Mago_Gonedo
Forero del todo a cien
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- 21 Ene 2011
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Empieza a resultarme ya un poquito cansino eso de que algunos o algunas se las traigan de chulerias y de saberes de la vida, cuando aprovechan una situación o un dilema moral para soltar a modo peyorativo lo socialmente correcto. Me explico. A lo que me refiero es que cuando ocurre algo que esté dentro de la categoría "aborrecible", para los que defienden un argumento respaldado por un montón de peña como perros en celo (porque si no fuera tan sólido el respaldo no defenderían un carajo) resulta muy fácil increpar y lo hacen con justificación desaforada. Otra cosa que me toca un poco los cojones es lo de siempre: ser irrespetuoso con el gran y maravilloso turno de palabra.
Para los que todavía no lo han pillado os pondré en situación. Resulta que hará tiempo vino a mi facultad un ex presidiario o algo así, no me acuerdo exactamente si estaba en libertad condicional o que le faltaba poco para salir. Este hombre resultó ser culpable de maltrato psicológico a su mujer y a sus hijos viniendo borracho a casa y liando la pajarraca, y llegando a amenazar con largarse con otra tía... y... y no sé qué historias más. El caso es que ingresó en prisión (sí, te pueden encarcelar por eso, acojonante). La visita tenía significado en mi facultad (la de psicología para los que no estén al tanto) y en la de derecho. En la de derecho por los asuntos legales, fiscales, etc. Y en mi facultad por los contenidos psicológicos que contenían la historia que venía a contar el hombre. El caso es que mi ex novia (novia por entonces) venía a mi piso de ese debate, charla, miting o lo que fuera un poco frustrada por el pifostio que se lió, indignada con el comportamiento de sus compañeras. Y lo que se lió fue lo siguiente: el hombre, sumido en el arrepentimiento, contaba con pelos y señales los hechos de su vida y todo lo hijo de puta que fue. También contó que estaba restablecido del todo en una vida sana sin alcohol. Decía que iba a hacer todo lo posible para ayudar a su ex mujer y a sus hijos y que, aun sin poder verlos debido a la orden de alejamiento haría cuanto estuviese posible para enmendar el error.
Y la situación... legó:
Unas oportunistas de turno (si bueno, también se les podría tildar de subnormales, putas, y variantes...), se levantaron, puño en alto para llamarle machista, maltratador, y de todo menos bonito.
Verán ustedes, no sé como explicarlo, pero por mí como si amenazó de muerte a su mujer. No, me voy a alejar de la violencia doméstica; por mí como si es el que provocó el puto incendio de chicago... No sé si todavía cogen la idea; por mí como si de ese hombre dependiera el holocausto nazi. Se ha arrepentido, se ha postrado y ha contado su vida y su historia a la sociedad para que, en vez que le amenacen, le tiendan la mano. Es más, considero una terrible falta de respeto, que sin dejarle terminar de hablar (que por lo visto se fue de allí con las orejas agachadas sin terminar de expresarse), lo insulten.
Sé que muchos de ustedes consideran la idea de que algunas personas no deben ser perdonadas jamás. No me malinterpreten, yo también soy de esos cabrones rencorosos que pueden tener alejados a aquellos que en su día no supieron comportarse, y repudiarlos al escarnio social de por vida. Pero no soy un maleducado; escucho. Por lo menos hasta el final. Pero lo que verdaderamente me duele de todo esto es que eran aspirantes a psicólogas las que se levantaron a increparle, mujeres que el día de mañana debían ayudar y levantar a personas que caen de esa forma y piden ayuda desesperadamente. A gente que no tiene nada, porque lo han perdido, ya se lo merezcan o no se lo merezcan. A gente que, arrepentidas por los hechos que cometieron (no más deleznables de los de cualquier otro ser humano en este puto mundo de mierda de quejicas), necesitan de la ayuda de psicólogos y de psicólogas para poder reinsertarse en la sociedad. Y ya para rematar, lo triste del todo: me parecería muy interesante, como psicólogo, escuchar a una persona con tal vida emocional. Que me contase todo lo que sentía, todo lo que creyó hacer sentir y lo que siente en este momento. Sus emociones, sus actuaciones y sus motivaciones para el futuro... creo personalmente que hubiese sido una oportunidad bastante buena, y no la supieron aprovechar. Me alegro de no haber estado allí.
Y en cuanto a eso de machista, cabrón, maltratador y no sé que más. Supongo que ya en la cárcel le habrán dado lo suyo como para ponerlo verde delante de más de cien personas sin despeinarse, como si fuera lógico y natural, típico de la buena educación y de lo correcto. Personalmente, diría que me entristece, pero... Me alegro... que les den por culo... ellos se lo perdieron.
Así les van... a los soplapollas de mi facultad... sacando a hijos de puta de la cárcel con programas sociales de mierda fabricados en las facultades de psicología más por moda, que por herramienta últil.Y luego se escandalizan cuando les digo que lo verdaderamente digno que se hace en psicología es seguir estudiándola, y abogar por un sistema psicométrico que nos reestructure le "problema de la definición" y variantes...
Para los que todavía no lo han pillado os pondré en situación. Resulta que hará tiempo vino a mi facultad un ex presidiario o algo así, no me acuerdo exactamente si estaba en libertad condicional o que le faltaba poco para salir. Este hombre resultó ser culpable de maltrato psicológico a su mujer y a sus hijos viniendo borracho a casa y liando la pajarraca, y llegando a amenazar con largarse con otra tía... y... y no sé qué historias más. El caso es que ingresó en prisión (sí, te pueden encarcelar por eso, acojonante). La visita tenía significado en mi facultad (la de psicología para los que no estén al tanto) y en la de derecho. En la de derecho por los asuntos legales, fiscales, etc. Y en mi facultad por los contenidos psicológicos que contenían la historia que venía a contar el hombre. El caso es que mi ex novia (novia por entonces) venía a mi piso de ese debate, charla, miting o lo que fuera un poco frustrada por el pifostio que se lió, indignada con el comportamiento de sus compañeras. Y lo que se lió fue lo siguiente: el hombre, sumido en el arrepentimiento, contaba con pelos y señales los hechos de su vida y todo lo hijo de puta que fue. También contó que estaba restablecido del todo en una vida sana sin alcohol. Decía que iba a hacer todo lo posible para ayudar a su ex mujer y a sus hijos y que, aun sin poder verlos debido a la orden de alejamiento haría cuanto estuviese posible para enmendar el error.
Y la situación... legó:
Unas oportunistas de turno (si bueno, también se les podría tildar de subnormales, putas, y variantes...), se levantaron, puño en alto para llamarle machista, maltratador, y de todo menos bonito.
Verán ustedes, no sé como explicarlo, pero por mí como si amenazó de muerte a su mujer. No, me voy a alejar de la violencia doméstica; por mí como si es el que provocó el puto incendio de chicago... No sé si todavía cogen la idea; por mí como si de ese hombre dependiera el holocausto nazi. Se ha arrepentido, se ha postrado y ha contado su vida y su historia a la sociedad para que, en vez que le amenacen, le tiendan la mano. Es más, considero una terrible falta de respeto, que sin dejarle terminar de hablar (que por lo visto se fue de allí con las orejas agachadas sin terminar de expresarse), lo insulten.
Sé que muchos de ustedes consideran la idea de que algunas personas no deben ser perdonadas jamás. No me malinterpreten, yo también soy de esos cabrones rencorosos que pueden tener alejados a aquellos que en su día no supieron comportarse, y repudiarlos al escarnio social de por vida. Pero no soy un maleducado; escucho. Por lo menos hasta el final. Pero lo que verdaderamente me duele de todo esto es que eran aspirantes a psicólogas las que se levantaron a increparle, mujeres que el día de mañana debían ayudar y levantar a personas que caen de esa forma y piden ayuda desesperadamente. A gente que no tiene nada, porque lo han perdido, ya se lo merezcan o no se lo merezcan. A gente que, arrepentidas por los hechos que cometieron (no más deleznables de los de cualquier otro ser humano en este puto mundo de mierda de quejicas), necesitan de la ayuda de psicólogos y de psicólogas para poder reinsertarse en la sociedad. Y ya para rematar, lo triste del todo: me parecería muy interesante, como psicólogo, escuchar a una persona con tal vida emocional. Que me contase todo lo que sentía, todo lo que creyó hacer sentir y lo que siente en este momento. Sus emociones, sus actuaciones y sus motivaciones para el futuro... creo personalmente que hubiese sido una oportunidad bastante buena, y no la supieron aprovechar. Me alegro de no haber estado allí.
Y en cuanto a eso de machista, cabrón, maltratador y no sé que más. Supongo que ya en la cárcel le habrán dado lo suyo como para ponerlo verde delante de más de cien personas sin despeinarse, como si fuera lógico y natural, típico de la buena educación y de lo correcto. Personalmente, diría que me entristece, pero... Me alegro... que les den por culo... ellos se lo perdieron.
Así les van... a los soplapollas de mi facultad... sacando a hijos de puta de la cárcel con programas sociales de mierda fabricados en las facultades de psicología más por moda, que por herramienta últil.Y luego se escandalizan cuando les digo que lo verdaderamente digno que se hace en psicología es seguir estudiándola, y abogar por un sistema psicométrico que nos reestructure le "problema de la definición" y variantes...