Personalmente no tenía un cuadrante para ir, era más dependiendo de factores abióticos. Por ejemplo la luna llena, que lloviese, que hubiese cobrado un buen pellizco esa semana de la chatarra, haber pasado sin querer por un instituto a la salida de clase, y un largo etc.
Podía ir un día con una y a la noche siguiente con otra, o también he hecho de salir de un lumipiso y dirigirme a otro. Esto último lo solía hacer cuando primero iba a una puta nueva y no me dejaba buen sabor de boca y tenía que recurrir a la puta de confianza para satisfacerme.
Y las menos veces, contadas con los dedos de una mano, he ido a tres putas distintas en un solo día. Un dineral, sí, pero de aquellas salías con las piernas temblando, los huevos secos y la cartera vacía, por lo que luego había que esperar a que se llenara otra vez el pozo para seguir regando.
Ser un putero vicioso es asqueroso, a mí me cuentan las putas que hay algunos puteros pobres y miserables que las llaman para decirles que ya tienen ahorrado 38 euros de lo que les da su mujer para el tabaco y que si pueden ir, a lo que la puta les suele responder que esperen a que se llene un poco más la hucha y luego ya si eso sí.
Por eso muchas putas ponen en sus anuncios "con señores solventes", para tratar de disuadir a estos tiesos de la vida.
Luego están los que se pulen los ahorros de una vida cuidando cabras con una puta cubana veinte años más joven que se les pegan como sabandijas hasta chuparles la sangre.
Y luego están los que más asco me dan, que son los que están casados con una gorda fea y que se gastan lo que ganan en borracheras y putas, mientras ves a sus hijos ir al colegio con zapatos rotos.
Pero los solterones con poco aprecio al vil dinero podemos ir de putas cada 10 días, más o menos, sin mucho agobio. Siempre contratando servicios premium y sin regatear, que regatear es de gitanos. Personalmente de la hora de servicio con sus dos mixtos, y cuando era más joven incluso tres, no bajo y si hay extras por meterla por el culo y tal también los pago. Porque uno no puede ir a comer a un restaurante y según va pidiendo de la carta intentar regatear el precio del entrecot al camarero, ni tampoco comer sin pan ni vino por ahorrárselo.
Ahora que recuerdo he tenido etapas de enchochamiento y tener que visitar una vez por semana a alguna puta por estar obsesionado por los olores y sabores de su chocho y culo, gracias a Dios todas son itinerantes y muerto el perro se acabó la rabia.