En realidad, la que es lista busca un marido proveedor y no da un palo al agua, o como mucho se dedica a las tareas domésticas. Parece que entre los usanos este modelo de familia tradicional goza de aceptación entre ciertas mujeres, aunque el porcentaje sea ínfimo. El equivalente lo tenemos con las tipas del opus, pero esas tienen shekels y se lo pueden permitir.
Aquí en España, que venimos a ser el vertedero de la Europa occidental, campo de pruebas de todas esas ingenierías sociales de mierda, muchas de nuestras bigotudas prefieren el folleteo sin fin hasta que pasan el ecuador de la treintena, entonces sí quieren una relación seria. Pero para entonces los chochos usados cotizan a la baja en el mercado de solteros, y entonces es cuando se forjan las locas de los gatos y las feministas pelo-colorines, que vienen a ser el reverso femenino de los planchabragas que no follan ni pagando, eso que llaman ahora "incels".
Luego, para colmo, las que viven en pareja o se casan no saben ni freír un huevo frito, y por lo que me cuenta algún conocido casado, lo de "follar menos que un casado" no es un mito. Una puta lacra, oiga.