Veo que la mayoría de los aquí presentes confunden la figura de un creador, al que podemos llamar Dios, con la figura de Dios patentada por el cristianismo, con sus normas y características.
Es como el que en vez de hablar de yogures, habla de danones; en vez de hablar de cereales, habla de kellogs; en vez de hablar de refresco de cola, habla de coca cola (para todas las marcas); en vez de hablar de pañuelo, habla de clinex; en vez de hablar de corrector, habla de tipex; y así un larguísimo etc.
Puede parecer totalmente ilógico la existencia de un Dios cuya esencia sea una ética determinada, que esté pendiente de nosotros día y noche y nos juzgue por nuestros actos. Sin embargo, también puede parecer ilógico el creer que la materia se ha creado y ordenado a sí misma por arte de magia (y esto sería más supersticioso y menos científico que el creer en un Dios). A muchos se les ha olvidado la figura del demiurgo.
En fin, yo en este tema no voy a entrar porque podría comentarlo largo y tendido, y no hay tiempo ni ganas. Pero, simplemente, considero un craso error el identificar la creencia en un dios-creador (y utilizo el singular por utilizar un artículo), con el dios del que nos hablan las religiones. Es como dejar de creer en que en el planeta X haya vida, sólo porque algunos digan que los que habitan en X son hechiceros poderosos que controlan las mentes. "La versión de algunos sobre los habitantes de X es anticientífica, ergo no existen habitantes de X".