Tom Bombadil rebuznó:
Ni las celulas madre ni los embriones congelados sufren ni sienten, lo cual si se puede decir de los animales.
El debate de las células madre no es en el que estamos. Aun así esa argumentación es muy pobre si se pretende justificar la protección de los monos y no la de los embriones congelados. Básicamente por dos motivos:
* El gusano de la seda también sufre y siente, por tanto, también habría que protegerlo. En definitiva, si la base de la protección es la capacidad de sentir o sufrir entonces,
no se podría experimentar con ningún animal.
* O bien, cualquier ser humano en estado de inconsciencia ni sufre ni siente, así que en tal estado no habría porqué protegerlo.