JesusChristo
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Pues si hamijos, necesito de vuestros consejos para evitar un genocidio arácnido.
Resulta que se me ha puesto en los cojones (en otras palabras, que lo ha decidido mi señora) de tapar un hueco que hay a un lado del marco de una ventana, que dejaron ahí en plan chapucero los últimos moradores de la cueva. Tiene su lógica porque a saber los bichos que pueden estar criando ahí, es una ventana exterior que forma parte del cerramiento de un balcón, y enfrente hay jardín y la ostia de árboles:
Es un lugar estratégico ya que esa es justo la ventana que abro para airear, y por la que podrían entrar los aliens. Al otro lado de la ventana tengo un par de ordenadores, uno de los cuales está conectado a la TV por casi tantos metros de cable como dientes le quedan a Hediondo, y el otro hace funciones de servidor. Es fundamental por tanto minimizar la entrada de bicharracos, los cuales no querría ver dentro de mis ordeñatas. El peligro se agravará pronto ya que vamos a poner maceteros en una de las paredes, con plántulas variadas.
El caso es que por esa terraza no se ve apenas casi ningún bicho, y es en parte gracias a un ejército de implacables asesinas, que tienen la esquina petada de trampas mortales. No hay día que no se estén comiendo algún bicharraco, y son las vigilantes de la frontera. Hay muchas, pero yo he identificado a tres:
Coixet:
Esta es la más ama. Siempre está zampando algo, ha puesto su trampa en lo más alto y no le faltan inquilinos. Una noche vi por ahí a un mosquito enorme, que no hay bicho que me de más hodio que los putos mosquitos, y al dar un par de manotazos al aire el cabrón de él terminó en la red de Coixet. En décimas de segundo, ella estaba dándole vueltas y condimentándolo, desde entonces se ha ganado mi admiración. En la foto se puede ver cómo ahora mismo está dando buena cuenta de algún bicharraco inmundo. Además comparte red con otra araña similar y casi del mismo tamaño, están juntas y no se pelean nunca, por tanto supongo que serán bolleras y de ahí su nombre.
Pajín:
Esta no suele hacer nada, pero siempre esta ahí, impasible el ademán y poniendo cara de trabajar. Yo creo que tiene acojonados a los bichos, y por eso ni se acercan. Me cae bien, sobre todo cuando pone esos morritos...
Cospe:
Esta es mi favorita, la que quiero preservar a toda costa. Y no porque sea especialmente agresiva ni haya hecho una gran red, sino porque es la única que no parece pertenecer a la misma especie que el resto de arañas, de patas finas y cuerpo minúsculo. Es la que añade el punto de biodiversidad, y garantiza el multiculturalismo arácnido. Es más fuerte y robusta que la otras, y quizá se encargue de otro tipo de bichos que a las otras les den regomello.
El caso es que el balcón ya huele a muerte, y es que hoy mismo he comprado el bote de poliuretano, algo tal que así:
Y ahora viene el problema, y es que las pobrecicas, en cuanto notan una presión en la red mayor que la que hace un bicho, se acojonan y se meten para donde los ladrillos, que es precisamente donde voy a proyectar el aislante. Y no basta con no tocar la red, el simple aire ya les da mal rollo y se asustan. Iba a sellar hoy mismo, y decidí al menos salvar a Cospe, que de las otras he visto que hay muchos ejemplares por ahí repartidos. En cuanto acerqué un poco un frasco de cristal para tratar de echarla dentro, se ve que toqué alguna fibra invisible de la red y salió por patas hacia los ladrillos. De hecho en la foto está todavía acojonada y medio metida.
Entonces hamijos, ahora viene mi preocupación... ¿qué hago para sellar el hueco y al mismo tiempo salvar a mis queridas vecinas? ¿trato de meterlas en frascos? ¿las aspiro con un ventilador de coche y luego las vuelvo a soltar? ¿las lefo?
Resulta que se me ha puesto en los cojones (en otras palabras, que lo ha decidido mi señora) de tapar un hueco que hay a un lado del marco de una ventana, que dejaron ahí en plan chapucero los últimos moradores de la cueva. Tiene su lógica porque a saber los bichos que pueden estar criando ahí, es una ventana exterior que forma parte del cerramiento de un balcón, y enfrente hay jardín y la ostia de árboles:
Es un lugar estratégico ya que esa es justo la ventana que abro para airear, y por la que podrían entrar los aliens. Al otro lado de la ventana tengo un par de ordenadores, uno de los cuales está conectado a la TV por casi tantos metros de cable como dientes le quedan a Hediondo, y el otro hace funciones de servidor. Es fundamental por tanto minimizar la entrada de bicharracos, los cuales no querría ver dentro de mis ordeñatas. El peligro se agravará pronto ya que vamos a poner maceteros en una de las paredes, con plántulas variadas.
El caso es que por esa terraza no se ve apenas casi ningún bicho, y es en parte gracias a un ejército de implacables asesinas, que tienen la esquina petada de trampas mortales. No hay día que no se estén comiendo algún bicharraco, y son las vigilantes de la frontera. Hay muchas, pero yo he identificado a tres:
Coixet:
Esta es la más ama. Siempre está zampando algo, ha puesto su trampa en lo más alto y no le faltan inquilinos. Una noche vi por ahí a un mosquito enorme, que no hay bicho que me de más hodio que los putos mosquitos, y al dar un par de manotazos al aire el cabrón de él terminó en la red de Coixet. En décimas de segundo, ella estaba dándole vueltas y condimentándolo, desde entonces se ha ganado mi admiración. En la foto se puede ver cómo ahora mismo está dando buena cuenta de algún bicharraco inmundo. Además comparte red con otra araña similar y casi del mismo tamaño, están juntas y no se pelean nunca, por tanto supongo que serán bolleras y de ahí su nombre.
Pajín:
Esta no suele hacer nada, pero siempre esta ahí, impasible el ademán y poniendo cara de trabajar. Yo creo que tiene acojonados a los bichos, y por eso ni se acercan. Me cae bien, sobre todo cuando pone esos morritos...
Cospe:
Esta es mi favorita, la que quiero preservar a toda costa. Y no porque sea especialmente agresiva ni haya hecho una gran red, sino porque es la única que no parece pertenecer a la misma especie que el resto de arañas, de patas finas y cuerpo minúsculo. Es la que añade el punto de biodiversidad, y garantiza el multiculturalismo arácnido. Es más fuerte y robusta que la otras, y quizá se encargue de otro tipo de bichos que a las otras les den regomello.
El caso es que el balcón ya huele a muerte, y es que hoy mismo he comprado el bote de poliuretano, algo tal que así:
Y ahora viene el problema, y es que las pobrecicas, en cuanto notan una presión en la red mayor que la que hace un bicho, se acojonan y se meten para donde los ladrillos, que es precisamente donde voy a proyectar el aislante. Y no basta con no tocar la red, el simple aire ya les da mal rollo y se asustan. Iba a sellar hoy mismo, y decidí al menos salvar a Cospe, que de las otras he visto que hay muchos ejemplares por ahí repartidos. En cuanto acerqué un poco un frasco de cristal para tratar de echarla dentro, se ve que toqué alguna fibra invisible de la red y salió por patas hacia los ladrillos. De hecho en la foto está todavía acojonada y medio metida.
Entonces hamijos, ahora viene mi preocupación... ¿qué hago para sellar el hueco y al mismo tiempo salvar a mis queridas vecinas? ¿trato de meterlas en frascos? ¿las aspiro con un ventilador de coche y luego las vuelvo a soltar? ¿las lefo?