En cierta ocasión los de la ETT en la que estaba me llamaron un viernes a última hora para empezar el lunes siguiente a currar en un edificio de nueva construcción en donde había que desescombrar y poner a punto antes de que les diesen las llaves a los infelices cipotecados de turno, 2 semanas de curro por 600 pavos. Estaba yo con el grupo de hamijos (cuando gastaba de eso) en otra ciudad para pasar el fin de semana, y aunque no había problema en estar el lunes allí, eso de que llamaran tan tarde a la desesperada la verdad es que suena muy mal, seguro que hubo unos cuantos que pasaron del tema.
Lo bueno es que al avisarme tan tarde quedé con la tipa que me llamó en ir a mediodía a la oficina a firmar el contrato, entre el turno de mañana y el de tarde en la obra. Eso me permitió ver el percal y hacer el escaqueo que finalmente hice sin meterme en más líos, ya que no había firmado nada.
Llegué al sitio a las 8 y la escena fue dantesca: necesitaba casco y mono azul para currar, porque allí no los daban, y como no tenía (la tipa de la ETT sólo me dijo lo de las botas de seguridad, nada más), tuve que convenir con el encargado que volvería para el turno de tarde ya con todo preparado. Digo encargado porque el jefe ese día parece que vendría a sabe Dios que hora, no estaba cuando yo fui, una casa putas vamos. Y ya lo que me terminó de echar para atrás fue ese deprimente ambiente de canis pelocenicero y paletas de obra desdentaos, por un momento me pregunté ¿Pero qué coño hago yo aquí? Y decidí pegar la espantada, así además me ahorraba comprar lo que necesitaba para trabajar, y podría ir a la clase a la facultad, ya que la segunda semana en el curro me coincidía con la primera de clases.
Fue bonito el pollo que me montó la de la ETT cuando llamé para rechazar (tuve que esperar 2 horitas, hasta las 10 que empiezan esos vagos a currar), se notaba que andaba pillada para cubrir esa vacante y se podría comer un marrón importante por parte de sus jefes y de la empresa solicitante, aunque a decir verdad al encargado de obra se la sudaba que no empezase a currar hasta por la tarde, no tenía pinta de urgencia alguna....
Luego a mi padre le tuve que meter la trola de que a última hora se había reincorporado al trabajo la persona a la que supuestamente (todo mentira) yo sustituía y que por eso no iba a currar allí. Si le digo que no iba porque no me había molado el trabajo me pone de patitas en la calle sin pestañear.
Ese mismo año, un mes antes y "gracias" a la misma ETT estuve una semana currando en la feria de muestras de mi ciudad, faltaba una semana para que empezaran las fiestas y había que preparar los tinglados típicos de exposiciones chorras que suelen hacerse. Lo mío era más mantenimiento que otra cosa, y tuve que hacer trabajitos de lo más loleante, como preparar un techado de plastiquillo para una paellada, o limpiar la fuente de la entrada a la feria, toda una mañana al solazo para limpiar aquello que llevaba sin tocarse varios años seguro. Hijoputas los pueblerinos currantes de la feria que nos tenían a su cargo a mi compañero y a mí, encima cuando hablaban no había quien los entendiera con ese acentazo asqueroso..........
Por cierto, mi primer curro también fue con un peto azul repartiendo guías (de mierda). Que recuerdos, hasta 3 y 4 horas tirado en un pueblo esperando a que el tontoelhaba del jefe de mi grupo me recogiera con la furgoneta para terminar la jornada. Repartiendo en la ciudad no era tan escandaloso pero los últimos días que nos tocaba en pueblos, salías de casa a las 7 de la mañana y volvías a las 10 de la noche, todo para 4-5 horas de trabajo efectivo, el resto eran viajes y esperas para que te trajeran más material a repartir. Eficiencia de la hostia. Al final el jefe de la oficina me echó antes de lo establecido porque repartía poco según ellos, y no sólo hacía lo que me mandaban sino que alguna vez pedía algo más de trabajo y ya no había. Claro, como se iba a comisión todo lo querían para ellos los veteranos del grupo, que encima eran 4 putos andaluczes (estos sí trabajaban para ganar 4 duros más) :137