Es una lástima que el vih no exista. Durante décadas creímos ilusamente en su existencia, pero desgraciadamente, y a raíz de la farsa plandémica, atando cabos y trazando paralelismos, descubrimos que todo era una farsa. Y lo digo porque el vih podría haberse llevado al subnormal de googletm al infierno, con lo del caballo que se mete en vena con jeringas de otros yonkis y tal.