MarXito
Forerus Divi Servus
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Tengo por costumbre leer, para estar medianamente informado, la variopinta prensa de este cada día más infecto estercolero que llamamos ESPAÑA (he puesto "PA" en color gualda, como debe ser, y porque se ve mejor que el amarillo sobre fondo gris).
Suelo leer prensa de todos los colores, procurando ir desde el rojo absoluto al azul más profundo. La idea es que, teniendo la misma noticia en todos los periódicos, leyendo a los de un lado y a los del otro, puedo tirar más o menos por la calle de en medio, y seguramente estaré más cerca de la verdad que creyendo ciegamente lo que me quiere contar el redactor a sueldo de políticos de turno.
Pero, he aquí que, de un tiempo a esta parte, estoy empezando a aborrecer a uno de los medios con los que más disfrutan nuestros entrañables amigos, los rojos de mierda (dicho desde el cariño, buen rollito, brodel). Y es que no puedo evitar que se me hinchen los cojones cada vez que leo una noticia (una más) en la que se explica lo nefasta que es nuestra gestión de la crisis, lo mal que lo esta haciendo el ZPSOE, lo mal que nos va a ir a los españoles con ésos en el Gobierno y, la guinda del pastel, el "Nosotros ya lo avisamos en 1976, que esto no podía acabar bien".
Los muy hijos de puta, porque no tienen otro nombre, se alegran, sí, se alegran, de ver el pozo en el que estamos metidos. Se regodean con las cifras del paro, se masturban con nuestra balanza de pagos, eyaculan cada vez que sube un punto nuestra prima de riesgo. Son felices con ello.
Me gustaría agarrarlos por el cuello y obligarlos a asomarse a la ventana del Mundo Real (TM), a que vean qué significan para los españoles de a pié esas cifras, a ver si después de haberle visto la cara a un tío de cuarentaytantos que lleve en el paro 3 años y que esté pensando en pegarse un tiro para acabar con todo, siguen alegrándose cada vez que el INE dice que hay apuntados al paro otros 40.000 ciudadanos.
¿Cómo se puede ser tan mala gente de sentir alegría con esos datos? Está claro que para estos, con tal de desgastar a un gobierno que no es de su cuerda, vale todo.
Bien, pues a mi no me vale todo. Una visita al día menos para sus contadores, que espero repercuta negativamente en sus ingresos por publicidac.
Suelo leer prensa de todos los colores, procurando ir desde el rojo absoluto al azul más profundo. La idea es que, teniendo la misma noticia en todos los periódicos, leyendo a los de un lado y a los del otro, puedo tirar más o menos por la calle de en medio, y seguramente estaré más cerca de la verdad que creyendo ciegamente lo que me quiere contar el redactor a sueldo de políticos de turno.
Pero, he aquí que, de un tiempo a esta parte, estoy empezando a aborrecer a uno de los medios con los que más disfrutan nuestros entrañables amigos, los rojos de mierda (dicho desde el cariño, buen rollito, brodel). Y es que no puedo evitar que se me hinchen los cojones cada vez que leo una noticia (una más) en la que se explica lo nefasta que es nuestra gestión de la crisis, lo mal que lo esta haciendo el ZPSOE, lo mal que nos va a ir a los españoles con ésos en el Gobierno y, la guinda del pastel, el "Nosotros ya lo avisamos en 1976, que esto no podía acabar bien".
Los muy hijos de puta, porque no tienen otro nombre, se alegran, sí, se alegran, de ver el pozo en el que estamos metidos. Se regodean con las cifras del paro, se masturban con nuestra balanza de pagos, eyaculan cada vez que sube un punto nuestra prima de riesgo. Son felices con ello.
Me gustaría agarrarlos por el cuello y obligarlos a asomarse a la ventana del Mundo Real (TM), a que vean qué significan para los españoles de a pié esas cifras, a ver si después de haberle visto la cara a un tío de cuarentaytantos que lleve en el paro 3 años y que esté pensando en pegarse un tiro para acabar con todo, siguen alegrándose cada vez que el INE dice que hay apuntados al paro otros 40.000 ciudadanos.
¿Cómo se puede ser tan mala gente de sentir alegría con esos datos? Está claro que para estos, con tal de desgastar a un gobierno que no es de su cuerda, vale todo.
Bien, pues a mi no me vale todo. Una visita al día menos para sus contadores, que espero repercuta negativamente en sus ingresos por publicidac.