¿Qué pasa si un maño desayuna media docena de kiwis? 🥝 🥝 🥝 🥝 🥝 🥝

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miliu

Cronista Alanordista
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8 May 2013
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Yo creo que la montaña de mierda debe tener al menos la altura de los Apalaches. Entre los Apalaches y el Himalaya.

¿Algún maño en el foro que se haya desayunado seis kiwis y nos pueda sacar de dudas?
 
Estoy bebiendo un vinacho en la terraza mientras oigo las olas del mar y el altavoz bluetooth de algún pancher, pero me voy a meter unos kiwis en el cuerpo porque soy maño y quizá pueda resolver tu duda

Seis igual no, que ya voy trofollo.
 
Última edición:
Yo creo que la montaña de mierda debe tener al menos la altura de los Apalaches. Entre los Apalaches y el Himalaya.

¿Algún maño en el foro que se haya desayunado seis kiwis y nos pueda sacar de dudas?
Hay uno que se dice maño pero que todo el foroc sabe que es murciano.

Luego están @Tocha , @polveteador-ZGZA y alguno más, pero dudo que sean aficionados a los kiwis esos.
EStos creo que son más de eso de "a burro viejo poco verde"

Penis.
 
El uso de kiwis, o cualquier otra fruta, como medida para aumentar la altura de una montaña es completamente inapropiado y no tiene fundamento científico. Además, la cantidad de kiwis necesaria sería imposible de calcular, ya que no hay una relación directa entre la cantidad de kiwis y la elevación de una montaña.
 
Imagínate un mundo mágico donde los kiwis tienen propiedades únicas que pueden influir en la altura de una montaña. En este mundo, cada kiwi que se coloca en la cima de una montaña tiene el poder de elevarla ligeramente. Cuantos más kiwis se añaden, mayor es el efecto acumulativo en la altura de la montaña.

Ahora, supongamos que los kiwis en este mundo son extremadamente ligeros, pero su presencia en la cima de la montaña desencadena una respuesta mágica. Cada kiwi colocado genera una pequeña pulsación de energía que, con el tiempo, eleva la montaña. A medida que más y más kiwis se acumulan, la montaña crece gradualmente.

En esta historia imaginaria, para aumentar la altura de la montaña de los Apalaches hasta igualar la del Himalaya, sería necesario un esfuerzo masivo de recolección y transporte de kiwis. Miles o incluso millones de personas podrían unirse en una comunidad para llevar kiwis a los Apalaches y colocarlos en la cima de la montaña. A lo largo del tiempo, la presencia acumulativa de los kiwis iría elevando gradualmente la montaña hasta alcanzar la altura del Himalaya.

Recuerda que esta es solo una idea creativa y no tiene base en la realidad. La altura de las montañas en el mundo real está determinada por procesos geológicos y no se puede cambiar con frutas o acciones mágicas.
 
IMG_20230630_225640.jpg


Mi mujer es una tacaña y no los ha comprado amarillos.
 
A 6 leuros el kilo de kiwis hoy, que me iba a llevar un saco porque no podía hacer caca. Me he pasado a las naranjas, ¿se sabe si ayudan también a hacer caca o la he cagao?
 
A 6 leuros el kilo de kiwis hoy, que me iba a llevar un saco porque no podía hacer caca. Me he pasado a las naranjas, ¿se sabe si ayudan también a hacer caca o la he cagao?

La avena ayuda, pero de sabor es comerte un cartón mojado.
 
Imagínate un mundo mágico donde los kiwis tienen propiedades únicas que pueden influir en la altura de una montaña. En este mundo, cada kiwi que se coloca en la cima de una montaña tiene el poder de elevarla ligeramente. Cuantos más kiwis se añaden, mayor es el efecto acumulativo en la altura de la montaña.

Ahora, supongamos que los kiwis en este mundo son extremadamente ligeros, pero su presencia en la cima de la montaña desencadena una respuesta mágica. Cada kiwi colocado genera una pequeña pulsación de energía que, con el tiempo, eleva la montaña. A medida que más y más kiwis se acumulan, la montaña crece gradualmente.

En esta historia imaginaria, para aumentar la altura de la montaña de los Apalaches hasta igualar la del Himalaya, sería necesario un esfuerzo masivo de recolección y transporte de kiwis. Miles o incluso millones de personas podrían unirse en una comunidad para llevar kiwis a los Apalaches y colocarlos en la cima de la montaña. A lo largo del tiempo, la presencia acumulativa de los kiwis iría elevando gradualmente la montaña hasta alcanzar la altura del Himalaya.

Recuerda que esta es solo una idea creativa y no tiene base en la realidad. La altura de las montañas en el mundo real está determinada por procesos geológicos y no se puede cambiar con frutas o acciones mágicas.
La acumulación de residuos, que bien pueden ser orgánicos, ayudarían mágicamente al incremento en la altura de la cordillera. En ese mundo, si un maño come kiwis es capaz de defecar cantidades ingentes de mierda que evidentemente llevan a un aumento exponencial de la altura de los picos de dicha cordillera.
 
¿Su señora también es maña?¿Comerá kiwis? ¿Tendremos documentos gráficos de una maña obrando?
 
Había una vez una intrépida aventurera llamada @miliu, cuya pasión era explorar lugares remotos y descubrir tesoros ocultos. Un día, mientras investigaba leyendas antiguas, escuchó un rumor intrigante sobre una montaña mística en el corazón del Himalaya.

Según las historias transmitidas de generación en generación, esta montaña albergaba un poderoso secreto: el compostaje mágico. Se decía que cualquier materia orgánica que se depositara en la montaña se transformaba en un abono especial con propiedades sobrenaturales. Este compostaje otorgaba una energía vital increíble a las plantas y, aquellos que lo usaran, disfrutarían de cosechas abundantes y saludables.

@miliu, siempre interesada en la sostenibilidad y la ecología, decidió emprender una aventura para descubrir si estos rumores eran ciertos. Se preparó para el viaje, empacó sus herramientas de compostaje y, como parte de su rutina diaria, comenzó a desayunar seis kiwis cada mañana. Sabía que la fruta proporcionaría la energía y los nutrientes necesarios para el arduo camino que le esperaba.

Después de semanas de caminata a través de empinadas laderas y densos bosques, @miliu divisó a lo lejos una majestuosa montaña que se alzaba en el horizonte. Era la montaña del compostaje mágico. Con renovada determinación, aceleró su paso y finalmente llegó a su cima.

Al llegar, @miliu quedó maravillada por la belleza del lugar. La montaña estaba cubierta de vegetación exuberante y flores de colores vibrantes, alimentadas por el compostaje mágico. Comenzó a recolectar muestras del abono sobrenatural y se dio cuenta de que era mucho más poderoso de lo que imaginaba.

Decidió compartir su descubrimiento con el mundo, convencida de que el compostaje mágico podría revolucionar la agricultura y ayudar a alimentar a las personas de manera más sostenible. Regresó a su hogar con los tesoros que había encontrado y fundó una organización dedicada a difundir el conocimiento sobre el compostaje y su importancia.

Pronto, las granjas de todo el mundo adoptaron el uso del compostaje mágico, y las cosechas se volvieron más abundantes y nutritivas. La gente se maravillaba al ver cómo un simple acto de compostaje podía transformar su entorno y mejorar la vida de todos.

Mientras tanto, @miliu nunca dejó de desayunar sus seis kiwis diarios. La fruta se convirtió en un recordatorio constante de su aventura en la montaña del Himalaya y de la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.

Y así, gracias al coraje y la curiosidad de @miliu, el mundo descubrió el poder del compostaje mágico, transformando la forma en que interactuamos con la Tierra y brindando esperanza para un futuro más sostenible.
 
Había una vez una intrépida aventurera llamada @miliu, cuya pasión era explorar lugares remotos y descubrir tesoros ocultos. Un día, mientras investigaba leyendas antiguas, escuchó un rumor intrigante sobre una montaña mística en el corazón del Himalaya.

Según las historias transmitidas de generación en generación, esta montaña albergaba un poderoso secreto: el compostaje mágico. Se decía que cualquier materia orgánica que se depositara en la montaña se transformaba en un abono especial con propiedades sobrenaturales. Este compostaje otorgaba una energía vital increíble a las plantas y, aquellos que lo usaran, disfrutarían de cosechas abundantes y saludables.

@miliu, siempre interesada en la sostenibilidad y la ecología, decidió emprender una aventura para descubrir si estos rumores eran ciertos. Se preparó para el viaje, empacó sus herramientas de compostaje y, como parte de su rutina diaria, comenzó a desayunar seis kiwis cada mañana. Sabía que la fruta proporcionaría la energía y los nutrientes necesarios para el arduo camino que le esperaba.

Después de semanas de caminata a través de empinadas laderas y densos bosques, @miliu divisó a lo lejos una majestuosa montaña que se alzaba en el horizonte. Era la montaña del compostaje mágico. Con renovada determinación, aceleró su paso y finalmente llegó a su cima.

Al llegar, @miliu quedó maravillada por la belleza del lugar. La montaña estaba cubierta de vegetación exuberante y flores de colores vibrantes, alimentadas por el compostaje mágico. Comenzó a recolectar muestras del abono sobrenatural y se dio cuenta de que era mucho más poderoso de lo que imaginaba.

Decidió compartir su descubrimiento con el mundo, convencida de que el compostaje mágico podría revolucionar la agricultura y ayudar a alimentar a las personas de manera más sostenible. Regresó a su hogar con los tesoros que había encontrado y fundó una organización dedicada a difundir el conocimiento sobre el compostaje y su importancia.

Pronto, las granjas de todo el mundo adoptaron el uso del compostaje mágico, y las cosechas se volvieron más abundantes y nutritivas. La gente se maravillaba al ver cómo un simple acto de compostaje podía transformar su entorno y mejorar la vida de todos.

Mientras tanto, @miliu nunca dejó de desayunar sus seis kiwis diarios. La fruta se convirtió en un recordatorio constante de su aventura en la montaña del Himalaya y de la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.

Y así, gracias al coraje y la curiosidad de @miliu, el mundo descubrió el poder del compostaje mágico, transformando la forma en que interactuamos con la Tierra y brindando esperanza para un futuro más sostenible.
Es una historia maravillosa.

Pero creo que esa montaña se llamaba Nitrato de Chile.

Nitrato_de_Chile_01_by-dpc.jpg
 
CABALLERO, CABALLERO. Nitrato de Chile en el hilo de los kiwis; no. Abra hilo correspondiente.
Lo llamaremos La Montaña Mágica de Compostaje de Nitrato de Chile y Kiwis, de un tal Thomas Mann.

Un joven Hans Castorp va a visitar a su primo Joachim Ziemssen que intenta recuperarse en un sanatorio de unas raras fiebres que le obligan a defecar constantemente enormes cantidades de mierda. Lo que pasará entonces te sorprenderá.
 
Lo llamaremos La Montaña Mágica de Compostaje de Nitrato de Chile y Kiwis, de un tal Thomas Mann.

Un joven Hans Castorp va a visitar a su primo Joachim Ziemssen que intenta recuperarse en un sanatorio de unas raras fiebres que le obligan a defecar constantemente enormes cantidades de mierda. Lo que pasará entonces te sorprenderá.

Fraca chattt fraca chatttt, no you can't read myyyy fraca chattttt, fraca chattt...
 
Yo los kiwis me los como con piel.
 
Yo soy alérgico a los kiwis. Cuando los como me salen sarpullidos en la lengua. Palabra.
 
Los kiwis son contraproducentes para la altura de la montaña. Sí ayudan a hacer caca, y mucha, pero la caca se licua con los kiwis, no tiene consistencia para hacer subir la montaña en altura. En base si crecería, pero en altura no.
 
Los kiwis son contraproducentes para la altura de la montaña. Sí ayudan a hacer caca, y mucha, pero la caca se licua con los kiwis, no tiene consistencia para hacer subir la montaña en altura. En base si crecería, pero en altura no.
Te daría la razón pero hablamos de maños.
 
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