Pues se corrió, se corrió. Quitando los zumbaos que se tiraron al suelo mientras venía un pelotón de ciclistas a 50 por hora, que ya hay que ser subnormales, la etapa discurrió con cierta normalidad. Y como se esperaba, se la jugaron en la bola del mundo y no pasó apenas nada, que Vinagres se metió el último calentón del año, me da que este chapa ya, y el resto pues como pudieron, pero apenas hubo segundos de diferencia. La única novedad fue la pérdida del maillot blanco de Pelizzari a favor de Richitello, que gestionó mejor los esfuerzos.
Vuelta para olvidar, desde que se publicó el recorrido se sabía que parecía una mierda y olía a mierda y claro, ha resultado ser una mierda.
No sé cómo ha ido en audiencias, pero a esta carrera le va a costar que vengan primeros espadas. Vingegaard se quería quitar la espinita de 2023 y dudo que vuelva, ya ha dicho educadamente que quiere estudiar otras posibilidades como el Giro, vamos que aquí no le ven más

, y a Pogacar se nota que esto le da una pereza de la hostia. El resto, salvo castigados con deberes pendientes, ya me dirás. Philipsen por ejemplo ha venido por su caída en el Tour, si no, de qué.