No suelo tener ese tipo de fantasías homoeróticas, pero el hecho de que uno pueda tocar ni tan siquiera su glande con su propia lengüecilla juguetona supone que posee un nabo descomunal, cosa positiva, claro está.
Mi depravación se orienta más bien hacia otro tipo de vías más fetichistas, por ejemplo siempre me ha gustado, desde hace unos años lo he hecho realidad, temas relacionados con la sangre menstrual y las compresas. Concretamente me refiero a la suma excitación multiorgásmica que me supone el que tocar con mi glande una compresa usada e impregnada de los frutos de la última menstruación de una fémina.:115
Desde hace unos años lo vengo haciendo en varios sitios, suelo rebuscar en los cubos de las papeleras de los lavabos de mujeres con la esperanza de encontrar una de esas compresas, las cuales contra más sucias estén más placer me proporcionan. En alguna ocasión he llegado a tocar la propia sangre con mi pene llegando a tener unas brutales corridas que luego me ocasionaban unos dolores testiculares acojonantes, nunca mejor dicho. Aparte de eso pues soy un tipo normal, algo hikkimori en ocasiones, pero normal.