Frente Negro
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“En busca de Andreu Nin", un libro imprescindible de José María Zavala
A diferencia de los “recuperadores de la memoria histórica” a sueldo del oficialismo, el periodista y escritor José María Zavala ha presentado un riguroso y denso trabajo de investigación titulado “En busca de Andreu Nin” donde nos descubre la verdad sobre la desaparición del líder revolucionario Andreu Nin durante la Guerra Civil, a manos de la “legalidad” republicana, con conocimeinto del gobierno de Negrín y a órdenes de agentes estalinistas.
José María Zavala propone al lector un viaje que él mismo inicia en Alcalá de Henares, última localidad que vio con vida al famoso dirigente revolucionario Andreu Nin; y que desemboca fatalmente en una cheka republicana, donde la tortura y el sadismo llegarán a alcanzar cotas realmente horrorosas. Como es sabido, a Nin, tras inenarrables torturas, le arrancaron la piel a tiras hasta que quedó completamente despellejado, muriendo tras una agonía insufrible. En fin, cosas que tenían aquellos “luchadores por la libertad y la democracia” homenajeados en el Congreso de Diputados español.
Andreu Nin fue uno de los dirigentes comunistas más populares de la época. Conocedor de la Unión Soviética; quedando deslumbrado por sus logros revolucionarios, donde permanecerá nueve años. Allí simpatizará con las posturas políticas de León Trotski. Ya en España, se empeñará en la construcción de un partido comunista crítico con la burocratización y la pérdida de las esencias revolucionarias, según sus análisis, experimentadas en la Rusia Soviética y atribuidas a Stalin. Con el concurso de otros comunistas radicales, nació de su impulso el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), acusado en 1937 de trotskismo por el Partido Comunista de España; pese a que había roto con el trotskismo atrás.
Cientos de miles de comunistas rusos fueron víctimas de las sucesivas purgas organizadas por Stalin. Los trotskistas se convirtieron en objetivos preferentes de las mismas; de manera que también el POUM fue colocado en primera fila de una larga serie de enemigos mortales a exterminar. Aprovechando su penetración en las estructuras de la República española, los ejecutores más fieles de la política estalinista, encabezados por Alexander Orlov, jefe del NKVD en España, desplegaron una verdadera conspiración. Su objetivo era representar, con los hombres del POUM como agentes franquistas y de la Gestapo, mediante pruebas falsificadas que los implicaban presuntamente en una red de espías quintacolumnistas. Nin y el POUM se convertirían en víctimas cualificadas de los sucesos de mayo del 37 en Barcelona, que consolidaron el predominio comunista en Cataluña.
Nin resistió las bárbaras torturas a las que le sometieron. Ello le honra. Ni siquiera se conoce el destino último de su cuerpo torturado. Pero es seguro que no cedió, resistió y murió fiel a sus ideas. Nin fue un dirigente comunista independiente: bien formado, reflexivo, carismático, trabajador, austero… Todo ello, no obstante, no le exonera de su responsabilidad en la hecatombe de la Guerra Civil.
José María Zavala ha escrito un libro tan apasionante como riguroso. Sus apéndices son extraordinarios: diversos documentos facsímiles, y sus transcripciones, decisivos para la aclaración de las circunstancias concretas en que Nin fue asesinado. Dentro de esa documentación destaca el mismísimo expediente policial de Nin, elaborado durante varios lustros.
A diferencia de los “recuperadores de la memoria histórica” a sueldo del oficialismo, el periodista y escritor José María Zavala ha presentado un riguroso y denso trabajo de investigación titulado “En busca de Andreu Nin” donde nos descubre la verdad sobre la desaparición del líder revolucionario Andreu Nin durante la Guerra Civil, a manos de la “legalidad” republicana, con conocimeinto del gobierno de Negrín y a órdenes de agentes estalinistas.
José María Zavala propone al lector un viaje que él mismo inicia en Alcalá de Henares, última localidad que vio con vida al famoso dirigente revolucionario Andreu Nin; y que desemboca fatalmente en una cheka republicana, donde la tortura y el sadismo llegarán a alcanzar cotas realmente horrorosas. Como es sabido, a Nin, tras inenarrables torturas, le arrancaron la piel a tiras hasta que quedó completamente despellejado, muriendo tras una agonía insufrible. En fin, cosas que tenían aquellos “luchadores por la libertad y la democracia” homenajeados en el Congreso de Diputados español.
Andreu Nin fue uno de los dirigentes comunistas más populares de la época. Conocedor de la Unión Soviética; quedando deslumbrado por sus logros revolucionarios, donde permanecerá nueve años. Allí simpatizará con las posturas políticas de León Trotski. Ya en España, se empeñará en la construcción de un partido comunista crítico con la burocratización y la pérdida de las esencias revolucionarias, según sus análisis, experimentadas en la Rusia Soviética y atribuidas a Stalin. Con el concurso de otros comunistas radicales, nació de su impulso el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), acusado en 1937 de trotskismo por el Partido Comunista de España; pese a que había roto con el trotskismo atrás.
Cientos de miles de comunistas rusos fueron víctimas de las sucesivas purgas organizadas por Stalin. Los trotskistas se convirtieron en objetivos preferentes de las mismas; de manera que también el POUM fue colocado en primera fila de una larga serie de enemigos mortales a exterminar. Aprovechando su penetración en las estructuras de la República española, los ejecutores más fieles de la política estalinista, encabezados por Alexander Orlov, jefe del NKVD en España, desplegaron una verdadera conspiración. Su objetivo era representar, con los hombres del POUM como agentes franquistas y de la Gestapo, mediante pruebas falsificadas que los implicaban presuntamente en una red de espías quintacolumnistas. Nin y el POUM se convertirían en víctimas cualificadas de los sucesos de mayo del 37 en Barcelona, que consolidaron el predominio comunista en Cataluña.
Nin resistió las bárbaras torturas a las que le sometieron. Ello le honra. Ni siquiera se conoce el destino último de su cuerpo torturado. Pero es seguro que no cedió, resistió y murió fiel a sus ideas. Nin fue un dirigente comunista independiente: bien formado, reflexivo, carismático, trabajador, austero… Todo ello, no obstante, no le exonera de su responsabilidad en la hecatombe de la Guerra Civil.
José María Zavala ha escrito un libro tan apasionante como riguroso. Sus apéndices son extraordinarios: diversos documentos facsímiles, y sus transcripciones, decisivos para la aclaración de las circunstancias concretas en que Nin fue asesinado. Dentro de esa documentación destaca el mismísimo expediente policial de Nin, elaborado durante varios lustros.
