Tannhäuser rebuznó:
El conde de Almaviva está pidiendo perdón a la condesa.
Siguiendo la estela virginal:
MADRE DEL HAMOR HERMOSO
Acto IV
Fígaro sorprende a Barbarina buscando la aguja que sellaba la carta, ya que el Conde le dio ésta a la joven para que se la diera a Susanna, y lo había perdido. Fígaro entonces sabe que Susanna se ha citado con el Conde, pero ignora el plan. Enfadado, invita a Bartolo y a Basilio a ser testigos de esa cita, y les advierte sobre la infidelidad de las mujeres (Aprite un po quelli occhi, Abrid un poco los ojos). Llegan la Condesa y Susana, con los trajes intercambiados, y se produce un encuentro complicado.
Cherubino, que había quedado con Barbarina, ve a la Condesa, que iba disfrazada de Susanna, e intenta besarla, pero en ese momento llega el Conde, y es él quien recibe el beso. Éste le responde con un bofetón, que recibe Fígaro, que se había acercado para ver qué pasaba. Para vengarse del Conde, Fígaro comienza a cortejar a Susanna, pensando que era la condesa, pero cuando éste la reconoce, le declara su amor, y ésta enfurece ya que no se dio cuenta que había sido reconocida por su esposo. Cuando se da cuenta, la pareja se abraza, y esto enfurece al Conde, que confunde a Susanna con la Condesa.
Cuando se descubre la situación, el Conde pide perdón a su esposa, por sus sospechas y por su mala conducta. La Condesa le perdona y acaba el acto con una alegre fiesta.
