La verdad es que mi intención no era hacerme la interesante. Quizás es que creo que tampoco es una historia tan idem.
Mujer conoce a hombre, y follan y luego hombre deja a mujer por novia de veinte años menos.
Nunca os liéis con un soltero.
La verdad es que yo me encontré con ello sin buscar, diréis, y no os negaré que tendréis parte de razón, que algo haría. Y sí, lo primero que hice fue forear.
Yo llevaba unos dieciocho años con mi pareja, y tenía ya tres niños. El tercero me había anclado aún más a casa, tener tres hijos y trabajar, no hace que una tenga mucho tiempo para nada. Ratos sueltos y la mayor parte del tiempo libre atada a casa por niños enfermos, siestas, deberes o cosas así.
Forear fue para mí como abrir una ventana al campo.
No estaba cansada de mi pareja, pero la verdad es que sentía que él era un poco desconsiderado conmigo, la que más atada estaba por los niños era yo, a pesar de que también trabajaba, y eso hacía que llevara una temporada insatisfecha.
No sexualmente, la verdad es que nunca me faltó nada a nivel sexual, de tener alguna carencia yo diría que había sido más a nivel intelectual. Echar de menos alguien que compartiera mi humor negro, que le gustara leer lo que yo escribiera, que tuviéramos intereses comunes, no sé.
Pero la verdad es que como digo no buscaba nada. Estaba satisfecha con mi trabajo, estudiaba una carrera a ratos, tenía tres niños y una pareja que debía estar, probablemente más cansado de mí, que yo de él. No sé, quiero decir que seguramente la insatisfacción se dé en ambas partes.
Nos empeñamos en alargar y alargar las relaciones más allá de lo que seguramente sea racional, pero la estabilidad del nido y cosas varias hacen que deba ser así.
Como fuere para mí forear fue un respiro y me aportó algo que hacía tiempo que necesitaba y no sabía. Amplitud de miras, puntos de vista, conocer gente de otros lados sin moverme de casa, risas, una plataforma para verter mis bobadas y donde realmente nadie se escandalizaba por lo que dijera.
Estaba en varios foros de varias temáticas y la verdad es que aunque me vi abordada en ocasiones por gente que quería intimar algo más, quizás llevados por mi sicalíptica imagen virtual, nunca di facilidades. Me daba más miedo que vergüenza permitir que mi vida virtual me fastidiara la vida real, así que con sumo gusto renunciaba a amantes potenciales, o lo que aquello pudiera ser.
Él se acercó a mí unos tres años antes que los hechos que describo. Me mandó mensajes y no sé, intentó entrarme, pero yo tenía la protección activada, le dí largas, fui arisca y él se acojonó y reculó. Uno más.
Como digo a mí me iba bien echar unas risas en público, forear, escribir, reír, etc.
Seguí tratándome con él como con todos, y la verdad es que le conocí un poco más. Le perdí quizás el miedo algo, no sé.
Un tiempo después me entró otra vez, esta vez me pidió que leyera algo que había escrito y le dije que sí. Lo leí, escribía bien, tenía mucho sentido del humor, era divertido. Y estaba soltero. Un año menor que yo. Vivía en Asturias.
Hablamos de escritos, primero por mps, luego por mails y en un momento dado nos pasamos al messenger, que sí, aún existía.
La amistad se fue afianzando, había momentos cómplices, compartíamos bromas, y aunque nunca se lo puse fácil un día me vi hablando con él de mamadas.
En el foro que yo escribía había dos ideas preconcebidas sobre mí. Dos ideas, dos memes foriles que yo había potenciado, por el lol, como decís por aquí.
Las dos ideas era que yo hacía las mejores croquetas del mundo, y que era la que mejor la chupaba, también del mundo, claro.
A ver para qué nos vamos a andar con bobadas... Ya si hay que fanfarronear que sea a lo grande. Y conste que estaba yo muy segura de mis croquetas.
Él sabía que yo estaba descontenta con la relación con mi pareja por varias razones, sabía también que en mi intención no estaba dejarle, y yo sabía que él nunca se cargaría con tres criaturas.
Nunca se habló de nada más que una aventura, sexo. Y creo que le interesaba más a él el sexo que a mí.
Su última relación había sido mala y de ella hacía ya un tiempo. Y creo que había renunciado a tener más rollos.
El caso es que dijo que venía a verme y yo no encontré razones suficientes para quitarle la idea de la cabeza. O no supe encontrarlas o no las busqué bien.
Intenté desanimarlo lógicamente, que igual aunque tuvieramos planes de tomar un café a mí se me podía torcer la cosa, no sé.
El caso es que un día que yo tenía un examen, bajó, y quedamos a tomar un café. Tomamos un café, nos vimos en persona, charlamos y la verdad tuve la sensación de que era un amigo. No me asusté, no temí ninguna faena de su parte, y en fin, hablamos de sus expectativas, probar la mejor mamada del mundo y comer unas croquetas hechas por mí.
Soy muy difícil hasta que alguien me encuentra el clic, pero cuando me lo encuentran...
A la siguiente quedamos en un hotel. Yo llevé croquetas y le hice una mamada. Él me retaba, que era muy exigente y todas esas cosas.
Me dijo que las croquetas eran de diez, pero que la mamada tampoco le había parecido que fuera para tanto. Le gustaba picarme. Y a mí no me importaba, porque yo le chinchaba a él.
Ya puestos follamos y la verdad es que el sexo estuvo bien. Mete, saca, arriba, ahora chupas tú, ahora él, blablabla.
Quedamos una vez más. En un hotel, otra vez. Esta vez le llevé una tarta de manzana a petición suya. Y la mamada parece que le gustó más. O eso dijo.
Seguimos hablando, por mess, escribiéndonos, compartiendo ideas para escritos y bien. No me preocupé de pensar de a dónde nos llevaría eso.
El no pedía nada y yo no ofrecía nada. No había tensión, ni exigencias, ni malas caras, ni expectativas.
Tuve un examen extraordinario de final de carrera en Madrid, él bajaba a ver a su madre y quedamos a comer. Le dije que podía organizarlo para coger hotel la noche anterior, pero me dio una excusas que no sonaron muy convincentes. No me pareció mal.
El caso es que comimos al día siguiente y antes de despedirnos me dijo que quería dejar de hablar conmigo un tiempo por algo, mentiría si dijera que recuerdo la razón que me dio.
Le dije que me parecía bien. Aunque me dolió porque no me lo esperaba. Sabía que echaría más de menos al amigo que al amante.
Pero también sabía que en nuestras premisas estaba establecido que éramos libres y nunca he sido yo mucho de dramas.
Le extrañé, también es cierto. No eché de menos el sexo, puede que fuera porque yo ya estaba surtida en ese ámbito.
No le escribí, ni le llamé. Y pensé que no me escribiría ni me llamaría. La verdad...
Pero al final me mandó un mail. Había conocido a una chica catalana, veinte años más joven que él, ella tenía veintidos años y se iba a vivir con ella.
Estaba en trámites de vender su casa y trasladarse a Cataluña.
Me sorprendió la verdad. Porque nunca me había comentado nada de ella y pensaba que nos lo contábamos todo. Pero parece que hacía cuatro meses que la conocía.
Fin y fundido en negro.
De esto hará unos cinco años, él sigue en Cataluña y sigue con su novia. Me escribe de vez en cuando y yo le contesto. Mantenemos una amistad más light que la que tuvimos. Ya no le cuento todo lo que pienso, ni lo que hago, ni lo que escribo, ni dónde foreo, pero mantenemos el contacto.
La verdad es que es él siempre el que me escribe el primero. Si no escribiese más, creo que yo nunca me acordaría de escribirle. En uno de esos mails me reconoció que la mamada había sido muy buena, pero la verdad es que a mí ya no me importaba si se lo había parecido o no. Y no lo digo con acritud.
Me encontré con una aventura un poco sin saber cómo y no he tenido más. Tampoco las he buscado, cierto es.