De cómo las discográficas nos venden, por un lado, que están en crisis por el pirateo y, por el otro no dejan de producir más que mierda.
Pues sí, señor. Ahora, como bien sabréis, tenemos que pagar el canon por cada cd virgen que compremos, aunque sea para llenarlo de fotos de tetas escaneadas. ¿Y por qué? Porque las discográficas, que se odian entre sí, parecen estar de acuerdo en que todos tenemos que pagar los platos rotos por ellos mismos.
Estoy harto de ver en televisión a los artistas (verdaderos y supuestos) decir en televisión "No a la piratería. Si compráis copias arruináis el mercado musical" o, aún peor, "Si comprais copias pirata muchos jóvenes artistas no podrán llegar a publicar nada."
Pues, sin ser cínico, si por jóvenes artistas entendemos los pobres chavales de OT, agobios de verano, ruiditos de bakalas, y cantautoretes para quinceañeras, ¿qué quieres que te diga?, casi que prefiero que desaparezcan.
Lo cierto e indiscutible es que lo que menos se valora es el talento sino la pasta que se puede hacer con cada producto (artista).
Estos personajes muchas veces se plantean y crean por completo en sesiones de marketing.
En un tiempo la cosa era así: cantante/músico tiene talento como músico -> discográfica acepta producirlo porque la gente admira el talento musical -> todos contentos.
Ahora es cuestión de merchandising, de imagen, de revistas y de la mierda de MTV. Si tiene talento o no ya no importa.
"Es entonado, escucha", me suelen decir. ¡Coño, hay millones de personas entonadas! ¿Tenemos acaso que producirles un disco a todos? ¡YO MISMO SOY ENTONADO, JODER!
En cuestión de cantantes, no alcanza con ser entonados. ¿Qué es de la unicidad del timbre de voz? ¿Qué ha sido de la sutileza interpretativa?
Hay cientos de voces completamente anónimas que han sido producidas por esta industria que ha logrado separar la música del arte.
Yo tuve la suerte de estudiar musicología con verdaderos pilares de la crítica musical a los cuales nunca llegaré ni siquiera a acercarme. Aún así, he aprendido a reconocer, creo, lo que es el verdadero talento musical, y es triste ver que la mayor parte de lo que se encuentra en una tienda de discos, ahora, es pura basura.
Durante mis años de universidad discutíamos sobre la definición de arte. Al final llegamos al acuerdo de que no puede haber definición específica y que, por lo tanto, arte es todo aquello que se presente intencionalmente bajo un marco artístico.
No quiere decir nada, pero es que el arte en sí tampoco es nada, sino más bien lo que trasciende de él.
Esto para anticipar a los que me digan que no puedo juzgar el gusto de los demás.
Aún así, y visto que me estoy alejando de la idea principal, concluyo con lo siguiente.
Las productoras lanzan ciento de artístas nuevos cada año, sabiendo de antemano que sólo unos pocos serán seguidos. Esto porque justamente no es el talento lo que venden sino la imagen.
Pues bien, si dejaran de hacer esto y se concentraran en promover arte las cosas cambiarían.
Vosotros me diréis que luego la gente no comparía, y yo os diré que la gente compra lo que se les dice que tienen que comprar.
En fin, nos venden mierda (y cara), nos dicen que están en crisis (y se forran) y nos hacen pagar por cosas que nada tienen que ver con ellos.
¡Viva el arte!
Pues sí, señor. Ahora, como bien sabréis, tenemos que pagar el canon por cada cd virgen que compremos, aunque sea para llenarlo de fotos de tetas escaneadas. ¿Y por qué? Porque las discográficas, que se odian entre sí, parecen estar de acuerdo en que todos tenemos que pagar los platos rotos por ellos mismos.
Estoy harto de ver en televisión a los artistas (verdaderos y supuestos) decir en televisión "No a la piratería. Si compráis copias arruináis el mercado musical" o, aún peor, "Si comprais copias pirata muchos jóvenes artistas no podrán llegar a publicar nada."
Pues, sin ser cínico, si por jóvenes artistas entendemos los pobres chavales de OT, agobios de verano, ruiditos de bakalas, y cantautoretes para quinceañeras, ¿qué quieres que te diga?, casi que prefiero que desaparezcan.
Lo cierto e indiscutible es que lo que menos se valora es el talento sino la pasta que se puede hacer con cada producto (artista).
Estos personajes muchas veces se plantean y crean por completo en sesiones de marketing.
En un tiempo la cosa era así: cantante/músico tiene talento como músico -> discográfica acepta producirlo porque la gente admira el talento musical -> todos contentos.
Ahora es cuestión de merchandising, de imagen, de revistas y de la mierda de MTV. Si tiene talento o no ya no importa.
"Es entonado, escucha", me suelen decir. ¡Coño, hay millones de personas entonadas! ¿Tenemos acaso que producirles un disco a todos? ¡YO MISMO SOY ENTONADO, JODER!
En cuestión de cantantes, no alcanza con ser entonados. ¿Qué es de la unicidad del timbre de voz? ¿Qué ha sido de la sutileza interpretativa?
Hay cientos de voces completamente anónimas que han sido producidas por esta industria que ha logrado separar la música del arte.
Yo tuve la suerte de estudiar musicología con verdaderos pilares de la crítica musical a los cuales nunca llegaré ni siquiera a acercarme. Aún así, he aprendido a reconocer, creo, lo que es el verdadero talento musical, y es triste ver que la mayor parte de lo que se encuentra en una tienda de discos, ahora, es pura basura.
Durante mis años de universidad discutíamos sobre la definición de arte. Al final llegamos al acuerdo de que no puede haber definición específica y que, por lo tanto, arte es todo aquello que se presente intencionalmente bajo un marco artístico.
No quiere decir nada, pero es que el arte en sí tampoco es nada, sino más bien lo que trasciende de él.
Esto para anticipar a los que me digan que no puedo juzgar el gusto de los demás.
Aún así, y visto que me estoy alejando de la idea principal, concluyo con lo siguiente.
Las productoras lanzan ciento de artístas nuevos cada año, sabiendo de antemano que sólo unos pocos serán seguidos. Esto porque justamente no es el talento lo que venden sino la imagen.
Pues bien, si dejaran de hacer esto y se concentraran en promover arte las cosas cambiarían.
Vosotros me diréis que luego la gente no comparía, y yo os diré que la gente compra lo que se les dice que tienen que comprar.
En fin, nos venden mierda (y cara), nos dicen que están en crisis (y se forran) y nos hacen pagar por cosas que nada tienen que ver con ellos.
¡Viva el arte!