Es que los motivos que pongo son motivos de peso.
Si realmente ella fuera la mejor hembra que él pudiera conseguir, él le perdonaría infidelidades sin problemas; y si él no sabía demostradamente que le habían puesto los cuernos, al menos la sospecha entraba en su pensamiento.
La certeza de la infidelidad es el detonante, pero el verdadero motivo es que ella ya no es suficiente para que él sacrifique su soltería.
Te pongo un ejemplo equivalente, aunque en gente de muchos menos posibles, de lo que pasa cuando se invierte el atractivo en los miembros de una pareja.
Una excompañera de piso mía, al borde de los 30, trabajando en España, el novio de su edad en Italia, habiéndose juntado a los veintipocos cuando ella ya llevaba muchas pollas comidas y era la reina de la fiesta, después de que el tío le insistiera durante un año y siendo él en aquel entonces un pánfilo al que ella tuvo que, palabras textuales, "enseñárselo todo en la cama".
Esta relación a distancia llevaba varios años. El tío en el intervalo se había cuidado físicamente, había heredado la empresa de su padre, su valor había aumentado, mientras que el de ella, que era mayormente el físico, había bajado, en parte por el tiempo y en parte por no cuidarse mucho. Aun así, a pesar de incluso llevársela de vacaciones a Abu Dhabi, ella todavía le ponía pegas a él mientras aquí en Madrid le ponía cuernos ocasionales, incluyendo a su jefe, mandamás de un holding de empresas de renovables.
Cumplidos los 30 la tía decide volver a Italia, viven un tiempo juntos, y en un momento dado en vez de casarse ella decide volver a España porque "se aburre", pretendiendo alargar el chicle de la relación, y el tío le acaba dando puerta por teléfono. Y la tía super traumada y sorprendida, sin comprender que lo que le había pasado es que tenía que haber cambiado las fichas cuando iba ganando, en vez de seguir jugando en busca de un premio que ya estaba fuera de sus posibles. Luego me acuerdo de estar curioseándole el insta al tío y verlo con tías cinco o seis años más jóvenes que él, las cuales ahora se podía permitir sin muchas concesiones.