UBP
Freak total
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Esto es lo que le sucedió al que para muchos está considerado como el mejor violinista del mundo en la actualidad. A ver qué opináis.
Tres días antes había llenado el auditorio de Boston a cien euros la butaca, después de hacer lo propio con auditorios de todo el mundo. Porque a sus 39 años, Joshua Bell es uno de los violinistas más reconocidos del mundo. Hace apenas tres años fue considerado el mejor artista de música clásica por la revista Billboard.
Y tras recibir baños de aplausos desde que se inició en la música como niño prodigio, decidió probar suerte un rato en el metro de Washington. El objetivo, «comprobar si la gente está preparada para reconocer la belleza», explica el violinista a The Washington Post, experimento que también recoge El País.
Vestido con vaqueros, una camiseta y una gorra para evitar que fuera reconocido, tocó 43 minutos en una estación céntrica y en hora punta. Y dio este informal recital con una pieza muy valiosa entre sus manos, un violín Stradivarius de 1713.
El experto Leonard Slatkin, director de la Orquesta Sinfónica de Estados Unidos, había previsto que el músico recaudaría unos 150 dólares y que al menos 35 personas le haría un corro del millar de ciudadanos que pasarían por los pasillos del metro, explican en El País.
También predijo que al menos un centenar de personas echaría dinero en la gorra de uno de los violinistas más reconocidos.
Pero no fue precisamente esto lo que ocurrió. Pasaron tres minutos hasta que un hombre desvió su mirada para fijarse en el músico. Y de cien personas echando dinero a su gorra, nada. A los 43 minutos habían pasado ante él 1.070 personas y sólo 27 le dieron dinero, la mayoría sin pararse. En total, ganó 32 dólares. Tampoco se crearon corros, relatan en El País. Sólo una persona se detuvo seis minutos a escucharle.
«Era una sensación extraña, la gente me estaba... ignorando», explica Bell al Washington Post. El músico, que le irrita que en sus conciertos la gente tosa o que un teléfono móvil interrumpa su concentración, se sentía «extrañamente agradecido» en el metro cuando alguien le tiraba unos centavos.
El vídeo:
https://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/04/04/AR2007040401721.html?hpid=topnews
Dos artículos sobre el asunto:
https://www.elpais.com/articulo/ultima/Impasibles/Stradivarius/elpepuint/20070410elpepiult_1/Tes
https://www.elpais.com/articulo/cultura/belleza/pasa/desapercibida/elpepucul/20070409elpepucul_1/Tes
Yo estoy acostumbrado a ver el fenómeno, pero este caso es el ejemplo extremo de que la manipulación, la despersonalización y el embrutecimiento en general son lo normal, lo bien visto incluso. No es nada nuevo, pero la noticia me pareció curiosa e ilustrativa. Hala.
Tres días antes había llenado el auditorio de Boston a cien euros la butaca, después de hacer lo propio con auditorios de todo el mundo. Porque a sus 39 años, Joshua Bell es uno de los violinistas más reconocidos del mundo. Hace apenas tres años fue considerado el mejor artista de música clásica por la revista Billboard.
Y tras recibir baños de aplausos desde que se inició en la música como niño prodigio, decidió probar suerte un rato en el metro de Washington. El objetivo, «comprobar si la gente está preparada para reconocer la belleza», explica el violinista a The Washington Post, experimento que también recoge El País.
Vestido con vaqueros, una camiseta y una gorra para evitar que fuera reconocido, tocó 43 minutos en una estación céntrica y en hora punta. Y dio este informal recital con una pieza muy valiosa entre sus manos, un violín Stradivarius de 1713.
El experto Leonard Slatkin, director de la Orquesta Sinfónica de Estados Unidos, había previsto que el músico recaudaría unos 150 dólares y que al menos 35 personas le haría un corro del millar de ciudadanos que pasarían por los pasillos del metro, explican en El País.
También predijo que al menos un centenar de personas echaría dinero en la gorra de uno de los violinistas más reconocidos.
Pero no fue precisamente esto lo que ocurrió. Pasaron tres minutos hasta que un hombre desvió su mirada para fijarse en el músico. Y de cien personas echando dinero a su gorra, nada. A los 43 minutos habían pasado ante él 1.070 personas y sólo 27 le dieron dinero, la mayoría sin pararse. En total, ganó 32 dólares. Tampoco se crearon corros, relatan en El País. Sólo una persona se detuvo seis minutos a escucharle.
«Era una sensación extraña, la gente me estaba... ignorando», explica Bell al Washington Post. El músico, que le irrita que en sus conciertos la gente tosa o que un teléfono móvil interrumpa su concentración, se sentía «extrañamente agradecido» en el metro cuando alguien le tiraba unos centavos.
El vídeo:
https://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/04/04/AR2007040401721.html?hpid=topnews
Dos artículos sobre el asunto:
https://www.elpais.com/articulo/ultima/Impasibles/Stradivarius/elpepuint/20070410elpepiult_1/Tes
https://www.elpais.com/articulo/cultura/belleza/pasa/desapercibida/elpepucul/20070409elpepucul_1/Tes
Yo estoy acostumbrado a ver el fenómeno, pero este caso es el ejemplo extremo de que la manipulación, la despersonalización y el embrutecimiento en general son lo normal, lo bien visto incluso. No es nada nuevo, pero la noticia me pareció curiosa e ilustrativa. Hala.