Personas altamente sensibles

ElHombreQueViolaLulz

Franco Napiatto
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16 Dic 2003
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Soy una persona altamente sensible. Este hecho ha marcado mi vida en dos claras etapas: una primera en la cual desconocía ese hecho y otra a partir de descubirlo. Como dato quiero indicar que tengo más de 3x años, así que no se tratan de delirios de un púber caragrano.

Una primera etapa va desde mi adolescencia (15 años) hasta los 26. En esta etapa lo pasé bastante mal porque mi timidez, trastorno de la personalidad por evitación o como quieran llamarlo provocaba que creciera aislado. Hasta los 23 años no tuve mis primeros escarceos con las chicas. Relaciones que no pasaban de los dos meses debido a mi excesiva sensibilidad. Recuerdo la primera vez que salí con una chica. Estaba totalmente entregado a ella, dándole todo lo que me pedía y preguntándole a cada rato si "estaba bien". Como dije antes esta relación no duró ni dos meses; la chica me dejó argumentando que se sentía agobiada y que era demasiado imprevisible por mi carácter. Yo no podía entender nada; la llenaba de caricias, le concedía todos sus caprichos y lo dejaba todo cuando ella me pedía que estuviera a su lado. Salí con dos chicas más y el resultado fue casi idéntico.

Eso me llegó a plantearme varias cosas. Lo típico es aquello de "ellas los quieren malotes y que las puteen", pero más tarde intenté profundizar en el tema leyendo sobre trastornos de la personalidad y el comportamiento de las personas. Leí mucho, hasta que encontré lo que me sucedía: era extremadamente sensible. Si la persona con la que estaba no respondía como esperaba, le consentía todo aunque fuera en contra de mis principios, tenía cambios de humor imprevisibles cuando planeaba algo y ella me los cambiaba... en fin, todas las características que definían a una persona altamente sensible. Desde aquel mismo instante me di cuenta de que hay muchas maneras de sentir y de interpretar las cosas.


Tras conocer mi problema empieza una segunda etapa(desde los 26 hasta los 3x actuales). Intento corregir algunas características y empiezo a tomarme las relaciones con más calma. Se hacen algo más duraderas (la máxima de casi un año) Sin embargo el pasar más tiempo con la pareja provoca que dejarla sea una verdadera tortura. Por primera vez me veo en la tesitura de dejar a alguien y para evitarlo me comporto como un cabrón para que sea ella la que me deje. No consigo que lo haga y al final tengo que tomar una decisión que me provocó un tremendo dolor. Todavía se me humedecen los ojos al recordar aquella tarde en que le dije que lo nuestro no podría seguir mientras ella no paraba de decir que me quería mientras me abrazaba...

En mi última relación fue ella la que me dejó. El problema fue el mismo que el que tenía en mis orígenes: ser extremadamente sensible. Al principio es fácil disimularlo; pero con el tiempo me acabo entregando como si fuera un vulgar adolescente. No lo puedo evitar.

Particularmente solo quiero recalcar un tema: el sexual. He tenido muchos problemas en mis relaciones sexuales, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) al principio. He sufrido multitud de gatillazos y no porque físicamente esté mal -en la soledad de mi habitación me masturbo como un bonobo-, sino que estar pensando más en si mi pareja sentía placer más que en el mío propio provocaba que en muchas ocasiones las relaciones fueran insatisfactorias. Es una de mis asignaturas pendientes, sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) cuando me acuesto las primeras veces con la chica y no hay mucha confianza.

En fin, si el hilo interesa sigo contando más detalles; pero creo que explica muchas cosas de los lemas como "todas putas" o "ellas los prefieren malotes".
 
Estimado amigo, antes de nada, felicitarle por el valor que ha demostrado al escribir ese post, seguidamente preguntarle donde cojones compró mi biografia, para coincidir en todo, inclusive fechas..

Vamos a ver, a parte de ser sensible, tiene usted un leve trastorno obsesivo, que mezclados ambos dan sufrimiento a tope.
Continue por el camino del autoconocimiento, no se enamore de nadie que no le corresponda, empiece a cuidar su autoestima y crease capaz de follar bien, intentando dominar usted a su mente y no al revés, y si no es capaz, acuda a sus odiados psicos y que le ayuden en forma de pil.
 
No creo que seas extremadamente sensible, creo que no confías lo suficiente en ti mismo y no te valoras.
 
Pues si sabes cuál es el problema, cambia o lo tienes claro.

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No importa lo que digan. Puede que las taradas que necesiten mucha caña, que las traten realmente mal, sean eso, taradas. Chicas de las que han abusado de pequeñas, o con una autoestima muy baja que les haga pensar que no deben ser bien tratatas. Pero eso son casos extremos.

Peroo jamás creas a ninguna cuando dice que ella sí, ella sí quiere un chico sensible y tal. Mierda. Nosotros NO queremos una camionera a nuestro lado, y ellas no quieren un marica llorón. Y si hay cierta dosis de independencia y pasotismo de ellas, más triunfas. Y esto es así, y punto.
 
Morzhilla rebuznó:
No creo que seas extremadamente sensible, creo que no confías lo suficiente en ti mismo y no te valoras.

No es un problema de confianza, de hecho en el restó de ámbitos de la vida no me va mal; simplemente se trata en el tema de pareja. Amistad, trabajo, familia... esos los llevo bastante bien. Si fuera de confianza en esos también fallaría.



Peroo jamás creas a ninguna cuando dice que ella sí, ella sí quiere un chico sensible y tal. Mierda. Nosotros NO queremos una camionera a nuestro lado, y ellas no quieren un marica llorón. Y si hay cierta dosis de independencia y pasotismo de ellas, más triunfas. Y esto es así, y punto.

Esto es tan cierto como que el sol sale cada día. Esta claro que la chica de hoy lo que quiere es un hombre que le deje libertad, tener unos pocos proyectos comunes y que sepa follar bien.
 
ultimatum rebuznó:
Estimado amigo, antes de nada, felicitarle por el valor que ha demostrado al escribir ese post, seguidamente preguntarle donde cojones compró mi biografia, para coincidir en todo, inclusive fechas..

Vamos a ver, a parte de ser sensible, tiene usted un leve trastorno obsesivo, que mezclados ambos dan sufrimiento a tope.
Continue por el camino del autoconocimiento, no se enamore de nadie que no le corresponda, empiece a cuidar su autoestima y crease capaz de follar bien, intentando dominar usted a su mente y no al revés, y si no es capaz, acuda a sus odiados psicos y que le ayuden en forma de pil.

Conozco muchos casos y realmente es increíble las coincidencias que tenemos todos los que lo padecemos.

Tiene usted razón respecto a lo de obsesivo. Analizo muchas situaciones pasadas, como actué y cómo debería haber actuado. Una y otra vez. Recuerdo en mis primeras relaciones cuando después de romper estaba varios días o semanas hecho polvo mientras que mis ex reían a carcajadas con sus amigas un día después de dejarlo. A lo hecho, pecho y el pasado no se puede cambiar. Lo sé; pero es algo que -a pesar de haberlo mejorado- no puedo evitarlo.

Y sobre los psicólogos y psiquiatras que quiere que le diga... Para mí la mejor terapia es conocer gente, moverte por ambientes que no van nada con tu forma de ser, enfrentarte a lo que te causa ansiedad, etc.
 
Madre mía, qué mal lo has tenido que pasar.
Al contrario que Morzhilla, yo sí tengo la sensación de que eres muy sensible pero faltan datos, experiencias, etc, así que a mí si me gustaría que siguieras contando más.
Si por el contrario, lo único que quieres destacar es el tema de los gatillazos... poco tengo que decir.
 
ElHombreQueViola rebuznó:
Esta claro que la chica de hoy lo que quiere es un hombre que le deje libertad, tener unos pocos proyectos comunes y que sepa follar bien.

No creo que sea una cuestión de "la chica de hoy". Precisamente lo que les tira en este aspecto es el atractivo por un macho con ciertas dosis de agresividad, que demuestre dia a día que es un hombre, y no lo contrario. Y eso es ancestral.

Precisamente si se pusieran a pensar lo que les conviene, no escogerían eso, pero mira luego, por ejemplo en el hilo de las voces o de las tías macizas-delgadas, que lo aportado por alguna son tiarrones de dos metros y voz de alcohólico. Por no ser, ese tipo de tío no es ni guapo ni aparentemente inteligente. Ni mucho menos parenta tenr la más mínima sesibilidad artística ni de otro tipo. Pero como para irle detrás!

Con poemas, detalles y gatillazos difícilmente vas a llegar al corazón de una mujer. Con un polvo salvaje y dejarle la sensación de que no estás mucho por ella, que bien te puedes estar follando a 3 más, desgraciadamente (y hágase hincapié en este "desgraciadamente") sí.

O quizá no, y como siempre la madre naturaleza hace bien. Os imagináis que los tíos como Elliot en la escena que he puesto fueran dejando su herencia genética y educacional? Viviríamos en un mundo de Pocoyós de color rosa.

Mejor que sean rechazados hasta aprender la lección y cambiar a mejor.
 
Oiga, la mayoria de seres que padecemos esa mierda tenemos dones artisticos...¿Cual es el suyo?
 
Mª Antonia Iglesias rebuznó:
Madre mía, qué mal lo has tenido que pasar.
Al contrario que Morzhilla, yo sí tengo la sensación de que eres muy sensible pero faltan datos, experiencias, etc, así que a mí si me gustaría que siguieras contando más.
Si por el contrario, lo único que quieres destacar es el tema de los gatillazos... poco tengo que decir.

No es que me interese destacar el tema gatillazos; pero como puedes comprender es frustrante tener a una chica desnuda pidiendo sexo y no poder cumplir cuando sabes que físicamente puedes.

La relación que me ha marcado es con la chica en la que tuve que cortar yo. La cuestión es que la chica también era altamente sensible y eso que en un principio puede parecer ideal, al final se convirtió en una relación casi enfermiza.

La relación empezó ideal. Una chica super cariñosa que era capaz de acariciarte toda una película de la misma manera que lo hacía yo. Siempre dispuesta a pasar el tiempo contigo, entregada, atenta, todo lo que hacía le parecía bien. Realmente creía que había encontrado a mi media naranja. Pero las cosas se empezaron a torcer. Me dí cuenta de que nos estábamos aislando, por un lado nosotros y por el otro el resto del mundo. Si la llamaba para quedar lo dejaba todo, y yo no podía ser menos. Nos alejamos de nuestros amigos, familiares, hobbies... casi todo se centraba en pasar el tiempo libre que teníamos juntos. Llegó un punto en que abrí los ojos y me di cuenta de que no quería seguir así.

Tras conversar con ella parecía que los dos estábamos de acuerdo en que nuestra relación no era "sana" -ya os dije que todo lo que decía le parecía bien- y que necesitábamos tiempo para nuestros hobbies y amistades. Pero el pasar tiempo separados significaba llamadas constantes sobre lo que hacía, lo que estaba haciendo y lo que iba a hacer. No soportaba esa situación, así que decidí que la relación debía acabar. Por un momento comprendí lo que debieron sentir algunas de mis ex.

Como decirle que quería dejarlo me parecía harto difícil, me pareció que lo más sencillo era putearla para que me dejara. Le hice creer que iba de putas, que me pillara en varias mentiras, ignorarla cuando íbamos a reuniones, flirtear con amigas suyas... Sin embargo ella siempre me decía que confiaba en mi y que me quería. Definitivamente comprendí a algunas de mis ex.

Finalmente un día conduje hasta su casa para recogerla y finalizar la relación. La conversación nunca la podré olvidar, como no podré olvidar la fuerza con la que me abrazaba mientras sentía sus lágrimas en mi cuello. Permitidme que no cuente más detalles y me los guarde pare mí. Probablemente -o sin el probablemente- sea uno de los momentos más difíciles de mi vida y que más veces he recordado.

No rompimos la relación de inmediato. Nos vimos un par de veces más como amigos hasta que dejamos de vernos. Sé que ha tenido más relaciones posteriores a la mía; pero ignoro si se ha casado o tiene hijos.

Cannabis rebuznó:
No creo que sea una cuestión [...] cambiar a mejor.

Compañero, le doy toda la razón, desde siempre el macho alfa es el elegido por la mayoría de las féminas. Pero usted también debe comprender que comportarse como un macho alfa es difícil cuando uno no lo es, lo mismo que para un macho alfa es difícil mostrar sensibilidad.

Pero como he comentado muchas veces en el equilibrio está la solución. Ni quieren un hombre que llore viendo titanic ni quieren a un gañan que las trate como a una puta. Hay que saber cuándo acariciar, cuándo hay que tener un detalle y cuándo hay que echarles un polvo salvaje. Por eso son tan complicadas las relaciones porque si equivocas lo que necesita el momento la cagas. En eso creo que los sensibles tenemos ventaja respecto a los machos alfa.

PD: con el tag no tempro pero dibujo bien me he partido el culo diez minutos.
 
Lo tienes más difícil en apariencia que un macho alfa, pero si logras domar el exceso de sensibilidad, dosificar y encontrar ese punto justo y tan complicado que efectuivamente demandan las relaciones, hay cosas que tú sí puedes hacer mientras que un malote de libro, no. Eso está claro.

Es aquello de que un ingeniero puede limpiar el suelo, pero el que limpia suelos no puede diseñar una máquina. Pero a veces desentona el exceso de preparación del primero y eso le puede significar no encontrar trabajo.

Mira, tal como vas está claro que pierdes a tus parejas. Con esta chica encima tuviste la ocasión de ver como se sienten ellas cuando tú la agobias, lñes concedes todo y pierdes tu personalidad, estando de acuerdo con todo y siempre a su servicio.

Por tanto, de perdidos al río. Cuando empieces con alguna, presión 0. Mantén ante todo tu vida y aficiones. Si sopechas que puede tenr un pretendiente interesante, hazte la idea de que como se vea presionada contigo, va a elegir seguro al otro. En cambio, si te ve distante, es probable que la balanza se decante por ti. De la primera manera, la pierdes seguro, así que no pierdes nada por intentar una alternativa.

Y si tienes ganas de hacer una figurita de cerámica o un poema, se lo dedicas a una pareja de amigos que se vayan a casar, a una buena amiga (que no signifique nada para ti en el plano sentimenntal pero que de paso le dé celitos a la que sí) o a tu madre, pero no te plantes con un retrato de ella al carboncillo, por el amor de Dios!

El tag es mío:1

Sin rencores:oops:
 
¿Pero tú no decías que la psicología era todo puro cuento? ¿Qué haces ahora poniéndote etiquetas del consultorio de la Pronto? Añádete otra etiqueta, anda: incongruente. :lol:
 
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Te comprendo bastante bien porque yo también tuve problemas de autoestima, aunque no debidos a un problema de sensibilidad como en tu caso. Y en mi situación el deporte marcó un antes y un después y fue el revulsivo que me hizo conocer de qué soy capaz. No soy muy dado a dar consejos pero si algo he sacado en claro de todo esto es que potenciar las propias habilidades y pasatiempos es un gran método para ganar confianza y amor propio. Y aunque mis relaciones tampoco sean un festival de colores he aprendido a no valorarlas ni más ni menos de lo que valen.

Cuando era pequeño, no tenía ningún tipo de confianza en mí mismo. No tenía consciencia propia. Nací y crecí eclipsado a la sombra de un excelente deportista y mi obsesión siempre fue parecerme a él. Me odiaba a mí mismo porque la genética no me había premiado con el don que tenía mi padre, yo era su antagonista. De hecho creía que mi padre también me odiaba por ello. Siempre fuí un tipo bastante escuálido y débil, y tenía un miedo paralizante al fracaso. A que los demás se rieran de mí, y de todo el esfuerzo invertido en objetivos inalcanzables. En las fiestas que celebraban los chavales del instituto, siempre terminaba en un rincón yo solo incapaz de comprender por qué la otra gente parecía tan feliz y yo no. Siempre recordaré una vez que me fui cabreado corriendo a mi casa y me puse a hacer flexiones una detrás de otra, no sé muy bien por qué pero la rabia me impulsaba a hacerlas hasta no poder más. Al día siguiente mi madre me encontró dormido en el suelo. En el fondo detestaba a todo el mundo. Quería parecerme a ellos, vestir como ellos, hablar como ellos, para ser un tipo normal en vez de la copia mal hecha de mi padre. Quería ser feliz y tener mi vida aunque tuviera que comportarme como un gilipollas para dejar de sentir esa ansia que me carcomía.

Hasta que un día mi padre me pilló por banda y me dijo una cosa que no olvidaré nunca, pero que transcrita viene a ser algo así como que el respeto y la aceptación nunca pueden provenir de los demás, sino de dentro de uno mismo. Que el respeto más grande que se podía ganar era el propio. Me dijo que me enseñaría a entrenar con los hierros, pero que primero debería ganármelo. Dijo que ahorrara hasta que me pudiera comprar un juego de mancuernas y discos de 50 kg que me iría bastante bien para empezar. Mis padres nunca me dieron una paga tan generosa como les daban a mis amigos así que tuve emplearme a fondo para conseguir el dinero. Preguntaba siempre si había que comprar algo e iba a condición de poder quedarme con el cambio. Ayudaba en casa. Saqué muy buenas notas. Y al final reuniendo las propinas y lo que tenía ahorrado llegué a las 5000 pesetas de la época, que para mí eran una fortuna. Me sentí muy especial.

El fin de semana siguiente compré el juego de pesos, pero no pude arrastrarlo hasta el coche de mi padre. Él lo cogió con una mano como si fuera de porexpan, lo elevó por sobre de mi cabeza y lo metió en el maletero mientras se reía de mi fuerza putapénica. El lunes mi padre me dijo que me enseñaría cómo entrenar. Lo primero que hizo fue avisarme de que me olvidara de los pesos y las mancuernas, que primero empezaríamos con flexiones y dominadas y que hasta que no llegara a las 20 bien hechas de cada ni soñarlo. Yo tenía en mente lo que me había costado conseguir el juego de pesos y mi cara de Gñé debía ser lamentable.

Las semanas iban pasando y lentamente bajo su atenta supervisión iba mejorando. Cuando estuve a punto de conseguir el logro de 20 dominadas me ató un cinturón con lastre a la cintura para dificultarme el progreso. Yo creía que me estaba trolleando y que lo hacía para reírse de mí, que nunca me enseñaría a entrenar. Así que me limitaba a sentarme en su gimnasio mientras miraba como él y sus compañeros entrenaban, y allí pasaba la tarde y hacía los deberes hasta la hora de cenar.

Hasta que finalmente consideró que estaba preparado y me enseñó 6 o 7 ejercicios básicos. Puse más atención de la que nunca puse en cualquiera de mis clases. No podía aguantarme las ganas de empezar. Aquél día hice por primera vez mamadas a mi vecino con una barra vacía y al día siguiente no podía ni caminar. Jamás me miré al espejo ni le dije a nadie lo que estaba haciendo porque temía que se rieran de mí. Contrariamente a lo que creía, mi padre nunca se burló de los putapénicos pesos con los que empecé, eso sí, en ningún momento me ahorró el sufrimiento. Nunca me ayudó ni una sola vez, ni me dejaba hacer trampas en los ejercicios; no me lo puso fácil. Quería que la técnica fuera perfecta, y me obligaba a parar cuando tocaba, ni antes ni después. Cada noche al acostarme, me concentraba y pensaba una y otra vez en el entreno del día siguiente, me veía a mí mismo ejecutándolo una y otra vez, hasta que me vencía el sueño y cedía al agotamiento.

Las semanas iban pasando, y mi padre me iba añadiendo cada vez más pesos a la barra. Primero cantidades ridículas, poco a poco más respetables. Era muy paciente conmigo, y me decía: "ten paciencia. Con constancia y mucho esfuerzo, todo llega. Lo importante es irse acercando un poco más cada día". Podía sentir la fuerza creciendo dentro de mi cuerpo. Un día llegué a mi casa especialmente cabreado por algún detalle sin importancia y mi padre me dijo: "cálmate. Puedes sentirte orgulloso de ti mismo, mírate". Corrí hacia el espejo del cuarto de baño y me quité la camiseta. Por primera vez vi un cuerpo fuerte, en vez del chasis endeble que antes sujetaba mi estómago y mis vísceras. Pude ver una caja torácica, un pecho lleno, unos hombros anchos. Me sentí fuerte. Es la primera vez que recuerdo tener plena consciencia de mí mismo, de la cabeza a los dedos de los pies. Había conseguido algo gracias a mi esfuerzo y nadie podía arrebatármelo.

Me llevó años apreciar al completo la validez de las lecciones que he aprendido entrenando gracias a mi padre. Solía pensar que los hierros eran mis adversarios, que intentaba levantar lo que había sido diseñado para no ser levantado. Me equivocaba. Cuando el hierro no quiere despegarse del suelo, te está haciendo el mejor favor que te puede hacer. Si fuera ligero como una pluma y pudieras levantarlo como si nada, no te estaría enseñando nada. Esta es la forma que tienen los hierros de hablarte, de decirte que el material con el que trabajas es aquello a lo que te terminarás pareciendo. Que aquello contra lo que trabajas trabajará siempre en tu contra, para tu beneficio a largo plazo. No fue hasta hace pocos años que comprendí que entrenando me había hecho un gran regalo a mí mismo, que había hecho una inversión de futuro. Aprendí que nada bueno viene por sí solo sin mucho trabajo y cierta cantidad de dolor. Cuando termino una serie que me deja temblando, conozco un poco más sobre mí mismo. Y sé que por muy mal que me salgan las cosas en la vida, nada será tan doloroso como ese entreno.

Al principio detestaba el dolor, no podía soportarlo, hasta que entendí que el dolor no era mi enemigo; era lo que me hacía fuerte. Es mi camino hacia la autosuperación y la grandeza particulares. Pero cuando uno lucha contra el hierro, uno debe tener cuidado a la hora de interpretar correctamente el dolor. La mayoría de lesiones no las provoca el hierro sino el ego, intenta levantar un peso para el que tu cuerpo no esté preparado y te pasarás meses sin poder levantar nada más pesado que una cuchara. El hierro también te enseña a ser prudente y comedido, porque siempre está listo para imponerte un correctivo en cuanto a humildad y autocontrol.

Nunca he conocido a una persona verdaderamente fuerte que no tuviera confianza en sí misma. La fuerza revela el verdadero carácter, la fuerza es honesta. Es la diferencia entre la mayoría de capullos del mundo y mi padre. La fuerza no es solamente masa muscular, también es entereza moral y sensibilidad. Es entender que tu fuerza es a la vez física y emocional. Que surge del cuerpo pero también de la mente, y del corazón. Yukio Mishima decía que no podía entender la idea de romance si no era apasionadamente. Como aquella actriz que decía que cuando se enamoraba se enamoraba “como una perra”. El amor es también una pasión fuerte y embriagadora, y un cuerpo débil no puede resistirla durante mucho tiempo porque te consume y te sume en la desdicha.

Prefiero entrenar solo, para concentrarme en las lecciones que me enseña el hierro. Conocer de lo que estás hecho siempre es tiempo bien empleado, y no he encontrado mejor guía. El hierro me ha enseñado cómo vivir. La vida es capaz de cabrearte y sacarte de tus casillas, y tal y como están las cosas hoy en día es un milagro que no estés completamente loco. La gente se ha separado completamente de sus cuerpos, mente y físico no son todo uno. Están enfermos. Salgo a la calle y sólo veo basura. Los ves moviéndose del curro a sus coches y regresando a sus casas cada noche. Se estresan constantemente, pierden horas de sueño, comen mal. Y su carácter se agría. Sus egos y temores se disparan, están a la defensiva. Les motivan cosas que probablemente les acabarán jodiendo. No conocen el poder del hierro.

A lo largo de los años, he combinado la reflexión, la acción y el entreno en una sola fuerza. Creo que cuando el cuerpo es fuerte, la mente desarrolla pensamientos poderosos. El tiempo que paso lejos de los hierros hace que mi mente divague, se degenera. Me sumo en la depresión y el asco. Mi cuerpo se debilita y tumba mi mente. El hierro es el mejor antidepresivo que existe. No hay forma más efectiva de combatir la debilidad que la fuerza, y una vez que mente y cuerpo han alcanzado su verdadero potencial no hay forma de volver atrás.

El hierro nunca te miente. Puedes ir por ahí y encontrar todo tipo de gente, escuchar las más diversas opiniones. Puede que unos te digan que eres el amo, y otros que piensen que eres un desgraciado hijo de puta. Pero el hierro siempre te mostrará el estado actual de las cosas. Es el gran punto de referencia, la perspectiva más clara y objetiva. Siempre será tu mejor aliado, y estará ahí para medirte sin contemplaciones. Nunca te abandonará, nunca te fallará. Las tías van y vienen, pero 200 kg siempre son 200 kg.

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Perdón por no seguir el hilo, pero es que en mi puta vida había visto un relato tan absolutamente HAMÉRRIMO que el que acaba de poner Black.

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Vale guay, el hierro no miente y tal. ¿Y para que vale levantar hierros? ¿A donde lleva eso? Por mas que le doy vueltas no lo veo. Que cosa mas tonta, con perdon.
 
Elmer, cuanto tiempo sin verle por aquí!

Qué opinas del hilo de las voces? Al final parece que varias foreras lo son de verdad, y no señores disfrazados. Vamos, podrían convencer a hermanas de hablar por ellos, pero lo veo demasiado retorcido.
 
Mi padre una vez me dijo si queria entrar en su empresa...le dije que no
En vez de putearte tu padre al estilo "American beauty" el verdadero padre deberia haberte aceptado tal cual.
 
Entiendo el discurso del hombre que viola, todos hemos tenido etapas y es evidente que uno no se toma las relaciones con las mujeres de la misma manera cuando tiene 15 que cuando bordea la treintena. Normalmente la experiencia juega en nuestra contra, y si nuestro carácter ya no es de por sí el propio de un triunfador en el tema, y nos sentimos cohibidos y retraídos ante la presencia femenina pues la consecuencia lógica es que no te comes un colín. Lo que veo por lo que cuentas es que tienes una gran inseguridad, que incluso parece que ha afectado a tus relaciones sexuales, y que la falta de autoestima es decisiva para que esas relaciones que cuentas hayan acabado en fracaso.

Por lo que a mi respecta nunca he sido tímido, sin embargo he tenido muchas dificultades para relacionarme con las mujeres, muchas veces he sufrido la incomprensión de muchas de ellas. En mi caso concurría una circunstancia especial, y es que tenía cierto aire misterioso por mi tendencia a distanciarme de todo, de aislarme de toda influencia y unos hábitos de comportamiento que no eran nada cómunes. Como es lógico, cuando no sigues el comportamiento gregario de manada pues tienes las de perder, pero no solamente en cuestiones de erótico-festivas sino en todo tipo de relaciones sociales, y ese era mi caso. Sin embargo he tenido varias novias, relaciones sórdidas, extrañas y que en muchas ocasiones han desembocado en rupturas violentas.

En los últimos años me he despojado de todo resquicio de sentimentalidad, de romanticismo baboso y de buscar a la pareja perfecta. Me limito a ejercer de depredador de todo ser con coño, sin importarme mucho nada de lo que pueda pensar o sentir. En parte es consecuencia del maltrato recibido en relaciones anteriores, de mi temprana juventud, pero también por mi negativa a comprometerme y tener que depender de otra persona a la hora de decidir en mi vida lo que quiero hacer o dejar de hacer, además de que el hecho de tener descendencia me ataría de por vida a la responsabilidad de tener que cuidar a unos hijos y darles de comer, y la verdad es que no soy una persona excesivamente dada al trabajo y a la disciplina. Con lo cual follaremos hasta donde nos dejen y hasta donde nos llegue la gasolina, lo demás no me importa.
 
Cannabis rebuznó:
Al final parece que varias foreras lo son de verdad, y no señores disfrazados. .


¿Ah, si? ¿Y eso qué cojones tiene que ver con el presente hilo?

No trollee, hombre, que hace muy feo..
 
No se enfade hombre, si yo no soy de trollear. Me he desviado en efecto del tema, pero total a estas horas un sábado los hilos suelen suelen estar muertos y no pasa nada por un poco de forochat.

Simplemente ha dado la casualidad que esta mañana al escuchar las grabaciones de ese hilo me acordaba de usted y su convencimiento de que toda forera es en realidad un tío peludo y de que últimamente se le veía poco el pelo, y he querido aprovechar la ocasión para preguntarle.

Y fin del offtopic para evitar baneos varios.

P.S. Yo ando también digiriendo la historia de Black Adder. De película de esas de autosuperación.
 
No importa lo que digan. Puede que las taradas que necesiten mucha caña, que las traten realmente mal, sean eso, taradas. Chicas de las que han abusado de pequeñas, o con una autoestima muy baja que les haga pensar que no deben ser bien tratatas. Pero eso son casos extremos.

Como estoy tan habituado a follarme putas, he visto casos delirantes de tías (rumanas, pero se puede extrapolar a cualquier nacionalidad) de chorvas tan extremadamente SUBNORMALES que provienen de familias de clase media-baja, con hermanas que están cursando carrera universitaria, que han tomado el camino de chupar pollas y dejarse follar por el primer mandril que se le ponga delante por dinero.

Es muy revelador en cuanto a la naturaleza femenina el ver que hay especímenes tan extremadamente idiotas que se dejaron obnubilar por el kinki de mierda de turno fascinadas por su modo de vida (living la vidaa locaaaa) y se arrastran hasta tal punto por "amor" a "el" que hablan del pedazo de mierda que vive a su costa en tercera persona y como si se tratara del mismo Jesucristo resucitado. Todo eso lo acompañan con la consiguiente banda sonora aportada por la industria musical más cutre.

Yo es que me parto por dentro después de que te han comido la polla y te las has follado de todas las formas posibles y resulta que ves que se han tatuado el nombre del inombrable ser de luz objeto de devoción.

Supongo que lo que les pone es ser partícipes de la vida del malandrín aunque sea pagando el precio de comérsela a medio planeta. Joder, si es que ni el animal más tonto se deja manipular tan ciegamente y de una forma tan estúpida como lo llega a hacer una mujer de estas características.

Cuando me topo con estos casos y me la están comiendo por un buen precio, no puedo más que mirarla mientras me la chupa y tornar de repente mi vista hacia lo alto para agradecer a dios o a quien sea el haber creado al animal que es capaz de llegar a ser el más lerdo y arrastrado sobre la faz de la tierra, la mujer.

Gracias, zorras.
 
Black Adder rebuznó:
Sentimientos, hierros y demases

Es la historia más bonita e inspiradora que tengo el placer de escuchar desde hace mucho tiempo. Gracias. De hecho me ha recordado que mi padre nunca me ha dado un consejo útil en toda su vida ni me ha contado anécdotas suyas para no cometer errores que el sí ha cometido. Yo tengo claro que cuando tenga un hijo le contaré todas mis aventuras de adolescente incluidas las más heavys, así siempre irá un paso por delante de los de su edad.
 
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