los imbéciles que en foros o chats saludan con un buen "hola a todos y todas". Y se quedan más panchos que Villa, carajo. U optan por la modernísima opción de confundir el género con la mera arrobita. "Hola a tod@s", y ya que me echen a los canes.
Subvenciones y Cursillos retribuidos exclusivamente al femenisterío, cuotas de participación femenina, pruebas físicas más livianas para el ingreso en las FSE, etecé, etecé. Estas aberraciones sociales subsisten entre nosotros, y no nos queda sino adquirir una deuda de gratitud por ello a la idiocía progresista y a ese cancerígeno colectivo feminazi al cual algunos masoquistas no ven el momento de masticarles las cascarrias.
Imbéciles.
MAS SABE SATANAS POR VIEJO QUE POR PELLEJO
He aprendido que las babas hay que dejárselas en monopolio a los chuchos, y no mostrarlas en absoluto en presencia de ninguna fémina. Soy consciente de que los muchos babosillos que pululan por este circo me leerán con una ceja levantada y las narices frunciditas, pero es necesario que el macherío se entere de una pinche vez de lo peligroso que resulta el cruzar ciertos puentes.
Y es que hemos llegado al extremo de padecer un Síndrome de Estocolmo de agárrese y no se menee. Ahora, sin tapujos, son admiradas y aclamadas las feminazis orgullosas de serlo. No faltan aduladores que las aclamen por la lucha que están llevando, y ya no son extrañas las aberraciones que permiten que hasta un partido político se desmarque con eslóganes como aque de "Un alcalde para todos y todas".
¡Y oigan! Eso se ha salido del ámbito de las consignas políticas y ha llegado a la plebe como una ola, y olé. No son pocos los imbéciles que en foros o chats saludan con un buen "hola a todos y todas". Y se quedan más panchos que Villa, carajo. U optan por la modernísima opción de confundir el género con la mera arrobita. "Hola a tod@s", y ya que me echen a los canes.
Subvenciones y Cursillos retribuidos exclusivamente al femenisterío, cuotas de participación femenina, pruebas físicas más livianas para el ingreso en las FSE, etecé, etecé. Estas aberraciones sociales subsisten entre nosotros, y no nos queda sino adquirir una deuda de gratitud por ello a la idiocía progresista y a ese cancerígeno colectivo feminazi al cual algunos masoquistas no ven el momento de masticarles las cascarrias.
Imbéciles.
MAS SABE SATANAS POR VIEJO QUE POR PELLEJO