¿el título del hilo no debería ser an eurotrip?
Será. Esa mierda de titulo siempre me da la sensación de anidar una docena de errores gramaticales.
Resulta curioso que durante el Free walking tour de Belgrado me parase una pareja de ingleses preguntándome por mi horrible viaje entre Estambul y Sofía. O sea, ¿hello?. O me escucharon en el tren hacia Belgrado mientras yo contaba la historia a alguna otra persona, o alguna otra persona les contó a ellos que un tío había pasado las de Caín por pretender viajar en tren en Turquía (¿he dicho ya que en Turquía el autobús es el rey y el tren es escaso y poco fiable?) o me había vuelto trending topic en la comunidad mochilera sin pretenderlo. Fin de la anécdota.
Para viajar de Belgrado a Budapest preferí la comodidad a la economía y utilicé un servicio de transfer puerta a puerta. Una furgoneta de una empresa que te recoge a la hora señalada junto a otros viajeros y te deja en donde tú quieras en el destino, es decir, del hostal de Belgrado al hostal de Budapest. No recuerdo cuanto me costó pero no me pareció caro en absoluto. A eso de las 7 u 8 de la tarde pararon en la puerta, monté, paramos a recoger a otros y marchamos a tomar por culo. En la frontera con Hungría vino el esperable momento de mala suerte. Al conductor, un tío así rollo Eros Ramazotti pero bastante más guapo, se le olvidó algo de los papeles del coche, lo había perdido, o no lo encontraba, por lo que tuvimos que hacernos a un lado de la enorme fila de coches que esperaban ante las barreras para poner patas arriba la furgoneta ya en medio de la noche. Otra vez me encontraba un montón de plumas blancas y sangre en una frontera, símbolo de mal agüero. Primero rebuscamos por todos los huecos imaginables, luego el tío fue a hablar con los guardias, que decían que de ahí no nos movíamos más que para darnos la vuelta, esto mientras nos cagábamos en Cristo y en la madre del conductor. Aluego hizo alguna llamada por teléfono, y cuando ya nos la veíamos negra, una hora después, ignoro qué pasó pero nos dejaron seguir.
Ah, no podría expresar con palabras cuantas ganas tenia de volver a Budapest. Mi primera visita fue también la primera vez que viajaba solo, y la sensación de libertad me extasiaba, actuando como una suerte de heroína imaginaria que me empujaba y me mantenía lejos del cansancio, el hambre, la soledad o la morriña. Descubrí la alucinante ciudad de Budapest y además me reuní con un amigo que hice en la etapa anterior, Praga, y con el que pasé un par de días de los que me llevé una amistad (Soy un bujarra, qué le voy a hacer) para siempre. Desde el día que volví hace ahora justo cuatro años estuve pensando regularmente en aquel viaje, y en la posibilidad de volver a Budapest. Cuando planeé este eurotrip cuyo relato estoy terminando no sabía si iba a tener presupuesto para completarlo todo, pensé que sería aceptable si terminaba en Sofía y desde allí tuviese que coger el avión de vuelta. Sería un buen final si podía llegar un poco más lejos y terminar en Belgrado, y seria medalla de oro y un broche final insuperable si terminaba en mi anhelada Budapest. Así que ahora que la furgoneta entraba en la ciudad a las tres de la mañana no podía evitar reírme mientras miraba en silencio su característica arquitectura de cuento. A pesar de que para ajustarme al plan de 21 días exactos solo podía pasar dos días en la ciudad. No tuve en cuenta al hacer todo el planning que iba a perder varias noches viajando entre ciudades.
Ignorante de mí, todavía no sabía que iba a ser el peor mejor fin de viaje imaginable. Un FAIL en toda regla.
Nota: vi pocas cosas y así lo voy a plasmar en el post para mantener el realismo del relato. Para conocer los puntos de interés de Budapest ya hice un hilo-reportaje en su día que es fácil de encontrar.
Desembarqué en el centro de la ciudad y entré en mi hostal, un sitio grande, moderno y limpio, pero impersonal. En mis dos días con sus noches no intercambié más que unas cuantas frases con la plantilla, entre ellos un español que después de estudiar allí se quedó, y una chica polaca que era hamor. Os hablé del valor del buen ambiente y el colegueo. Allí no lo había. No era malo para nada, pero cada uno iba a lo suyo.
Por supuesto a esas horas no podía hacer uso de mi habitación, no hasta las 12 de la mañana. Así que el recepcionista me sugirió un banco acolchado en la zona común. Me pegué una ducha, dejé la mochila por ahí y me tumbé en el banco, que era un juego de dos bancos y una mesa. Lo siguiente que recuerdo, vagamente por estar parcialmente en sueños, es a una pareja de mochileros diciéndole al recepcionista “pero… hay un tío ahí durmiendo…”, y un rato después volver a medio despertarme y verlos por debajo de la otra mesa sobando en el otro banco, a un metro de mí. Cosas de la vida de mochilero.
A las cinco y media de la mañana ya estaba atándome las zapas para salir a visitar la ciudad. Fue poner un pie en la acera y ya se me iban los pies solos, tal era mi entusiasmo. Caminar por un par de calles principales que recordaba vívidamente de mi primera visita me hizo volar la cabeza, aquellas horas de vacío humano y aire fresco, de la misma forma que lo hizo el pasar por la puerta del que fue mi hostal en aquella visita, luego el museo nacional, el famosísimo mercado central de Budapest y el puente de la libertad.
Andando por allí me acordé que no había cogido la cartera. Cuando tienes dos días escasos para visitar una ciudad, sobre todo si es un destino tan anhelado como lo era para mí, debes gestionar con mucho cuidado el tiempo y sobre todo la energía de que dispones. No puedes hacer el tonto con estos dos bienes. Volví, cogí la cartera, regresé al mercado y me metí a un local casi enfrente, una panadería en la que puedes desayunar muy bien llamada Friss Pecseg. Te pides unas piezas de bollería recién hechas y te las comes allí mismo si te da la gana y si es que pillas sitio.
El mercado central al final no lo visite (
fail 1), una pena porque está muy bien y tienen unos locales donde puedes comer platos típicos por un buen precio.
Había planeado subir de noche a la ciudadela, junto al puente de la libertad, al otro lado del río, para ver las vistas, y al final tampoco lo visite (
fail 2). Planeé coger un crucero que sube por el Danubio hasta un pueblo cercano y el tiempo se me echó encima (
fail 3). Caminé siguiendo el paseo río arriba hasta cruzar bajo el puente Elisabeth, gocé viendo a una señora darse una hostia con un segway y quedarse ahí tirada, que mira que es difícil descontrolar un cacharro de esos.
Continué siguiendo el paseo del río hasta pasar de largo el bonito puente de las cadenas, sin cruzarlo.
Nunca visité el lado oeste de la ciudad (Palacio:
fail 4, iglesia de Matias:
fail 5, Bastión de los pescadores:
fail 6, vistas del parlamento:
fail 7). Frente al puente está el hotel Four seasons, un edificio muy elegante.
Más hacia el norte está el parlamento, el edificio más espectacular de Hungría y una visita obligada. En mi anterior vista había visto su lado más bonito, que es la cara que da al Danubio, pero no el frontal, así que fui a quitarme la espina. Sigue siendo igual de increíble. Es que no puedes abarcarlo todo con la vista. Y las estatuas que flanquean sus laterales, y la renovada plazoleta de esplendorosos árboles, y los típicos tranvías que la atraviesan, y los agujeros en el suelo que expulsan vapor, jij. De repente ves salir una nube de vapor del suelo y te quedas gñé, supongo que es para refrescar a los turistas en verano, esta curioso, sobre todo por el contraste con la solemnidad del lugar.
En la misma plaza del parlamento está el museo etnográfico, otro edificio de quitarse la boina. Y es que Budapest tiene una arquitectura art noveau que quita el sentido. Hay calles que no ya parezcan ancladas en una época pasada de vigoroso esplendor y riqueza, es que parece que estés en un decorado CGI de una película de época en la que se haya exagerado ese esplendor al estilo de Hollywood. No te puedes creer que haya calles de edificios tan enormes, ornamentados y espectaculares, rodeados de estatuas increíbles y jardines impolutos. Como la plaza de la libertad, un parque rodeado de enormes edificios como el banco nacional o la embajada de los EEUU, con un par de monumentos interesantes. A pocos minutos de paseo encontramos la basílica de San Esteban. Un edificio imponente por el que pasé como un suspiro porque ya no me tenía en pie.
La eterna avenida Andrássy, con el Museo del terror, la ópera, sus embajadas, restaurantes y tiendas de lujo. Una vez más volví a recorrerla a pie, hasta la Plaza de los héroes. Y es que no aprendo. Si ya me cansé en mi anterior visita, y pudiendo coger el metro…
Y el gigantesco parque detrás de la plaza de los héroes. Hay tantas cosas por ver que se puede pasar el día por allí. El zoo y el jardín botánico. Los míticos baños Széchenyi, el castillo de Vajdahunyad, kilómetros de caminos y algún café con música en vivo. Lástima que ya estaba doblado y me quedaba la vuelta, así que vi el parque poco y mal. Aquí tenemos nada más y nada menos que el
fail 8.
Una cena solitaria y de vuelta a mi más solitaria vida de hostal, hasta el día siguiente.
Si Andrássy es dura de completar, mucho más lo es la calle Rákóczi, el camino más corto hacia el cementerio Kerepesy. Y es que no aprendo. Me dejé la vida andando hasta allí, visité el lugar durante una hora y media aprox. y a poco muero para volver, y es que los años no pasan en balde. Kerepesy es un enorme cementerio con una zona semiabandonada llena de tumbas espectacularmente bonitas. La primera vez que estuve perdí la cuenta de las horas que pasé recorriendo caminos medio comidos por la vegetación intentado no dejarme nada por ver, en completo silencio sin una sola persona a la vista. Fue una experiencia increíble y ansiaba volver, aunque esta vez no fue igual porque el cansancio me pesaba desde el primer minuto.
La última noche del viaje fue también el gran FAIL (
fail 9). Esperaba haber podido salir algún día de fiesta en mi viaje y no tuve la oportunidad. Si había un solo día en el que debía salir para coronar la experiencia era sin duda en mi última noche y mas estando de vuelta en Budapest. No había excusa posible. Pero no tenía colegas a mano, así que en la debilidad de la necesidad me convencieron en el hostal para apuntarme a un pub crawl*. Yo ya había probado eso una vez anteriormente y me pareció una mierda. No por la experiencia en sí, sino porque yo no encajo en ese perfil. Tropecé otra vez con la misma piedra.
*Salida nocturna organizada previo pago que junta a turistas diversos y suele incluir alguna entrada a clubes y alguna consumición
Así que me fui para el parque en el que organizaban la cosa esta. Tenía buen recuerdo por haber salido por allí con mi colega en el 2012 y entablar relaciones internacionales sin erótico resultado con algunas mozas locales y extranjeras. Para mi sorpresa han construido una noria estilo London Eye. Sziget eye, la llaman.
En teoría el plan era visitar varios locales nocturnos. La cosa no fue como yo suponía porque Budapest es famoso por los llamados “bares ruina” (ruin bars). Son grandes espacios a menudo con una zona al aire libre de aspecto un tanto decadente y ecléctico. Grafitis, cables a la vista, arte oxidado, el caso es darle un aspecto descuidado. Y molan mucho, tienen mucho ambiente y se está muy agusto. El caso es que bares ruina solo vimos uno. No entiendo como no nos llevaron a más en vez de meternos en sitios totalmente genéricos.
Este es Szimpla Kert, tal vez el mas famoso de todos:
Total, que localizo a los organizadores y me mandan a dentro de un bar al aire libre que hay allí. En plan, hay dos tíos irlandeses, búscalos si quieres. Me los encontré, eran majos. Luego aparecieron dos australianos. Luego unas inglesas juerguistas y un chileno. Al rato nos llevaron a un bar semidesierto con una fallida decoración americana años 60. Nos plantaron en un sótano que debía de andar por los 50 grados, inaguantable el calor, yo chorreando. Y nos tenían preparadas unas partidas de beer pong y alguna otra subnormalidad para adolescentes retrasados. Me quería morir.
Me subí para arriba a que me diese el aire. Al rato apareció uno de los irlandeses y empecé a tramar mi plan. Le comenté que no andaba muy decente del estómago y que ese calor no me hacía bien (falso). Eran buenos tíos los irlandeses. Aunque andaban más a divertirse y a pescar un coño británico, percibían que yo estaba incomodo y me daban conversación con genuino interés. Marchamos de aquel lugar infecto y entramos a un sitio bastante petado de gente joven, un local sin mayor interés, pero mejor que el decadente agujero anterior. Después de ese sí que fuimos a un bar en ruinas. Concretamente el ¿
Fogas?.
Un inciso. Una de las singularidades arquitectónicas de Budapest son las corralas, bloques de viviendas que comparten un patio interior. Muy castizo también. En 2012 estuve en un hostal que era una corrala entera, y lo que había sido tiempo atrás un diminuto piso era ahora una estancia de cuatro camas, baño y un pequeño recibidor. El club ¿Fogas? Es también una corrala reconvertida, y el área principal es el patio.
Este lugar sí que me gustó, había un dj y mucho ambiente, y el lugar el bastante guay. Pero yo estaba muy a disgusto y no pegaba de ninguna manera con ese grupo y esa forma de divertirse, el bailar y todo eso. Así que en un determinado momento le dije a los irlandeses que me encontraba mal y me largué de allí sin mirar atrás. En resumen. Bebercio, diversión cafre, música genérica, veinteañeros con camisetas tanga. NO.
Hubiese acabado dignamente el viaje si en vez de apuntarme a esa mierda hubiese andado hasta el castillo de Budapest para ver las vistas de noche, que son espectaculares. Pero no, caí en la trampa y lo pagué.
Finalmente llegué al hostal, dormí. Madrugué y me marché al aeropuerto cogiendo el metro.
Nota: La tarifa fija en taxi hacia el aeropuerto son 20 euros. ¿O eran 24?. Sin embargo el viaje en metro es mucho más económico y es sencillo sin posibilidad de cagarla en el último momento.
Poco más queda de contar. El aeropuerto de Budapest tiene una selección de tías buenas high class premium gourmet que no se puede describir con palabras. Tendríais que verlo con vuestros propios ojos.
Y una anécdota. Estuve utilizando los dos baños del hostal por igual. Cuando la ducha de uno estaba ocupada iba al otro, y así con los baños o el lavabo. No me percataba de que en uno de ellos las tías me miraban raro al salir del WC, cuando decía hola mientras me afeitaba ante el espejo. O cuando salía de ducharme y me cruzaba con alguna. Hasta que una vez pasó una de las encargadas y me dijo que qué coño hacia allí, que era el baño de mujeres. jij. Había estado dos días creyendo que eran baños mixtos. Luego se me caía la cara de vergüenza, claro.
Reflexión final:
Tenia el gran pesar por pasarseme el arroz para realizar un viaje de este tipo antes de hacerme demasiado mayor, y cuando finalmente lo cumplí me quedé bastante igual. Ninguna sensación especial. Hecho, tachado de la lista, a otra cosa. Me encantó Estambul, me gustaron Sofía y Belgrado, y Budapest fue una enorme cagada que me dejó una gran sensación amarga. El gran final fue un gran fail y se me va a quedar la espinita clavada. Me encanta esa ciudad pero no volvería solo una tercera vez. La primera fue genial y la segunda horrible. Tal vez sea un gran plan para ir en pareja, el día que la tenga. Sobre este tipo de viajes un poco largos, pues son una gran experiencia y se lo recomiendo a todo el mundo, pero cuando vas saltando de un sitio a otro cada pocos días todo se vuelve una sucesión de lugares y trayectos que se mezclan hasta convertirse en un borrón en la memoria. Cuando viajas una semana a un país, el recuerdo que te queda es bastante vivido, nítido, preciso. Que es como deben quedar los recuerdos. Al moverte tanto y tan rápido, las pequeñas anécdotas, las experiencias, la gente que conoces, los platos que pruebas, todo se mezcla y se pierde en parte. Queda en el recuerdo una gran experiencia pero mucho más borrosa en los pequeños detalles que son los que dan forma a un viaje. El rollo interrail/eurotrip está bien, para hacerlo una vez.
No puedo creer que casi haya pasado un año desde el viaje
. Bueno, lo que no puedo creer es que me haya costado un año terminar el hilo.
FIN