La dulce revancha de Oscar Pereiro en el Tour
El español Oscar Pereiro, del Phonak, alcanzó, por fin, la gloria en el Tour de Francia con su triunfo en la decimosexta etapa, disputada entre Mourenx y Pau, y así compensó el disgusto de su derrota en Saint Lary ante George Hincapie
Fue un premio a la combatividad, al espíritu ambicioso y a la perseverancia. Pereiro, a sus 27 años, ya tiene inscrito su nombre en la historia del Tour. En una llegada de 4 escapados fue el más rápido, solo un poco más que el navarro Xabier Zandio, del Illes Balears, que completó una buena jornada española. El italiano Mazzoleni (Lampre) y el australiano Evans (Davitamon) fueron tercero y cuarto respectivamente.
El ciclista pontevedrés curó su decepción de haber perdido la etapa de Saint Lary ante el amigo de Armstrong, quien se aprovechó de su trabajo y le "engañó" en la subida. Prometió buscar la etapa que tanto merecía, pues lleva todo el Tour de titular indiscutible en las escapadas. La recompensa le llegó a la primera oportunidad, y al fin, levantó exultante los brazos. La primera del Phonak en su historia y la 102 de un español.
A 2: 27 minutos del ciclista gallego se presentó un grupo de corredores con el español Juan Antonio Flecha, otro luchador, como Pereiro, y el pelotón de los favoritos, tachando una hoja más del calendario, a 3: 25. Armstrong, después de despejar varios ataques en los puertos, se acercó un poco más al séptimo Tour. La general no se alteró con Armstrong de comandante en jefe por delante de Ivan Basso, a 2.46 y de Rasmussen, a 3.09, los inquilinos actuales del podio. El alemán Jan Ullrich mantuvo la cuarta plaza a 5: 58 y Francisco Mancebo la quinta a 6. 31.
Pereiro no saltó en la primera escapada, que se fraguó en el km 26, pero no se podía estar quieto, por lo que decidió salir en persecución de los fugados en el ascenso del primer puerto (km 64) y justificar el dorsal rojo que diferencia al más combativo de la jornada anterior. Saltó en la Marie Blanque, pasó el Aubisque pisándole los talones a Evans, que marchaba solo, en el descenso le alcanzó junto a Mazzoleni y Zandio y en la recta remató.
La historia entre los grandes no fue de leyenda, precisamente. Ivan Basso, con ayuda de Sastre y Vinokurov volvieron a probar suerte en el ascenso de la Marie Blanque (1a). Armstrong, con su inseparable Hincapie aún al lado, ni se inmutó ante una maniobra que se tradujo en la selección del numeroso pelotón. El Col del Aubisque, el último puerto temible de la presente edición y uno de los colosos del Tour lo conquistó el australiano Cadel Evans (Davitamon). A 47 segundos pasaba Pereiro, a 59 Mazzoleni y Xabier Zandio(Balears), a 2. 25 Flecha y a 4. 13 Armstrong con el grupo de favoritos. Mancebo se había descolgado.
Los T-Mobile, con sucesivos ataques de Vinokurov, se hartó de molestar al americano, pero nadie sacó provecho. También demarró Kloeden, luego Ullrich, pero el maillot amarillo retumbaba ante sus ojos. Incluso Roberto Heras se dejó ver en un demarraje efímero. En el descenso del puerto Pereiro, Zandio y Mazzoleni alcanzaron a Evans y entre los 4 juntaron fuerzas e ilusiones para luchar en los 40 kms que tenían a meta con 2.50 de renta delante de 8 perseguidores, con Juan Antonio Flecha (Fassa). A más de 6 minutos viajaba Armstrong junto a las caras habituales, ya con Mancebo recuperado de sus apuros en el Aubisque. Con la escapada controlada, los favoritos ya podían ir pensando en la siguiente etapa.
A 3 kms de Pau y con los perseguidores a 2 minutos la etapa entraba en la fase de su resolución. La discusión fue entre 4, entre los que Zandio no dio un pedal de más, se metió a cola de grupo a verlas venir. Evans arrancó, Mazzoleni respondió de inmediato y Pereiro, fuerte y poderoso no se quedó con la miel en los labios. Se sacó la espina y ahora podrá pagar el coche nuevo con más holgura. Quien la sigue la consigue. Se lo podrá contar a su hijo, que nacerá en octubre.