clod20
Forero del todo a cien
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Tras treinta años de carrera espacial, en la NASA creen que ha llegado el momento de estudiar el sexo en el espacio.
(Astroseti) Debería ser una experiencia de otro mundo, pero los expertos estadounidenses advierten que el sexo en el espacio traerá problemas poco placenteros a los hombres y mujeres que acometan los viajes a la luna y a Marte.
Un grupo de científicos informó a la NASA que la pasión interplanetaria podría traer el caos a sus últimos planes de enviar humanos en misiones de larga duración.
El informe, titulado “Guía de ruta bioastronáutica: estrategia de reducción de riesgos en la exploración espacial por humanos”, explica que: apretados en naves espaciales durante años, rodeados por el vacío estrellado, los pensamientos de los astronautas se verán destinados al romance.
La cercanía de los encuentros resultantes podría traer profundas consecuencias, añade. Sin el suministro de las precauciones necesarias, los retozos en gravedad cero podrían acabar como embarazos en gravedad cero.
“Los embarazos en el espacio son un problema real”, comentó uno de los autores del informe, el profesor Lawrence Palinkas de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. “Tenemos que pensar en el modo de gestionar el sexo en el espacio. Los astronautas son humanos. Hasta el momento no hemos verificado historias de encuentros sexuales en misiones espaciales, aunque sospecho que ha habido cosas bastante cercanas”.
En una misión que duró 6 meses y que simulaba la convivencia en una estación espacial, la astronauta canadiense Judith Lapierre, después de una fiesta de fin de año animada con vodka, fue la receptora de las atenciones de un amante cosmonauta ruso. Lapierre fue empujada lejos del alcance de las cámaras de observación, y allí fue obsequiada con un ardoroso beso francés.
En esta ocasión, la dama se resistió. “Agredió mi espacio personal”, se quejó ella más tarde. Sin embargo, el artículo deja traslucir que futuras aproximaciones podrían recibir una bienvenida más calurosa.
Por otro lado, mantener en privado estos actos probablemente pondría a prueba hasta a la pareja astronáutica más ducha en recursos. La temperatura y el pulso de los y las astronautas son inspeccionadas constantemente. La fuga en las alturas de dos amantes orbitales probablemente fundiría la mayor parte de los sensores remotos; y confundiría a la gente que controla la misión. En el espacio, todo el mundo puede oír tus gemidos.
Autor: Robin McKi.
Traducido por Miguel Artime.
(Astroseti) Debería ser una experiencia de otro mundo, pero los expertos estadounidenses advierten que el sexo en el espacio traerá problemas poco placenteros a los hombres y mujeres que acometan los viajes a la luna y a Marte.
Un grupo de científicos informó a la NASA que la pasión interplanetaria podría traer el caos a sus últimos planes de enviar humanos en misiones de larga duración.
El informe, titulado “Guía de ruta bioastronáutica: estrategia de reducción de riesgos en la exploración espacial por humanos”, explica que: apretados en naves espaciales durante años, rodeados por el vacío estrellado, los pensamientos de los astronautas se verán destinados al romance.
La cercanía de los encuentros resultantes podría traer profundas consecuencias, añade. Sin el suministro de las precauciones necesarias, los retozos en gravedad cero podrían acabar como embarazos en gravedad cero.
“Los embarazos en el espacio son un problema real”, comentó uno de los autores del informe, el profesor Lawrence Palinkas de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. “Tenemos que pensar en el modo de gestionar el sexo en el espacio. Los astronautas son humanos. Hasta el momento no hemos verificado historias de encuentros sexuales en misiones espaciales, aunque sospecho que ha habido cosas bastante cercanas”.
En una misión que duró 6 meses y que simulaba la convivencia en una estación espacial, la astronauta canadiense Judith Lapierre, después de una fiesta de fin de año animada con vodka, fue la receptora de las atenciones de un amante cosmonauta ruso. Lapierre fue empujada lejos del alcance de las cámaras de observación, y allí fue obsequiada con un ardoroso beso francés.
En esta ocasión, la dama se resistió. “Agredió mi espacio personal”, se quejó ella más tarde. Sin embargo, el artículo deja traslucir que futuras aproximaciones podrían recibir una bienvenida más calurosa.
Por otro lado, mantener en privado estos actos probablemente pondría a prueba hasta a la pareja astronáutica más ducha en recursos. La temperatura y el pulso de los y las astronautas son inspeccionadas constantemente. La fuga en las alturas de dos amantes orbitales probablemente fundiría la mayor parte de los sensores remotos; y confundiría a la gente que controla la misión. En el espacio, todo el mundo puede oír tus gemidos.
Autor: Robin McKi.
Traducido por Miguel Artime.